12. Por despecho

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Me sentía mal, quería estar con Carlos, no paré de llorar en toda la noche, en parte me daban ganas de coger el móvil y decirle que viniera a pasar la noche conmigo. Pero solo pensaba en lo que me dijo mi madre, ella no quería que tuviera nada con Carlos.

De madrugada, vi como se me encendía la pantalla del móvil y lo miré. Tenía un mensaje de Carlos.

-Preciosa, a lo mejor ese beso para tí no ha sido nada, pero para mí, lo ha sido todo y lo volvería a hacer, quiero estar contigo, sé que es complicado, nuestros padres no lo aceptan, pero como te he dicho antes, nosotros somos los dueños de nuestras vidas. Si nos queremos ¿Por qué no estar juntos? Te has convertido en algo más que mi hermana pequeña, sin ni siquiera buscarlo. Te quiero hermanita-.

No pensaba en responderle al mensaje, pero al final lo hice.

-Hola hermano, ojalá fueran otras circunstancias, ese beso para mí, también lo ha sido absolutamente todo, me muero por estar contigo, pero solo pienso en como se lo tomarían nuestros padres, ya se que pienso demasiado, créeme cuando te digo que te quiero, pero es complicado, me duele la situación, me duele verte con Martina, pero lo superaremos-.

Se lo mandé, pero ya no me volvió a contestar, así que supuse que ya se dio por vencido conmigo, entonces, finalmente, me dormí.

Al día siguiente, me levanté, desayuné y preparé la llegada de mi madre y de Ricardo.

Y sobre las 16:00 escuché la puerta abrirse, tenía la esperanza que fuera Carlos, así que fui corriendo a la puerta.

-Hola hija-. Dijo mi madre.

-Hola mamá-. Contesté un poco desilusionada.

-¿No te alegras de verme? Ven a darme un abrazo-.

-Claro-. Fui y le di un abrazo.

Entró Ricardo y le di otro abrazo.

-Mañana por la noche vienen Carlos y Martina a cenar, tienen algo que decirnos, tú sigues de vacaciones ¿No?-. Dijo Ricardo.

-Si, esta semana aún sigo de vacaciones-. Respondí.

-Vale, pues ves a comprar mañana por la mañana con Ricardo, que yo debo trabajar-. Dijo mi madre.

-Bien mamá-.

Estuve todo el día pensando en lo que tendrían que decirnos Carlos y Martina, así que por la tarde llamé a Lucía.

-Hola Miriam, dime-. Respondió Lucía al teléfono.

-¿Podemos tomar algo hoy y te cuento?-. Pregunté.

-Claro, si quieres nos vemos en el Retiro a las 17:00h y nos tomamos algo allí-. Me dijo.

-Perfecto, luego nos vemos-.

Se acercaban las 17:00h y yo ya me fui para allá, cuando llegué, estaba Lucía en la puerta del parque esperándome.

Nos saludamos y entramos al parque.

-Bueno, cuéntame, ¿fuiste al concierto de Madonna al final con Carlos?-. Preguntó Lucía.

-Si, estuvo genial-.

-¿Y con Carlos que tal?-.

-Buff, es complicado, tres días antes del concierto, se presentó en mi casa, yo estaba sola, en ese momento me estaba duchando, yo tenía la toalla tapándome el cuerpo, estaba desnuda y cuando salí me choqué con él-.

-¿Enserio?-. Decía Lucía expectante.

Asentí con la cabeza.

-Me dijo que si le pedía que dejara a Martina lo haría-.

Te odio hermanitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora