Esa noche, me acosté pensando en el rato que pasé con Carlos, en como me ayudó con el coche y a las 10:00h vendría a acompañarme para llevar el coche al taller, estuve bien, me hizo olvidarme de Marcos poco a poco y solo pensaba en esos ojos azules que me miraban.
Antes de dormir vi como se me iluminaba el móvil y al mirarlo, vi un WhatsApp de Carlos.
-Buenas noches hermanita, como te he dicho, no eres como creía, eres mejor-.
Una sonrisa salió de mi boca en ese momento y le contesté.
-Buenas noches hermanito y tú no eres tan odioso como pensaba, mañana te veo-.
En ese momento, puse el móvil a cargar y me acosté con una sonrisa de oreja a oreja, pensaba en Carlos.
Cuando me sonó el despertador, eran las 9:00h estaba muerta del sueño, me acosté muy tarde debido a quedar con Carlos.
Me levanté a desayunar, me di cuenta que mi madre y Ricardo no estaban, estarían trabajando y mientras me tomaba mi café, recibí otro mensaje de Carlos.-Buenos días hermanita-.
Yo me estaba empezando a ilusionar, pero claro, sabía que Carlos solo quería ser amable por ser mi hermanastro mayor, él estaba con Martina.
-Buenos días hermanito-. Contesté.
Dejé el móvil y me fui hacia la ducha, comencé a vestirme y a las 10:00h me llamó Carlos.
-Dime Carlos-. Respondí el teléfono.
-Hermanita, ya estoy aquí ¿Sales?-.
-Ya salgo-.
Cuando salí estaba Carlos apoyado en su coche con traje chaqueta de color azul oscuro, tenía una camisa azul cielo y muy bien peinado con tupé por arriba y por los lados peinado para atrás con fijador y la barba, como siempre, arreglada.
-Buenos días Carlos, por cierto ¿hoy no trabajas?-.
-Buenos días hermanita-. Vino a darme dos besos.
-Si, he llamado al trabajo que entraré más tarde, por eso vengo así vestido-.Carlos fue con su coche y yo con el mío, me guió hasta el taller al que él iba, era un buen amigo suyo.
Cuando llegamos, aparcamos el coche, yo aparqué detrás de Carlos y bajé del coche, me acerqué hacia donde estaba él.
Entramos al taller y Carlos fue a hablar con su amigo, le explicó todo lo sucedido la noche anterior con mi coche.-Miriam ¿esta semana te hace falta el coche?-. Me preguntó Carlos.
Me resultó raro que no me llamara hermanita.
-Esta noche solo para trabajar, a partir de mañana estoy de vacaciones dos semanas-.
-Vale, no te preocupes, yo te llevo y te recojo hoy-. Me dijo.
-Puedo ir en metro, no pasa nada-.
-No, yo te llevo-. Me dijo.
Se giró a su amigo y siguió hablando.
-Muy bien tío, que se quede el coche y en cuanto esté me avisas, vendremos a por él-.
Se despidieron y me subí al coche de Carlos.
-Bueno hermanita, te llevo a casa y me voy a trabajar-.
Asentí con la cabeza y no dije nada más.
Él condujo hasta la casa de mi madre y ya llegamos.-Gracias Carlos, por todo lo que estás haciendo-.
-Para mi hermanita lo que sea, esta tarde a las 16:00h estoy aquí para llevarte a trabajar-.
Asentí con la cabeza y le volví a agradecer todo mientras le abrazaba, él me cogió de la cintura y empezó a acariciarme con la punta de sus dedos. Escalofríos empezaron a recorrer mi cuerpo y yo, al reaccionar, me quité de golpe.
-Hasta luego-. Dije saliendo del coche.
-Hasta luego hermanita-. Decía mirándome.
Entré en casa y yo estaba como en una nube, no podía creerme todo lo que estaba pasando con Carlos, al fin y al cabo, parecía que era buen chico, se preocupaba por mí.
Me dispuse a comer y a descansar un rato antes de empezar a vestirme para ir a trabajar.
Me arreglé y esperé en el sofá a que se hicieran las 16:00h para que viniera Carlos.
Y entonces recibí un mensaje de él.
-Hermanita, estoy afuera-.
Salí y ahí estaba él, tenía otra ropa puesta, llevaba un pantalón de deporte color negro con una camiseta transpirable de color verde.
-Hola Carlos ¿Adónde vas a ir ahora?-. Pregunté curiosa.
-Ahora voy a correr a la montaña hermanita, puedes venir un día conmigo, si quieres-. Me dijo.
Yo le miré con una sonrisa pícara y me volví a mirar hacia el frente.
Me llevó a trabajar y en la puerta estaba Lucía mirando sorprendida.
-A las 00:00h estoy aquí hermanita, si por un casual me retraso no te preocupes, vendré, ¿Vale?-. Me dijo antes de que yo saliera del coche.
En ese momento me acarició la mano y yo no supe cómo reaccionar, me salí del coche.
Cuando se fue Lucía me preguntó.
-Tía, he visto mucho Feeling entre vosotros-.
-No, solo es el Feeling de hermanastros, nada más-. Le dije yo.
-De eso nada, le molas-.
-Tiene novia y se quieren-.
Hablamos un rato y empezamos a trabajar.
Al acabar nuestra jornada laboral salí a ver si estaba Carlos, en verdad tenía ganas de verle.Todavía no había llegado, así que me quedé en la calle esperando.
De repente, en el semáforo, escuché el ruido de un claxon y al bajar la ventana, vi que era Carlos.
-Miriam, vamos ven-. Dijo gritando.
Fui hacia su coche y antes de que el semáforo se pusiera en verde, me metí.
-Siento haber llegado tarde hermanita, Martina estaba un poco pesada-.
-¿Pesada?¿Por qué?-. Pregunté.
-Está celosa, piensa que me estoy enamorando de tí, pero yo le explico que eres mi hermanastra, debo ayudarte, lo mismo que tú harías por mí-.
-Si, lo haría-. Le dije sonriendo.
Al rato llegamos a casa y cuando fui a salir del coche me cogió de la mano.
-Hermanita, sé que el sábado es tu cumpleaños y tengo algo especial para tí, prefiero dártelo ahora-.
Yo me quedé sorprendida por eso. De repente metió la mano en su bolsillo y saco dos papeles rectangulares y me los dio. Cuando los miré, vi que eran las entradas para el concierto de Madonna la siguiente semana, al que me moría por ir que Marcos no me regaló.
-¿Enserio? No puede ser, muchísimas gracias-. Dije mientras me caían las lágrimas de los ojos emocionada.
-Si, me ha costado mucho conseguirlas, pero aquí están, una es tuya, la otra puedes ir con quién quieras-.
-¿Quieres venir conmigo?-. Le pregunté.
-¿Quieres que vaya yo?-. Preguntó emocionado.
-Nada me gustaría más, además, eres mi hermanito del alma y me gustaría conocerte más como hermano-.
En ese momento me abrazó.
-Nada me gustaría más que ir con mi hermanita a ver el concierto-. Me susurró.
Nos miramos a los ojos y empecé a ponerme nerviosa, no podía empezar a sentir cosas por mi hermanastro, no estaba bien, por nuestros padres.
Nos despedimos y me fui a casa, mientras me acostaba pensaba en que me daban cada vez más ganas de besarle, pero no era ético, aunque no lo podía evitar, para él solo era su hermana, para mí se estaba convirtiendo en algo más importante.
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Te odio hermanito
Любовные романыMiriam era una chica de 25 años, vivía en Madrid con su madre, una mujer viuda desde hace 8 años. Miriam tenía trabajo, era azafata del teatro Lope de Vega desde hace 5 años, aún no quería independizarse de su casa, tenía novio, Marcos, se querían m...