3. Ricardo

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Esa noche me acosté pensando en cómo cambiaría mi vida al tener aquí a Ricardo, es un buen hombre, pero claro, las cosas que hacíamos mi madre y yo, ya no las podré hacer.

Al día siguiente, por la tarde, entré a trabajar, fui en metro, porque al finalizar mi jornada laboral, Marcos vendría a por mí en la moto y no paraba de darle vueltas al asunto. Se lo comenté a mi compañera Lucía.

-Lucía, a partir del miércoles viene mi padrastro a vivir a mi casa con mi madre y conmigo-.

-Bueno, está bien, si tu madre es feliz así-. Me respondió.

-Si bueno, pero van a cambiar muchas cosas en casa-.

-Lo peor es que el domingo quiere hacer comida familiar, con el hijo de Ricardo y la novia, aparte, mi madre me ha pedido que lleve a Marcos-.

-Vas a conocer a tu hermanastro, a lo mejor está bueno-. Me dijo riéndose.
-¿Nunca lo has visto?-. Preguntó.

Negué con la cabeza.

-No sé nada de él, ni siquiera como es-.

-Métete en su facebook, vamos a cotillearle-. Me dijo Lucía.

Saqué el móvil y puse su nombre y apellido en el buscador de Facebook.

Me di cuenta que era el primero que me salió en resultados, porque se parecía mucho a su padre, era inconfundible.

Abrí su foto y vi un chico moreno con ojos azules, tenía barba corta y arreglada y un cuerpo marcado por el gimnasio, la verdad que era muy guapo y la mirada de la foto me dejó un poco embobada.

-Está cañón tía y no sois hermanos-. Me dijo Lucía guiñándome un ojo.

-Lucía, tiene novia y yo estoy con Marcos-. Le respondí mientras cerraba el Facebook.

-¿Y qué? No hay papel firmado por ningún lado, todo puede pasar-. Dijo riéndose.

-Venga, ya vienen los clientes, vamos a trabajar-. Respondí mientras me guardaba el móvil en el bolsillo.

Esa noche me tocaba estar controlando las entradas para el musical del Rey León, adoraba ese musical y mientras miraba hacia abajo para ir escaneando las entradas, una de ellas se me cayó al suelo.

-Uy perdón-. Dije mientras me agachaba.

En ese momento vi una mano masculina cogiendo la entrada al mismo tiempo que yo, levanté la vista para verle y agradecerle que se agachara también.

Y ahí estaban esos ojos azules de la foto, ese moreno con barba arreglada y cuerpo musculoso, lo conocí al instante, puesto que acababa de ver su foto en Facebook, él a mí no me conocía.

-G-gracias-. Le dije mirándole a los ojos y la voz entrecortada.

-No hay de qué-. Me dijo sonriendo y mirándome a los ojos.

Era Carlos, el hijo de Ricardo, iba con una chica, supuse que era su novia.

Cuando todos los clientes se acomodaron, fui a contárselo a Lucía.

-¿Quieres ver a Carlos?-. Le pregunté a mi amiga.

-¿Está aquí?-.

-Si mira, justo allí-. Le dije señalando hacia la butaca donde estaba sentado.

-Que guapo tía, la novia es del montón-. Me dijo Lucía riéndose.

Fue pasando el tiempo y él musical estaba apunto de terminar. Nos fuimos a nuestros puestos para empezar a recoger todo cuando empezarán a salir los clientes.

Los clientes iban saliendo, yo estaba en la puerta y en ese momento salió Carlos con su novia.

-Adiós-. Me dijo.

-Adiós-. Le respondí.

Cuando acabé de trabajar y salí, ahí estaba como cada noche Marcos esperándome con esa Suzuki roja. Me llevó a casa y estaba mi madre.

-Mañana vendrá Ricardo a dormir ya-. Me dijo.

-¿Pero no era miércoles cuando venía ya?-.

-No, al final mañana viene y ya empezará a traer cosas-.

Asentí con la cabeza y me fui a la cama.

Mientras intentaba dormir, estaba pensando en Carlos, mi hermanastro, esos ojos azules fueron un Shock para mí, nunca había visto a una persona con esos ojos, se clavaban en el alma, te perdían en el tiempo.

Al día siguiente, cuando me levanté ya estaba Ricardo en casa, estaba empezando a guardar sus cosas en el cuarto de mi madre.

-Buenos días Ricardo-.  Dije.

-Buenos días Miriam ¿Cómo estás?¿Has dormido bien?-.

-Si muy bien, me alegro mucho que te traslades a esta casa, estamos muy contentas-.
-Sobretodo mamá-. Le susurré al oído y me fui.

Ricardo sonrió y siguió con lo suyo.

Fui a hacerme el desayuno mientras miraba el Facebook de Carlos, tenía una foto en bañador, el agua mojaba su fuerte cuerpo y los rayos del sol se reflejaban en esos ojos azules que tanto relucían, mientras iba pasando las fotos, pude ver que tenía varias con Ricardo y mi madre, por lo tanto ya confirmé que sí, era Carlos.

En ese momento vino mi madre.

-Ricardo, ¿puedes venir un momento?-. Le llamó mi madre.

Mi padrastro vino hacia donde estábamos nosotras.

-Ha llamado tu hijo Carlos que el domingo vienen él y su novia a comer a casa-.

Luego me miró a mí.

-Miriam, ¿Marcos va a venir?-.

-Pues aún no le he dicho nada, luego le llamo y se lo digo-. Dije yo, en verdad no tenía ganas de que viniera.

-Vale si, díselo que tengo que comprar-.

Asentí con la cabeza mientras le daba un sorbo al delicioso café con leche que tenía en mi taza especial.

Cuando terminé de desayunar, llamé a Marcos por teléfono.

-Hola bombón-. Me respondió.

-Hola amore, el domingo tenemos comida familiar en casa, viene el hijo de Ricardo con la novia ¿Te apuntas?-.

-Claro corazón, ya me dirás la hora a la que tengo que ir-.

-Vale amore, te quiero-.

Colgamos el teléfono y yo me puse a hacer mis cosas.

De vez en cuando volvía a meterme en el Facebook de Carlos, quería saber de qué estaba hecho mi "hermanito".

Me fui a la ducha, me vestí y me fui a trabajar, Lucía no paraba de preguntarme por Carlos.

-Entonces si Ricardo ya vive en tu casa ¿Carlos irá más a menudo?-.

-No lo sé Lucía, todavía no ha venido, de momento lo veré el domingo, pero aún no nos conocemos-.

Cómo siempre, cuando salí de trabajar ahí estaba Marcos con su moto, como todos los días, me volvió a decir que vendría el domingo a comer con nosotros y cuando llegué a casa estaba Ricardo y mi madre en el sofá viendo una película.

Veía a mi madre muy feliz de que su amor estuviera viviendo con nosotras, yo sin embargo, no lo estaba tanto, pero solo tocaba esperar y pensar en lo que pasará en el futuro.



Te odio hermanitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora