Llegó la siguiente semana, era jueves, Carlos de vez en cuando me mandaba mensajes para saber cómo estaba y yo a él también. También recibía mensajes de Marcos, al final, decidí bloquearlo, no quería saber nada de él.
El sábado iba a ver a mi grupo, nos íbamos a cenar y luego de fiesta, quería desconectar un poco de todo el tema de Carlos.
Me levanté de la cama y fui a desayunar y como siempre, ahí estaba mi confidente, Ricardo.
-Buenos días Ricardo-.
-Buenos días hijastra ¿Cómo estás?-.
-Hoy me he levantado ya cansada-. Le dije riéndome.
-Es normal, mucho tute hay por aquí últimamente-. Rió Ricardo.
-¿Hablas con Carlos?-. Preguntó.-Si, todos los días-.
-Ah vale, muy bien, no perdáis el contacto, tenéis una amistad muy bonita-. Dijo Ricardo.
-¿Cómo vamos a perderla? Si somos hermanos-. Dije sonriendo.
-Por cierto, Miriam, ¿puedes mirar en el calendario en que día cae el 25?-. Preguntó Ricardo.
-Claro-. Dije levantándome y acercándome al calendario.
Mirando observé el 25 como me dijo Ricardo.
-Cae martes-. Le dije.
-Vale, gracias-. Respondió.
Entonces mirando aún el calendario me percaté de algo.
-Me tenía que haber venido el periodo el lunes y no me llegó-. Pensé dentro de mí.
Sudores fríos empezaron a invadirme, me asusté.
Me vestí y me fui a la farmacia a por un test de embarazo, por supuesto no dije nada a nadie, ni siquiera a Lucía, que era mi mejor amiga.
Entré a la farmacia y me lo compré, enseguida me lo metí en el bolso, no quería que nadie se enterara de lo que tenía.
Volviendo a casa, me di cuenta que estaba cerca del banco de Carlos, así que decidí hacerle una visita, sé que pronto saldría a almorzar.
Abrí la puerta y cuando entré, no lo vi, me asomé más hacia dentro, estaba en el despacho, con el ordenador, no tenía clientes, se ve que hoy le tocaba estar ahí.
Fui hacia uno de los trabajadores.
-Perdona, Carlos es mi hermano ¿Podría decirle que estoy aquí?-. Le dije al trabajador.
-Claro, enseguida-.
El trabajador entró al despacho y cuando le dijo que estaba aquí enseguida se levantó de la silla y salió a recibirme.
-Hermana, ven, pasa-. Dijo acariciándome la espalda.
Me senté enfrente de él.
-¿Qué haces aquí?-. Preguntó.
-Pasaba por aquí, quería verte-. Le dije.
Carlos me sonrió.
-Yo también tenía ganas de verte y cada día más-.
Sonreí a Carlos mientras me pasaba un mechón de pelo por detrás de la oreja.
-Tengo muchas ganas de besarte, hermana-. Me susurró Carlos.
-Y yo a tí Carlos-.
-Por cierto, ¿Hay ya ecografías de mi futuro sobrino?-. Pregunté.-Todavía no, es pronto-. Respondió Carlos.
En ese momento, me acordé del test de embarazo y me puse a llorar.
-¿Qué te pasa?¿He dicho algo raro?-. Dijo Carlos preocupado.
-No, no, tengo que irme, luego hablamos-. Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla.
Salí del despacho y me fui a casa.
Al rato, después de comer, empecé a arreglarme para irme a trabajar.
Cuando llegué al teatro, estaba Lucía.
-Tengo que hablar contigo-. Le dije apartándola del resto.
-Si, dime-. Respondió Lucía.
-Creo que estoy embarazada-. Le susurré.
-¿Qué? ¿No será de Carlos?-. Preguntó sorprendida.
-Si, pero aún no lo sé seguro, tengo 3 días de retraso, de normal nunca se me retrasa-.
-¿Tienes test?-. Preguntó.
-Si, me he comprado uno en la farmacia-.
-Madre mía, esto es como una telenovela, se lo tendrás que decir ¿No?-. Dijo Lucía.
-No le voy a decir nada, bastante tiene, como ya para liarlo, además, aún no me ha salido positivo, a lo mejor es un retraso-.
Empezamos a trabajar y yo no paraba de pensar en lo que saldría mañana por la mañana en el test, si fuera positivo, no pensaba en decírselo a Carlos, lo estaba pasando demasiado mal como para encima meterle más marrones.
Acabamos de trabajar, Lucía y yo fuimos a los coches.
-Mañana, cuando te hagas el test, llámame ¿Vale?-. Dijo Lucía.
-Si, yo mañana te llamo salga lo que salga-.
Me metí en el coche y conduje hasta casa.
-Hola Mamá ¿Qué haces despierta?-. Pregunté.
-No puedo dormir, hija, llevas días como desaparecida, no estás donde tienes que estar-. Me dijo mi madre.
-Han pasado muchos acontecimientos últimamente, como a tí, Martina no me cae bien y ha encerrado a Carlos en una cárcel-. Le dije.
-Lo sé hija, pero ¿Por qué te preocupa tanto?-.
-Porque es mi hermano-.
-¿Seguro que no hay nada más?-. Preguntó.
-Seguro mamá, somos hermanos y mejores amigos-.
Le mentí, no quería decirle lo que realmente había, no quería decirle que era posible que estuviera embarazada de Carlos, no se cómo se lo tomaría.
-Vale hija, te creo, me voy a dormir, buenas noches hija-. Me dijo dándome un beso en la frente.
-Buenas noches, mamá-.
Me fui yo también a mí cama y mientras miraba el móvil, recibí un mensaje de Carlos.
-Ojalá estuvieras a mi lado durmiendo en estos momentos, cada día que pasa pienso más en tí, no consigo quitarte de mi cabeza, no consigo volver a sentir con Martina lo que sentía, no consigo ser feliz, te necesito, hermanita-.
Yo le contesté al mensaje.
-Hermanito, cuanto me gustaría estar contigo en estos momentos y que me abraces por detrás como lo hacías, vas a tener un hijo, es lo más bonito que la vida te va a dar, tenéis que ser una familia unida, por ese bebé, yo estaré desde la distancia cuidándote siempre, hermano-.
Se lo envié y me acosté a dormir, mañana iba a ser un día decisivo, necesitaba descansar.
...
Sonó el despertador a las 8:00h, me desperté y lo primero que hice fue ir a mi bolso a coger el test, mi madre ya no estaba en casa y Ricardo estaba en el salón leyendo el periódico diario.
Me metí en el baño y me hice el test, veía como poco a poco la orina iba mojando los cuadrados que me indicarían si de verdad estaba embarazada o no.
De repente, vi dos rayas muy claras, se veían las dos demasiado bien, estaban muy marcadas.
Miré el papel de las instrucciones y lo ponía bastante claro "POSITIVO".
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Te odio hermanito
RomanceMiriam era una chica de 25 años, vivía en Madrid con su madre, una mujer viuda desde hace 8 años. Miriam tenía trabajo, era azafata del teatro Lope de Vega desde hace 5 años, aún no quería independizarse de su casa, tenía novio, Marcos, se querían m...