Nos metimos en el coche y Carlos me abrazó llorando.
-Ya está, tranquilo-. Le susurré mientras le acariciaba la espalda.
-¿Por qué no me has dicho que estabas embarazada?-. Dijo Carlos un poco nervioso.
-Te lo he dicho Carlos, tenías demasiados problemas con Martina, otro hijo para tí, hubiera sido una carga enorme-. Le dije.
-Yo soy el padre de ese hijo, tenía todo el derecho a saberlo, cariño y nuestro hijo no es ninguna carga-. Dijo alzando la voz.
-Lo sé Carlos, lo siento, pero Martina se supone que también estaba embarazada, ¿que hubieras hecho si te lo llego a decir?-. Le dije yo también alterada.
-Me hubiera quedado contigo, también me hubiera hecho cargo del otro, pero me quedaría contigo-. Me dijo algo más tranquilo.
-Carlos, yo... Lo siento, no pretendía alejarte de tu hijo, solo es que, estabas tan agobiado con lo de Martina y su supuesto bebé, que me entró el pánico pensando en que te perdería si te lo hubiera dicho-. En ese momento me puse a llorar.
-Cariño, no, no me vas a perder, voy a estar aquí por y para vosotros, nos buscaremos un piso y nos iremos de casa de tu madre, a lo mejor, mientras podemos ir a casa de mi padre tú y yo, hasta que encontremos algo que nos guste-. Dijo acariciándome la cara.
-Hay que decirlo en casa, no sé cómo se lo tomará mi madre-. Le dije.
-Si, mañana se lo diremos, espera que tengo una idea-. Dijo Carlos sacando el teléfono.
-Hola papá, ¿puedo ir a tu casa a pasar la noche con Miriam?...si...ya, pero lo mío con Martina se ha terminado, mañana te lo cuento todo...de todos modos, mañana queremos hablar con Luisa...vale pues vamos a por las llaves, en diez minutos estamos ahí-.
-¿Qué ha dicho?-. Pregunté.
-Se ha quedado un poco loco, pero me va a dar las llaves, dormimos esta noche en casa de mi padre tú y yo, así hablaremos todo tranquilamente-. Dijo Carlos.
Condujo hasta casa y cuando llegamos, estaba Ricardo en la puerta y cuando nos vio, se acercó al coche y le dio a Carlos las llaves.
-¿Va todo bien, chicos?-. Preguntó Ricardo.
-Mejor que bien-. Contestó Carlos cogiéndome de la mano.
-Bueno, ya nos contaréis mañana, pero por lo que veo, estáis juntos, ¿no?-. Dijo Ricardo.
-Si papá, he dejado a Martina, ya mañana te lo contamos todo, ahora vamos a ir a descansar, ha sido un día de muchas emociones-. Respondió Carlos.
-A ver mañana qué nos decís-. Contestó Ricardo riéndose.
-Ah, esperad-. Se metió para dentro y sacó pan de molde y fiambre.
-Tomad, no hay nada en casa, solo café, para que desayuneis-.-Gracias Ricardo-. Le dije.
-No hay de que pareja, descansad y me hace muy feliz veros así-. Dijo Ricardo sonriendo.
Carlos arrancó el coche y fuimos a casa de su padre, estaba a media hora de camino, a las afueras de Madrid.
-Toda está historia es un poco incrédula, a quien se la contemos no se la cree-. Le dije a Carlos.
-La verdad es que si, es un poco fuera de lo normal-. Me dijo riéndose.
-¿Quién era ese amigo tuyo con el que se acostó Martina?-. Pregunté curiosa.
-Era uno de mis mejores amigos, pero es totalmente diferente a mí, tanto física como mentalmente, es rubio, es más tipo como ella con respecto a la personalidad, por eso se fijaron mutuamente-.
-Los pillé en mi cama dándose el lote, se estaban desnudando, no llegaron a acostarse, pero yo creo que más de una vez se han acostado-. Me decía.-Siento que hayas pasado por algo así-. Le dije tocándole la pierna.
-No, ahora soy feliz de verdad, estoy contigo, hermanita-.
Nos sonreímos.
Al rato llegamos a la casa y abrió la puerta.
-Es una casa bonita-. Le dije.
-Lo es-. Me dijo sonriendo.
-¿Vamos a la cama?-. Me dijo cogiéndome de la cintura.Asentí con la cabeza y fuimos hacia la habitación, él me dio una camiseta larga para dormir.
-Es la primera vez que vamos a dormir una noche entera juntos-. Le dije.
-Vaya que si, por fin-.
Nos tumbamos en la cama y yo apoyé mi cabeza en su pecho.
-¿Cómo vamos a afrontar todo lo que viene?-. Le dije preocupada.
-Lo haremos, de momento mañana hay que hablar con tu madre, se enfadará bastante, pero lo acabará entendiendo-. Dijo Carlos.
-¿Quieres seguir en el teatro?-. Me preguntó.-Si, ¿Por qué?-. Pregunté.
-Por los horarios, ahora vale porque estás de muy poco, pero a medida vaya avanzando el embarazo se te hará pesado-. Me dijo Carlos acariciándome la espalda.
-Por cierto ¿Has ido al médico ya?-. Preguntó curioso.-Cariño, me enteré ayer y aún no he llamado, el lunes llamaré por la mañana-. Le dije.
-Te acompañaré ¿Vale?-.
-Vale-. Le susurré y le di un beso.
-Tengo miedo a mañana, como se lo tomará mi madre, se va a poner hecha una fiera-. Le dije.-Es posible, Luisa tiene mucho carácter, pero ya te digo, lo entenderá-. Dijo Carlos.
-Y sino, nos fugamos-. Le dije mirándole y sonriendo.
Él echó una carcajada.
-Eres muy malvada, hermanita-. Me susurró.
-Malísima, hermano-.
Carlos se empezó a acercar a mí para besarme cuando le sonó el teléfono.
-¿Quién cojones será ahora a estas horas?-. Dijo levantándose de la cama.
-Es Martina-.Se quedó dudando unos segundos de si cogerlo o no, pero al final lo cogió.
-Dime Martina...deja ya el circo...me ha quedado claro que no estás embarazada...si...estoy con ella...no me hace falta verlo...pues porque de ella me lo creo, como me lo creí de tí...si...pero ella no me haría una cosa así...mira Martina, te lo he dicho antes, aléjate de mí...si...déjame hacer mi vida con mi novia y mi hijo...pero si tú ya no eres mi novia...mañana voy a por mis cosas al piso, pues a casa de Luisa de momento, hasta que nos busquemos algo para poder criar al pequeño...vale, venga, hasta mañana-.
Dejó el teléfono y se volvió a la cama.
-¿Qué quería?-. Pregunté sentándome en la cama.
-Aún seguía con el cuento de que está embarazada, me ha preguntado si he visto tu test para creérmelo, no me hace falta verlo, te creo-. Me dijo.
-Pues de hecho...-. Dije levantándome de la cama y llendo hacia el bolso.
Lo abrí y saqué mi test para enseñárselo a Carlos, fui hacia él y se lo di.
-Aquí está-. Le dije entregándoselo.
Él lo vio y se puso a llorar, tenía demasiadas emociones acumuladas y nos abrazamos.
-No tenías el porqué enseñármelo, te creía, pero, me ha gustado verlo para saber que es una realidad y que mi hijo viene de camino dentro de la mujer que quiero-. Me susurró Carlos.
-Quería enseñártelo, para que veas que nunca te engañaría y menos en una cosa así-.
-Te quiero-. Me susurró.
-Y yo-.
Dejó el test en la mesa y me besó y empezamos a desnudarnos.
-Oye, ¿no le voy a hacer daño al bebé?-. Preguntó.
-Mmm, no, no te preocupes, él está en su bolsita tranquilito-. Le dije sonriendo.
-Bien-. Siguió besándome.
Al final acabamos haciendo el amor, está vez era especial, era la primera vez que nos acostábamos siendo pareja, por fin, después de tanto que hemos pasado lo conseguimos, pero ahora quedaba lo peor, decírselo a mi madre.

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Te odio hermanito
RomansaMiriam era una chica de 25 años, vivía en Madrid con su madre, una mujer viuda desde hace 8 años. Miriam tenía trabajo, era azafata del teatro Lope de Vega desde hace 5 años, aún no quería independizarse de su casa, tenía novio, Marcos, se querían m...