Carlos aparcó el coche y bajamos de él, mientras íbamos hacia la puerta de casa, notaba como Carlos se iba acercando a mí.
-Ven aquí, hermanita-. Me susurraba mientras me abrazaba por detrás y me daba besos en la mejilla.
-Tss, nos van a escuchar-. Le susurraba mientras sonreía.
Saqué las llaves del bolso y abrí la puerta, entramos y estaba todo oscuro, comprobamos que mi madre y Ricardo estaban ya durmiendo.
Al cerrar la puerta me giré a Carlos empujándolo hacia la pared mientras lo besaba apasionadamente en la oscuridad. Él mientras, me agarraba del trasero y me acercaba a él, entonces subió sus manos a mi cintura y me dio la vuelta, en esta ocasión fue él el que me empotró contra la pared cogiéndome de la pierna y acariciándome el muslo mientras que con la otra mano me cogía de la cintura y seguía besándome.
De repente se encendió la luz.
-¿Qué estáis haciendo?-. Dijo Ricardo riéndose.
-¡Papá, que susto!-. Dijo Carlos sin dejar de agarrarme de la cintura.
-Dar las gracias que he sido yo el que os ha pillado y no Luisa, os habría hecho la cruz-. Dijo Ricardo.
-Sigo sin entender por qué mi madre no aceptaría lo nuestro-. Le dije a Ricardo acercándome a él.
-Para ella, Carlos es como si fuera hijo suyo, prácticamente lo crió-.
-Si, pero no lo soy, papá-. Dijo Carlos.
-Lo sé hijo, dale tiempo-.
-Oye, papá, ¿podría dormir Miriam conmigo esta noche?-. Preguntó Carlos cogiéndome de la mano y sonriéndome.
Ricardo se nos quedó mirando pensativo.
-Bien, siempre y cuando estés en tu cama antes de que se despierte tu madre, sabes que ella a las 8:00h está en pie-. Dijo Ricardo.
-Gracias Ricardo, si, a las 7:30h me voy a mí habitación.
-Voy a por mi pijama-. Le dije a Carlos.
-No te va a hacer falta el pijama, hermanita-. Dijo Carlos riéndose.
-Carlos, por favor, me voy a dormir ya, antes de que empiece a oír cosas raras, hasta mañana-.
-Hasta mañana, Ricardo-. Le dije.
Me fui a mi habitación y cogí mi pijama, luego me fui directa a la habitación de Carlos y cerré la puerta con llave.
Cuando me di la vuelta, Carlos vino hacia mí volviéndome a llevar hacia la pared, pero en esta ocasión me levantó del suelo cogiéndome del trasero y yo le envolvía con mis piernas mientras nos besábamos, me llevó a la cama directamente poniéndose él encima mío, él ya no tenía la camiseta puesta y a mí poco me duró mi vestido, enseguida me lo quitó. Acabamos haciendo el amor y era cada vez más perfecto.
-Te quiero, hermanita-. Dijo él encima mío susurrando y acariciándome la cara.
-Te quiero, hermanito-. Dije dándole una palmada en su perfecto trasero.
-¡Serás mala!-. Exclamó riéndose saliéndose de mí.
Nos vestimos y nos fuimos a dormir, yo me puse la alarma a las 7:15h.
Me tumbé a su lado en la cama y él me cogió por detrás mientras me daba besos en la cabeza.
-Solo nos queda la noche de mañana, Carlos-. Le dije besándole la mano.
-¿Por qué dices eso?¿No confías en que vaya a dejar a Martina?-. Me dijo.
-Aún pienso que tienes dudas-.
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Te odio hermanito
Любовные романыMiriam era una chica de 25 años, vivía en Madrid con su madre, una mujer viuda desde hace 8 años. Miriam tenía trabajo, era azafata del teatro Lope de Vega desde hace 5 años, aún no quería independizarse de su casa, tenía novio, Marcos, se querían m...