Capítulo 2

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Jimin se encontraba esperando sentado en el mullido sofá color beige de su sala con sus piernas cruzadas a que su mejor amigo Taehyung llegase por él, le había dicho que llegaría a su casa a las 6 de la tarde y ya faltaba menos de media hora, así que aprovechó para mandarle algunos mensajes a otra de sus mejores amigas.

Hoy era el cumpleaños de Jimin, y le había pedido permiso a su madre para poder ir a visitar a Nayeon, una chica castaña de ojos verdes, muy bonita a decir verdad, que había conocido a principios de curso en la preparatoria y se había vuelto muy cercana a él, pero la ojiverde se tuvo que mudar hace un par de meses a los Leeds y ya no se podían ver tan seguido como antes.

Nayeon lo había invitado junto a Taehyung para ir a su casa y celebrar que el tierno chico rizado ya había cumplido la mayoría de edad y que podían salir a algún especie de bar cerca de la zona.

El ojiverde había aceptado apenas la chica le había propuesto eso y fue directo con su madre para pedirle su permiso, claro, omitiendo lo de ir a algún bar, quien al principio se había negado ya que su amiga vivía en aquel lugar que estaba a 3 horas en auto desde Londres, pero después con unos pucheros por parte del rizado, y unas cuantas súplicas, su madre había aceptado.

Él había pedido permiso primero a su madre, ya que, sabía que si ella le daba permiso primero, su padre aceptaría lo que su esposa decidiera, y Jimin con el permiso de ambos para irse con sus amigos se encontraba muy alegre.

El rizado iba vistiendo unos skinny jeans color negros, con un suéter de color azul pálido y unos converse del mismo color que sus pantalones que se ajustaban perfectamente a sus torneadas y largas piernas y que envolvían su respingón trasero a la perfección.

— Jimin, cariño. ¿A qué hora vas a llegar mañana?— preguntó su madre, saliendo de la cocina observando a su, ya no tan, pequeño hijo.

— Durante la tarde, Mami.— le respondió.— Taehyung dijo que él me vendría a dejar.— sonrió en grande, mostrando los bonitos hoyuelos que se le formaban a los lados de sus mejillas despegando la vista de su celular para poder ver a su madre.

— De acuerdo, cariño.— asintió la mujer.—Me llamas cuando llegues allá, quiero que me mantengas al tanto de tu situación y si necesitas que vaya por ti, iré enseguida pidió comprensiva.

— Claro, Mami, prometo portarme bien, no haré nada indebido y te avisaré de cualquier cosa que suceda.- dijo con su angelical rostro tratando de venderle a su madre la barata idea de que no rompía ni un plato cuando él sabía perfectamente que era todo lo contrario.

Jimin era un muy buen estudiante con excelentes notas y con una intachable conducta ante sus profesores, muy amable ante sus vecinos y a sus familiares, quienes no conocían bien a Jimin podían afirmar que era cómo una especie de inocente angelito de mami, cuando la realidad era otra, Jimin era todo menos inocente, los fetiches y acciones que lo seguían no tenían absolutamente nada que ver con aquella palabra.

A Jimin le gustaba mucho disfrutar de su vida sexual, le gustaba mucho ser quien recibía a la hora de tener sexo, pero lo que le gustaba no era simple sexo, a él le gustaba que lo ahorcaran, le encantaba la sensación de algunas manos grandes y fuertes de algún hombre a quien denomine "papi" en la blanquecina piel de su cuello mientras ejercían un poco de presión impidiendo que el aire llegase con más facilidad a sus pulmones.

Le gustaba que le dierannalgadas, sentir el escozor y el leve dolor de un golpe en sus glúteos que lohiciera gemir fuerte y claro, lo hacían delirar por la excitación que lecausaba, y ni hablar de lo mucho que amaba las marcas de tonos rojos y violetasque quedaban después en su piel, siendo estás marcas, el centro de atención ylas pruebas de lo mucho que disfrutaba que lo follaran fuerte.

𝐁𝐄 𝐌𝐘 𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora