Jimin estaba nervioso, había llamado a Jungkook hace un par de horas y le preguntó que si estaba en su apartamento, ignorando cada una de sus preguntas sobre si estaba bien y porqué no había respondido antes, dedicándose solo a responder que lo vería en el apartamento y justo ahora ya se dirigía hacia allá.
Estaba confundido, sus emociones estaban totalmente revueltas por todo lo que ha estado sintiendo después de aquella foto y sus pensamientos lo consumían al igual que un incendio forestal.
Estaba tan distraído pensando en que le diría a Jungkook o los posibles escenarios que no se había dado cuenta que ya estaba frente al edificio, miró la gran infraestructura de abajo hacia arriba y creyó que un auto pasándole encima no se escuchaba tan mal a decir verdad.
Inhaló un poco de aire y se dirigió rápidamente al interior, ignorando a las personas en el recibidor–después de todo, ya lo conocían– y adentrandose hacia el elevador, reuniendo valor en cada segundo que pasaba para lo que se vendría en cuanto cruzara la puerta del apartamento que ya conocía a la perfección, Jungkook se había encargado de ello.
Las puertas del ascensor se abrieron y su corazón comenzó a latir desbocado, martillando contra su pecho con vehemencia cómo si se fuera a salir en cualquier momento, pero no lo culpaba en lo absoluto, él también quería salir corriendo de ahí y llegar directamente a su habitación para encerrarse todo lo que restaba del año.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que se había vuelto familiar durante los meses pasados.
— Jimin, cariño.— saludó Nana con una enorme sonrisa, acercándose a Jimin rápidamente para envolverlo en un cálido abrazo.
Jimin no dijo nada pero correspondió el abrazo de la mujer, estos meses le había tomado un gran aprecio.
— ¿Está Jungkook?— preguntó en cuanto se separaron, espero que la respuesta sea que no para tener que volver a su casa y tomar un poco más de valor.
— Está en su habitación, dijo que vendrías así que me pidió que te dijera que te esperaría ahí.— contó encogiéndose de hombros.
Jimin asintió con una pequeña sonrisa en agradecimiento.— Gracias, iré a buscarlo.
La mujer asintió, ya sabiendo un poco sobre lo que la pareja hablaría pero se limitó a devolver la sonrisa y dirigirse a la cocina.
Jimin caminó hasta la habitación de Jungkook, sabiendo exactamente el recorrido hasta ésta, después de todo aquel lugar lo conocía en todos los sentidos.
Su corazón en ningún momento dejó de latir desesperado pero al abrir la puerta sintió cómo se detuvo abruptamente al ver al hombre que tantas veces había recorrido su cuerpo terminando de salir de la ducha con una pequeña toalla colgando del filo de sus caderas mientras montones de gotas de agua se deslizaban por todo su cuerpo hasta perderse entre su piel.
Jimin se quedó estático, perdiendo el aliento al ver al hombre que tantas noches se convirtió en su dueño cuando lo hacía suyo sin piedad alguna en esa misma habitación, estando casi desnudo caminando en su dirección con una enorme sonrisa al verlo depues de todos esos días.
Jungkook se acercó rápidamente y lo envolvió en sus brazos fuertes al mismo tiempo que estampaba sus labios sobre los del rizado, una de sus manos acarició su espalda mientras en cada caricia se deslizaba un poco más. Jimin ahogó un jadeo contra la boca de Jungkook cuando el beso se volvió brusco, olvidando exactamente que era a lo que venía en cuanto sintió las manos del mayor recorrer su cuerpo a su antojo como tantas veces ya lo había hecho.
Con pasos descuidados Jungkook recostó lentamente a Jimin sobre la cama, le quitó los zapatos y se cernió sobre él. La toalla que hace unos momentos le cubría quedó en el suelo a la orilla de la cama. Jimin no dijo nada, solo se dedicó a sentir porque también lo quería, sin importar qué, lo necesitaba.
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𝐁𝐄 𝐌𝐘 𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡
Romance❁ 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 ❁ 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋𝐈𝐙𝐀𝐃𝐀 Jungkook, un famoso empresario británico que busca agregarle una pizca de diversión a su monótona vida llena de contratos, reuniones y viajes de negocios, así que una noche decide ir a un bar a las afueras de...