Capítulo 6

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Cuando Jungkook arregló su ropa y la de Jimin, salió del baño con el chico tomado de su mano detrás de él, guiándolo a la salida del lugar no sin antes avisarle a Seokjin que tenía que irse.

Seokjin rió cuando vió el mensaje porque el había querido ir hace unos momentos al baño y escuchó algunas cosas provenientes del interior de aquel sitio.

Jungkook salió a las frías calles nocturnas de los Leeds con el rizado pegado a su cuerpo y divisó no muy lejos a su chófer fuera de su auto aparcado fumando un cigarrillo.

— Buenas noches, señor Jeon.— saludó el joven hombre de no más de 24 años quien trató de no demostrar lo sorprendido que estaba de ver a aquel chico colgado del brazo de su jefe, hacía tiempo que trabaja con el señor Jeon y jamás lo había visto con alguien.

— Buenas noches, Beomgyu.— correspondió el saludo.— Voy a utilizar mi auto hasta mañana por la tarde, no sé si quieres que te dé algo de dinero para ir a casa o para que te quedes en un hotel de aquí e irnos mañana.— dijo el ojiazul apretando más al delgada cuerpo hacia el suyo.

— Lo del hotel estaría bien, señor Jeon.— dijo el hombre.

— De acuerdo.— asintió, metió la mano a su pantalón y sacó su billetera y le tendió unos billetes a su chófer.— Ahí también va algo por si mañana quieres salir a desayunar por tu cuenta.— le tendió el dinero.

— Gracias, señor Jungkook, que tenga buena noche.— tomó el dinero, le dió las llaves del auto al ojiazul y comenzó a alejarse del lugar.

Y claro que tendría una buena noche, después de todo, su noche se convirtió en la mejor desde que vió a ese bonito ángel de ojos verdes arriba de ese escenario.

Quitó la alarma del auto y le abrió la puerta al chico rizado para que se subiese y no siguiera expuesto a la fría noche para después correr por enfrente del auto y subirse al lado del conductor.

— ¿Qué quieres hacer?— preguntó al dulce chico.

El rizado quién se había mantenido en silencio desde que salieron del baño por fin volvió a hablar.

— Dijiste que aún no terminabas conmigo, papi.— susurró sensualmente el ojiverde.

Y Jungkook sonrió, había regresando la faceta de descaro del chico, le gustaba que fuese así, lo calentaba de sobremanera su actitud.

— Creí que habías tenido suficiente.— se encogió de hombros con una sonrisa.

— No, todavía no, ¿Quién podría tener suficiente de ti?— preguntó con obviedad.— Además, eres muy bueno con la lengua.— dijo pasándose al asiento del conductor para sentarse sobre el hombre ojiazul mientras mordía su labio inferior.

Jungkook ya ni si quiera se sorprendió ante los atrevimientos del tierno rizado y llevó sus manos automáticamente al trasero del chico quien en ningún momento hizo por apartarlas.

— ¿Sueles ser muy descarado?— preguntó divertido el magnate.

— Solo a veces.— respondió encogiéndose de hombros. — ¿Por qué? ¿Te gusta que sea así?— preguntó con una sonrisa que dejaba ver sus hoyuelos en ambas mejillas.

— Me pone mucho que seas tan descarado— apretó el trasero del chico robándole un jadeo.

— Pues tu no estás muy lejos de causar lo mismo en mi.— dijo bajito cerca del oído de Jungkook quién jaló con delicadeza sus rizos hacia atrás para poder juntar sus labios.

El beso comenzó lento a diferencia de cuando estaban dentro del bar, pero comenzó a subir de tono rápidamente.

— Ahora quiero que me folles, papi, ¿Lo harás?— preguntó con voz dulce e inocente.

𝐁𝐄 𝐌𝐘 𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora