Jungkook ya iba en el auto con Mingyu, ambos en absoluto silencio ya que Jungkook se negaba a dirigirle la palabra. Cuando se dió cuenta que no debió irse con él era muy tarde, ya le había dado su dirección y lo único que le quedaba era ignorarlo.
— Sé que no soy una persona de la cuál te alegres de ver pero eres muy inmaduro al no hablarme.
— ¿Y qué?— el paisaje del exterior se le hacía muy interesante.
— ¿Ves de lo que hablo? Inmaduro.
— No soy inmaduro, simplemente no me agradas y estoy borracho, siento que en cualquier momento voy a vomitar.
— Gracias a Dios es tu auto.
— Tal vez vomite en tu dirección.
— De acuerdo, ya te dejo en paz pero eso no quita que seas inmaduro.
— No quiero hablar contigo sobre personas siendo inmaduras.— recalcó.
— Te pedí perdón por eso, ¿Puedes dejar el tema?.
— ¿Por qué?— preguntó.
— ¿Por qué?— respondió confundido, viendo de atisbo al ojiazul.
— Sí, solo quiero saber por qué me engañaste cuando te daba todo de mi o al menos intentaba hacerlo.— reclamó, no sabía si era por el alcohol en su sistema o porque quería saber, tal vez se reclamaba más así mismo que a Mingyu.
Jungkook quería saber porqué no fue suficiente y aunque ya no le importaba el de cabellos cobrizos en lo absoluto, aún tenía esa necesidad de saber.
Mingyu apretó la mandíbula y respondió:— Porque quería más.— suspiró.— ¿A qué me refiero con "más"?— respondió así mismo, sabiendo lo que le preguntaría el ojiazul.— No lo sé, pero en esa época tener tu atención y la de.. Él al mismo tiempo me gustaba, me hacía sentir deseado por ambos.— hizo una mueca, con su vista aún en la carretera.— Tu estabas ocupado con los proyectos de tu empresa, ganando socios y adquiriendo poder y reconocimiento en todo esto, justo como lo habías soñado.— recordó.
— Y lo logré.— habló en voz baja con una sonrisa tonta en sus labios, siendo escuchado por Mingyu.
— Lo hiciste y de verdad que si me siento feliz por ti, tienes todo lo que alguna vez quisiste.— dijo sin mirar a Jungkook y no mentía, no del todo.
Se sentía feliz por todo lo que Jungkook consiguió, tenía todo lo que alguna vez le contó cómo una fugaz conversación mientras estaban solos en las habitaciones de la universidad.
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— Kookie.— llamó.— Solo nos faltan unos meses para terminar la universidad.— tarareó Mingyu.— ¿Que harás cuando terminemos?— acarició con la yema de sus dedos la piel desnuda de Jungkook.
— Intentar formar mi propia empresa de construcción, de eso estoy seguro.— respondió, pegando más el cuerpo contrario hacia el suyo, disfrutando del contacto.— Espero poder ser una de las mejores compañías, contratar arquitectos e ingenieros, ser reconocidos por nuestro buen trabajo.— contó con una sonrisa.
— ¿Y que pasará con nosotros?.
— No me dejaste terminar.— reclamó en broma.—Después de lograr lo de mi empresa, construiría algo para nosotros, una gran casa con todo lo que necesitemos, ¿Te gusta la idea?— preguntó con una sonrisa pintando sus facciones.
— Me gusta la idea. ¿Te imaginas? Tu llegando a casa después de un largo día trabajando lleno de estrés y todas las mierdas que podrías sentir después de estar ocupado y yo esperandote para aliviarte ese estrés.— respondió coqueto.
— Suena bien.— rió Jungkook por la insinuación de su pareja.
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Pero Mingyu no estaba feliz sabiendo que todo pudo haber sido de él, justo ahora un bonito anillo podría estar descansando en su dedo anular, siendo la prueba de que estaba casado con Jungkook como lo habían platicado cuando eran novios, todo aquello que planeó con Jungkook se quedaron en solo eso; planes sin cumplir.
Ahora ni si quiera era amigo de Jungkook y probablemente el que tenga un anillo en su dedo anular sería aquel chico rizado que ni si quiera era un adulto, porque sí, él sabía que solo era cuestión de tiempo para que Jungkook pusiera un enorme anillo en su mano y eso le revolvía el estómago. No tenía derecho a molestarse pero lo hacía.
— Lo sé, si a mí yo de la universidad le hubieran contado todo lo que lograría, sin duda se hubiera puesto a reír, a llorar o se enojaría creyendo que es una cruel broma.— dijo sin borrar su sonrisa.
Los efectos del alcohol en su sistema desapareciendo lentamente, se sentía menos mareado.
— Y si a mí yo de la universidad le contara lo que hice, seguramente me hubiera golpeado sin parar.
— Yo lo apoyaría. Aún no comprendo como es que te fijaste en él, ¿Que era lo que te ofrecía?— se negó a preguntar que es lo que aquél tipo le ofreció que a ideas de Mingyu, él no pudo.
— La atención que me daba, supongo. Cómo te dije, estabas ocupado y él me dió la atención que tú no me diste.
— Siempre traté de darte toda mi atención, sabías que estaba ocupado creando una de las cosas que más había soñado y te metiste con alguien más, aquel tipo incluso te doblaba la edad.— recordó.
Mingyu hizo una mueca y apretó un poco sus facciones.— No eres el más indicado para hablar de ello cuando le llevas como diez años a tu novio, no estás tan lejos de doblarle la edad.— recriminó. El otro hombre con el que engañó a Jungkook a pesar de todo aún era un tema un poco sensible para él.—Al menos yo tenía 24 y aunque no era muy maduro, ya era un adulto para saber con quién me metía.
Jungkook tragó saliva, sabiendo que Mingyu tenía razón en aquello. Pero no podían culparlo por fijarse en Jimin, él no decidió enamorarse de aquel ojiverde con rizos rebeldes que lo volvían loco, porque desde que lo conoció, su vida tuvo un poco más de sentido.
— No es lo mismo, son distintas situaciones.— se limitó a decir.
Mingyu no necesitaba comenzar una discusión justo ahora.
Después de la conversación que tuvieron, decidieron mantenerse en silencio hasta llegar al apartamento de Jungkook, no tardando más que solo un par de minutos.
Jungkook se bajó de su auto un poco tambaleante y caminó en dirección de su edificio, Mingyu siguiéndole un poco más lento con la vista fija en su celular, guardandolo rápidamente cuando ambos estuvieron parados frente a las puertas del lugar.
Jungkook se giró para mirar a Mingyu, estando a punto de pedir las llaves de su auto para poder irse a la tranquilidad de su apartamento y dormir hasta que Jimin llegara a casa pero unos labios que ya hacía mucho tiempo no sentía impactando contra los suyos lo tomaron desprevenido.
Se quedó estático durante unos segundos, tratando de procesar lo que estaba sucediendo. Tenía a Mingyu sobre él besándolo. Su cerebro trató de digerir rápidamente lo que estaba pasando hasta que reaccionó y lo empujó un poco para quitárselo de encima, limpiándose las comisuras con el dorso de su mano.
El beso no se sintió para nada bien, los labios ya desconocidos para él se sintieron como hierro caliente en contacto con su piel y no le había gustado, no lo habían hecho porque no eran los de su Sol.
— ¿Por qué mierda me besaste?— reclamó, odiando haber tendido aquel contacto.
— Tenía ganas de volver a sentirte.— le confesó, tratando de volver acercarse a Jungkook.
Jungkook estaba un poco mareado pero nada que no pudiera controlar y dió unos pasos hacia atrás para mantener distancia entre él y Mingyu. No necesitaba esto.
— Solo dame las llaves de mi auto y vete, me está comenzando a doler la cabeza y no tengo ganas de hacer un escándalo a estas horas.— pidió, tratando de no estallar en gritos y reclamos
Cómo pudo le arrebató las llaves y entró rápidamente, queriendo llegar a su apartamento lo antes posible y dormir. Tal vez mañana todo lo que bebió le pase factura.
BE MY DADDY
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𝐁𝐄 𝐌𝐘 𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡
Romance❁ 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 ❁ 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋𝐈𝐙𝐀𝐃𝐀 Jungkook, un famoso empresario británico que busca agregarle una pizca de diversión a su monótona vida llena de contratos, reuniones y viajes de negocios, así que una noche decide ir a un bar a las afueras de...