Walk in the sun once more (Thomas Hewitt X Reader)

Capítulo XXVII: Tormenta

Capítulo XXVII

El clima estaba cambiando progresivamente, aun no se notaba mucho pero era de esas ocasiones en que incluso el aire tenía un aroma diferente, un poco más fresco aunque no demasiado y aun había mucha humedad. Ese día incluso se veía nublado.

Al tío Monty le gustaba sentarse en la entrada durante las tardes así que lo ayudabas arrastrando su silla hasta allá, generalmente era tarea de Hoyt pero aún seguía enfermo y mamá estaba atendiéndolo. Sugeriste comprarle una silla de ruedas pero los mayores consideraron que de momento no era buena idea hacer gastos tan pesados, obviamente Monty era el más disgustado pero tampoco pudo apelar a su favor.

Recién habían terminado de comer así que aun tenías varias cosas por hacer y más valía apresurarse.

—Yo les dije que la necesitaba—Alegó el anciano cruzado de brazos mientras tirabas hacía atrás.

—Yo también estaba de acuerdo—Dijiste con pesadez al intentar seguir arrastrando la silla que se atoraba de vez en cuando con las grietas del suelo—No te preocupes, tío Monty. Te aseguro que encontraremos una buena oferta.

Te detuviste un momento para descansar y te secaste una gota de sudor que hacía brillar tu frente. Cuando intentaste volver a tirar, Thomas se acercó de pronto y lo hizo en tu lugar.

Con facilidad terminó el recorrido hasta la entrada aunque ciertamente ya habías hecho la mayor parte, aun así fue un alivio.

Le agradeciste en voz dulce mientras te parabas de puntas, invitándole a besarte y tal vez esas eran las pequeñas interacciones que lo hacían verdaderamente feliz de ayudar. Sin embargo, fueron interrumpidos por Monty quien no quería ver sus cursilerías además de querer disfrutar su tiempo a solas.

Te llevaste a Thomas de ahí hasta la cocina para que te hiciera compañía mientras terminabas el quehacer, los días resultaban aburridos cuando no tenían trabajo real, las reparaciones estaban prácticamente terminadas y solo estaban esperando a que Hoyt se recuperara. Estabas contenta por ese avance en la familia, sin embargo, eras consiente de que una vez que la policía abandonara el área volverían a sus viejas costumbres.

No estaban progresando en ese sentido y no planeaban hacerlo de todas formas, tu única opción era unírteles y a pesar de todo te ocasionaba un burbujeo en el estómago cada vez que lo pensabas. ¿Qué clase de nuevas tareas estarías dispuesta a hacer por la familia?

Trataste de despejar tu mente preparando algún bocadillo, acababan de comer pero no importaba. Mamá estaba muy ocupada limpiando la habitación de Hoyt.

Tomaste el cuchillo de sierra y rebanaste en varios trozos una barra de pan, Thomas te veía curioso porque mamá no iba a estar de acuerdo en que estuvieran comiendo otra vez, pero le gustaba mucho lo que tu cocinabas así que no dijo nada y esperó con paciencia mientras untabas mantequilla en las rebanadas de pan.

Sin darte cuenta comenzaste a sonreír, tenías la sensación de que estaba observándote demasiado y eso que estabas dándole la espalda. Pusiste las rebanadas en una sartén y dejaste que se hicieran durante unos minutos, les dabas vueltas con los dedos desnudos a cada cuando y la cocina pronto tuvo un aroma dulce y delicioso.

Esto hizo que Thomas se acercara a ver, sus grandes brazos te rodearon la cadera y acomodó el mentón en tu hombro, poniendo especial atención en lo que hacías. Le alegró notar que llevabas puesto el anillo que te regaló, te lucía bastante bonito y lo mejor es que lo portabas con orgullo y mucha gracia.

—No le vayas a decir a mamá, ¿de acuerdo?—Advertiste en tono divertido. Él solo negó y continúo esperando.

Su mirada se volvió pesada y accidentalmente tocaste la sartén caliente con el dedo índice. Soltaste un gemido bajo y adolorido, llevándote instantáneamente el dedo a la boca por pura inercia.