Capítulo XXIV: La responsabilidad

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Capítulo XXIV

Después de algunos días tras ese viaje tan peculiar a la ciudad por fin se habían acoplado a varias comodidades y sobre todo facilidades. Al principio Hoyt no estaba muy de acuerdo en usar la licuadora, gastaría más energía de la usual pero era muy útil y sin duda les daba a ti y a Luda Mae ventaja para tener la comida hecha con más rapidez.

No solo eso, la tostadora y una batidora también. Estabas consiente del gasto energético pero no las usaban todos los días, de todas maneras había otras cosas que mantenían ocupado al anciano más que preocuparse por simplezas.

Preparaste una jarra de té helado para los hombres que estaban trabajando bajo el sol ese día caluroso, te limpiaste las manos con el delantal que llevabas puesto y saliste a buscarlos.

Llegaste hasta el patio para encontrarte con Thomas y Hoyt que estaban encargándose de construir un pequeño gallinero para unas cuantas aves que habían comprado, pronto si se daba la oportunidad también comprarían unos cerdos pero estaban tratando de acoplar primero la casa a las nuevas condiciones. Incluso propusiste comprar un nuevo generador para no tener que preocuparse por el uso constante de la licuadora pero solo era una propuesta que seguía en el aire.

Te acercaste saludando afectuosamente para avisar de tu proximidad, Thomas fue el primero en voltear. El sudor corría por su frente y sus musculosos brazos provistos de cicatrices, llevaba una camiseta blanca sin mangas y era muy raro verlo así pero ni siquiera él soportaba el calor que hacía ese día, mucho menos haciendo todo ese esfuerzo físico.

Se acercó a ti y tomó uno de los vasos con una mirada llena de deseo tras estar tanto tiempo expuesto al sol. Luego dejaste la charolita en un tocón de árbol que había sido cortado muchos años atrás, ahora funcionaba de mesita o de asiento fácilmente.

—Tal vez deberían tomarse un descanso- Sugeriste. Pero negó antes de beber todo el té de un trago.

-Estamos a nada de terminar, encárgate de tus asuntos- Dijo Hoyt cuando se acercó y tomó el vaso restante.

-¿Y si les da un golpe de calor?

-Aquí los hombres aprendemos a trabajar en todas las condiciones posibles, no como los mariquitas de la ciudad.

Continuaron teniendo una conversación entre mordaz y burlona mientras que Thomas volvía a servirse té desde la jarra, ignorando completamente lo que ustedes hablaban.

Hoyt te hizo reír con uno de sus sarcasmos que para nada tenían la intención de sonar gracioso pero igual te gustaba hacerlo repelar. Por puro reflejo te recargaste en el brazo libre de Thomas aunque sin estar consciente de ello y envolviste tus propios brazos en él.

La sensación de tus manos en su piel expuesta lo puso nervioso, a pesar de que muchas cosas se habían arreglado entre ustedes seguía habiendo una brecha no solo sentimental sino también en la cama.

Parecías contenta casi todo el tiempo, tu relación con Luda Mae se afianzó, te llevabas mejor con Hoyt al grado de poder tener esas conversaciones casuales y reírte de sus chistes, hasta tolerabas a Monty y le ayudabas con algunas tareas imposibles en su condición de incapacidad.

Hacías tus deberes con normalidad durante el día y luego en la noche se encontraban en la cama pero ahí parecías distante y hasta fría. Solían compartir algunos besos pero cuando las cosas comenzaban a escalar siempre te dabas la vuelta alegando que tenías sueño.

No iba a obligarte a nada, aunque ganas no le faltaban pero ya le había quedado claro que forzarte solo abriría más la brecha.

A veces se preguntaba si no habías comprendido que te amaba, había estado tratando de mejorar en muchos aspectos pero no te dabas cuenta, incluso había dejado de usar la máscara solo para que lo miraras.

Walk in the sun once more (Thomas Hewitt X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora