CAPITULO III
Estaban en la cocina, toda la casa lucía tan oscura con un toque tenebroso pero al mismo tiempo se sentía como un idílico hogar. La cocina parecía ser la habitación más limpia y la razón seguramente era porque Luda Mae era quien controlaba mejor ese lugar que nadie.
Un ligero viento soplaba y entraba por las ventanas abiertas, las casi transparentes cortinas se alzaban dejando ver el árido campo de afuera. No estaban Hoyt ni Thomas por los alrededores.
Un fugaz pensamiento pasó por tu mente. ¿Y si esta era tu oportunidad? Podrías tomar un cuchillo y apuñalar a mamá, quizá cortarle la garganta para evitar gritos y luego salir corriendo a escondidas de los dos hombres.
Pero eso los enfurecería demasiado, y si te atrapaban quien sabe que tortura podría esperarte. Además, incluso pensar en asesinar a mamá se sentía como pecar ante los ojos de Dios, miles de ojos parecían estar viéndote por toda la casa, en cada oscuro rincón, en cada luz, en cada mueble. Te veían, alguien estaba vigilándote y te obligaste a desaparecer ese pensamiento de tu mente.
— Ayúdame a picar la cebolla, querida. No soporto que se me nuble la vista. — Te ordenó mientras te entregaba un enorme cuchillo. El pensamiento nuevamente cruzó dentro, pero luego al dirigir la mirada a los ojos de Luda Mae pudiste ver oscuridad. Estaban quizá poniéndote a prueba, estabas segura que te vigilaban.
Tomaste el cuchillo y te acercaste a la encimera donde mamá había puesto una tabla de picar con un par de grandes cebollas, pudiste sentir su mirada juzgadora aun cuando ya le dabas la espalda. Tragaste saliva con nerviosismo y te pusiste a trabajar, poco después ella comenzó a cortar unos trozos de carne que sacó de la nevera.
Generalmente comían mucha carne y te preguntabas de donde la obtenían si el matadero había cerrado, el pueblo era casi fantasmal y no habías escuchado u olido animales fuera. Aunque eso sí, Thomas siempre olía como uno pero lo peor es que olía a uno muerto. Que importaba de todas formas, mientras te portaras bien nunca te faltaba comida.
Mientras estabas concentrada en lo tuyo y tratando de no escuchar los pensamientos asesinos, otro sórdido sonido te asustó. Era fuerte y casi demencial, un motor violento azotó la casa. Mamá parecía estar normal y conforme con eso, como si no lo estuviese escuchando.
— Es Thomas, está trabajando en el sótano. — Comentó sin voltear a verte. Por un momento relajaste los hombros, pero luego recordaste la amenaza de mamá aquella vez. Cuando dijo que el lugar favorito de Thomas era el sótano. ¿Qué estaba haciendo allá abajo? ¿Ese sonido era acaso el de una motosierra? Sin duda era aterrador.
Miraste tus pies, más específicamente al suelo debajo de ellos. Pensando en si Thomas estaba justo ahí escuchándolas hacer la comida, o escuchando cualquier indicio que dieses sobre hacerle daño a su madre.
— ¿Por qué no vas al huerto de afuera por dos tomates? Pensaba que tenía más pero debí acabármelos en tu desayuno. Lo menos que puedes hacer es ir por un par más. — Ordenó mientras rebuscaba en la nevera. Te había pedido salir, ¿seguía siendo parte de la prueba? ¿Estaba Hoyt a fuera viendo por si acaso intentabas escapar?
Asentiste con la cabeza agachada cuando volvía a dirigirse a ti, te limpiaste las manos en los costados del vestido y con timidez te acercaste a la puerta de salida. Volviste a echarle un ojo a mamá quien ya no prestaba atención. Eso era muy raro, y daba miedo.
Pero mientras no intentaras escapar entonces no tendrían por qué hacerte daño.
La suave brisa te acarició el rostro en cuanto cruzaste el umbral de la puerta. Respiraste hondo y luego soltaste todo ese aire. Era una probadita de libertad, y lo disfrutaste como nunca. Pero nuevamente te cegaste ante la idea de irte, porque era probable que ellos supieran que al probar una pizca de libertad ibas a querer más, debías hacer lo contrario a lo que ellos esperaban que hicieras.
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Walk in the sun once more (Thomas Hewitt X Reader)
FanficEres una abogada en un mundo donde los hombres tienen el control, las mujeres que ejercen aun son pocas y los abogados del bufete donde trabajas te envían a ti sola a una diligencia rumbo al Condado de Travis, Texas. Para tu suerte tienes un amigo...