Capitulo V: Maybe

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CAPITULO V

Te encontrabas cambiándote muy temprano, Thomas ya se había levantado unas cuantas horas atrás. Ya solías despertar al mismo tiempo que él aunque no se lo hacías saber. Mientras caminabas por la habitación para alcanzar tus zapatos pudiste divisar algo por la ventana.

Ahí estaba Thomas en una posición de ataque quieto como una estatua, tenía un cuchillo en su mano y apuntaba hacía la maleza. No podías ver hacía donde estaba apuntando exactamente, no viste ningún animal ni nada pero él se veía muy concentrado y de pronto lo lanzó con furia hacía su objetivo.

Te tomó por sorpresa aquella agilidad suya y también a la pobre liebre que terminó ensartada en aquel cuchillo. La levantó y era una liebre grandísima, estaba muy gorda y era evidente que la cazaba para ti.

Aunque había pasado considerable tiempo desde el suceso con el joven deportista aún tenías recuerdos que te revolvían el estómago, pero la casa de cualquier manera siempre estaba impregnada con ese olor y el hombre con quien habías empezado a dormir de nuevo, también.

Debías dormir con él a veces sucio y sin falta cada semana lavabas su ropa ensangrentada. Con él tiempo era normal que te terminaras acostumbrando un poco y tomaste ese pensamiento para adentrarte a consumir carne de nuevo, o por lo menos por esta vez. Querías hacerle saber a Thomas que considerabas su preocupación y que estabas agradecida.

Por suerte, ese día en la tarde luego de comer todos se fueron a sus tareas. Mamá se había ido a atender la estación, Hoyt estaba patrullando y Monty lo había acompañado esta vez. Estaban solos en la casa, cuando terminaste de limpiar y lavar te pusiste manos a la obra.

Encendiste la radio, no creías que a Thomas le molestase escuchar un poco de música. A Hoyt no le gustaba porque muchas ocasiones había cantantes que no le agradaban, por no decir que simplemente era un racista de mierda.

Y hasta te sentiste feliz cuando en la primera estación estaban reproduciendo canciones de The Ink Spots, tú no tenías ningún problema y de hecho amabas ese tipo de canciones que escuchaban tus padres.

Te sentiste entusiasmada pero al mismo tiempo inquieta nunca habías bajado al sótano y no iba a ser la excepción, tenías planeado gritarle para que Thomas te acompañase a comer, pero la simple idea de acercarte a la tétrica puerta metálica te debilitaba las piernas por el miedo.

Él ya había comido antes de que mamá se fuese a trabajar pero supusiste que no le molestaría comer un pequeño plato a tu lado.

Cortaste la carne en piezas y la pusiste a cocinar, mientras tanto preparaste una salsa con tomate y por suerte también ese día tenían algunos chiles que combinados tenían un sabor a gloria, aunque debías tener consideración a la hora de condimentar, te gustaba la comida bien sazonada pero Thomas estaba acostumbrado a algo más simple. De todas formas comía cosas cuestionables, que más daba.

Y finalmente acompañaste con una sopa fría y vegetales, se veía bastante elegante para haber sido cocinado con los ingredientes racionados en pequeñas porciones.

Además la gorda liebre proporcionó suficiente carne y los vegetales lo hacían ver más racionado de lo que era en realidad.

Estabas terminando de poner la mesa cuando escuchaste la puerta del sótano. Te limpiaste las manos en el delantal y te lo quitaste de inmediato. Al darte la vuelta Thomas ya estaba en la puerta del comedor. Te observaba curioso.

—Justo iba a buscarte... — Tu voz tembló más de lo que esperabas. — ¿Te gustaría acompañarme a comer? Preparé la liebre que cazaste hoy. — ¿Qué ibas a hacer si decía que no? Bueno, terminarías comiendo sola pero te sentirías demasiado avergonzada tras ser rechazada.

Walk in the sun once more (Thomas Hewitt X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora