CAPITULO I
Sonaba Stormy Weather en la radio y era bastante apropiado para la ocasión, el cielo estaba nublado para tu suerte. Te gustaba el sol pero no te encantaban las tardes calurosas de Texas, lo positivo es que podías usar los vestidos más bonitos y frescos de tu guardarropa.
El tiempo nublado y las grandes extensiones de naturaleza que adornaban las carreteras eran relajantes, sin olvidar la melodiosa música que sonaba aleatoriamente en la radio, casi se sentía que era cuestión del destino.
Era un viaje largo, tenías que ir preparada ya que nunca habías viajado sola. Tenías algo de nervios a pesar de que te encontrarías con un amigo en cierto punto. Pero no era tan difícil, solo tenías que conducir y evitar hacer paradas innecesarias.
Revisaste él coche antes de partir y te detuviste en un par de gasolineras durante el trayecto pero en algún momento dejaste de ver estaciones por el camino.
Prácticamente nada de sociedad o rastros de ella, ni siquiera otros coches y eso definitivamente era aterrador, aunque mejor que conductores desenfrenados como en la caótica ciudad.
No obstante, unos kilómetros más adelante divisaste un rustico establecimiento que contaba con dos bombas de gasolina y aunque el tanque todavía tenía suficiente, te pareció apropiado hacer una parada. Si había gasolina entonces probablemente habría alguien que le echara un ojo al auto para saber que todo iba bien.
Sabías lo básico de autos pero nunca estaba de más que alguien experto se encargara de lo más técnico para evitar cualquier accidente. Lo mejor era estar segura para continuar tu viaje. Y en tu mente rondaba el deseo de que las personas ahí dentro fuesen amables.
Te estacionaste justo en frente y nada te dio más alivio que bajarte y sentir la brisa entre las piernas, ya llevabas un rato sentada y con el vestido comenzaban a sudarte los muslos, casi pedían a gritos un poco de aire. Y para seguir con la racha de buena suerte, había un letrero de Coca-Cola en la pared, algo frio en un momento así era muy agradable.
Entraste y una campanilla tintineo en cuanto la puerta se abrió. Ahí dentro aún sonaba la misma frecuencia de radio emitiendo a Etta James. El lugar parecía muy viejo y acabado, no era de sorprenderse después de tanto camino sin ningún otro ser humano a la vista.
Había una mujer mayor atendiendo en la vitrina principal, estaba fumando y prácticamente todo el local tenía ese nauseabundo olor a tabaco. No te dirigió ninguna palabra, solo una mirada juzgadora desde pies a cabeza sin tratar de disimular.
Fingiste no darte cuenta y en su lugar paseaste la mirada por las paredes de detrás de la mujer, había una cabeza de venado muy vieja y dañada, además de muchas fotografías que parecían bastante normales de personas en el pueblo. En una de ellas se notaba una edificación que reconociste como un matadero. Varios hombres posaban en frente felices, era por poco lo más alegre de aquel lúgubre lugar.
— Buenas tardes. — Dijiste al fin y sonreíste amablemente a la mujer, quien se limitó a asentir con la cabeza sin dejar de fumar.
Generalmente no eras de las que prejuzgaban a las personas pero podías notar y hasta sentir como te veía, casi como si quisiera comerte con los ojos. Eso no era lógico para ti, pero tampoco es que viajar sola durante tantas horas genere mucha confianza en personas extrañas.
Buscaste con la mirada una máquina expendedora de refrescos pero no había nada y lo cierto era que tampoco había otra persona ahí, no querías subestimar a esa mujer pero dudabas que supiese algo de mecánica.
— ¿Tiene Coca Cola? — Preguntaste tímidamente. Su rostro mostró una mueca de exasperación antes de levantarse a hurgar en un viejo refrigerador detrás de ella.
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Walk in the sun once more (Thomas Hewitt X Reader)
Fiksi PenggemarEres una abogada en un mundo donde los hombres tienen el control, las mujeres que ejercen aun son pocas y los abogados del bufete donde trabajas te envían a ti sola a una diligencia rumbo al Condado de Travis, Texas. Para tu suerte tienes un amigo...