Capítulo XXVI
Habían trasnochado y aun así muy temprano estuvieron despiertos, al principio fueron puras caricias y toques nostálgicos. No quería separarse de ti, no quería que tu comportamiento que resultaba impredecible para él de pronto te hiciera cambiar de opinión.
Quería hacerte feliz y trataba de demostrártelo de la mejor manera posible aun si no podía decírtelo verbalmente.
Esos cariños escalaron convirtiéndose en besos y luego mucho más hasta que te tuvo boca abajo con las manos bien ceñidas a las sabanas, mordías la almohada en un intento desesperado de acallar tus gemidos incontrolables mientras te tomaba desde atrás.
Se inclinó sobre ti con sus propias manos sosteniendo su peso a cada lado de tu cabeza y nada le encantaba más que verte disfrutando debajo de él. También estaba intentando no hacer demasiado ruido porque para ese momento ya deberían estar despertando los demás en la casa si es que alguno había podido dormir.
Pero todo su esfuerzo era inútil si la cama rechinaba incesablemente con cada embestida, porque no era cualquier cosa, lo hacía fuerte y rápido tratando de alcanzarte muy dentro.
Llegó a su límite unos minutos más tarde, sin embargo, durante la noche le había sobrepasado el sentimentalismo y sobre todo la excitación. Esta vez estaba más consciente de lo que implicaba venirse dentro y una especie de remordimiento lo obligó a evitarlo, dejando salir los chorros de placer sobre tu espalda desnuda esta vez.
Te confundió, nunca lo había hecho en otra parte que no fuese dentro. Siempre fue muy entusiasta intentando dejarte en estado, sabías que de cualquier manera había posibilidad pero seguía siendo extraño. De todas formas lo ignoraste porque se había sentido increíble.
Te ayudó a limpiarte e iniciaron por fin la rutina de la mañana porque tenías deberes que hacer, lo cual era un pesar porque seguías adolorida por la noche anterior.
Al bajar ya te estaba esperando mamá en la cocina y en el comedor estaba el tío Monty quien enseguida les dedicó una mirada molesta. Ambos ancianos parecían muy cansados y sentiste culpa porque probablemente había sido por todo el ruido que hiciste en la noche.
La única persona ausente era Hoyt así que preguntaste por él una vez que te incorporaste en las tareas de la cocina.
—Enfermó, por alguna razón anoche durmió a fuera en la camioneta, ¿Por qué crees que haya sido?—Preguntó mamá con ironía, claramente reprendiéndote por lo de anoche aunque en el fondo estaba aliviada de que recuperaran cercanía.
—Lo lamento mucho...—Fue lo único que dijiste aunque en realidad no te arrepentías de nada, sus palabras fueron alentadoras así que lo culpabas en cierto modo.
Mamá te ordenó llevarle el almuerzo a la cama y obedeciste aunque no tenías muchos ánimos de ser tan servicial con él, sin embargo, sí que tenías ganas de burlarte un poco.
Subiste con la charola que llevaba un plato con sopa de verduras y agua pura, no podías tocar la puerta así que simplemente avisaste que ibas a pasar. Hoyt no contestó pero si lo escuchaste estornudar de manera resonante.
El hombre estaba en cama como si estuviera a punto de morir pero parecía una gripe común y corriente, seguía en ropa de dormir, las ventanas estaban cubiertas y tenía los ojos cerrados, si no fuera por el sonido nasal que emitía a cada cuando, pensarías que estabas visitando a un muerto en su velorio.
Dejaste la comida en la mesita a un lado de su cama y en eso abrió los ojos, no le agradó que lo vieras en esa situación tan vulnerable pero no tenía otra opción y de cierto modo su paseo nocturno había afianzado tan solo un poco la relación familiar entre los dos.
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Walk in the sun once more (Thomas Hewitt X Reader)
FanficEres una abogada en un mundo donde los hombres tienen el control, las mujeres que ejercen aun son pocas y los abogados del bufete donde trabajas te envían a ti sola a una diligencia rumbo al Condado de Travis, Texas. Para tu suerte tienes un amigo...