POV Jennie
La presión en mi pecho aumentaba, sentía la humedad correr por mi mejillas mientras la nube de mi cabeza emborronaban mi mente.
Hace una semana que dejé a Lisa y mi vida no ha podido perder más sentido. Me sentía vacía y sin ganas de absolutamente nada, no quería comer, no quería salir, ni estudiar... solo tumbarme en la cama y llorar hasta secarme.
Cada vez que pensaba que ella, un dolor desgarrador corría de mi cabeza a mi pecho, y las lagrimas se escurrían inevitablemente. Mis amigas intentaban animarme y hacerme olvidar lo desdichada que soy.
Cada vez que convivía con mi soledad, me replanteaba si verdaderamente he hecho lo correcto, y tanto mi corazón como mi mente entraba en una imparable discusión.
Lisa se había convertido en mi todo y no había supuesto un final temprano a nuestra relación, pues la comodidad que sentía con ella... pocas veces la había sentido en un pasado.
Pero odiaba la mentira, odiaba que me haya visto la cara de estúpida mientras jugaba a quien sabe quien y con quien, y sobre todo... odiaba a Harry Potter con todo mi ser.
Se había encargado de joder nuestra relación desde el minuto uno, y lo peor de todo es que lo había conseguido. Porque por supuesto sabía, que el trapicheo en el que estaba metida mi ex novia, era invención suya. Entendía su disgusto hacia la casa Slytherin, pero eso no es razón para no solo estropearme la vida a mí, sino a su prima también.
Porque a pesar haberla evitado durante esta última semana, me había encargado de que Sana y Nayeon la espiase, con el fin de descubrir si había empezado a coquetear con alguna otra pelandrusca, para así tener otro motivo más para detestarla. Pero no fue así, es más, todo lo contrario... Según me han dicho mis amigas, apenas sale de su habitación y cuando lo hace, su aspecto es horrible, como demacrado, y lo peor... su mirada estaba perdida y la tristeza es lo único que inundaban sus pupilas.
ni hace falta decir, que esa información había abierto aún más la brecha que adornaba mi corazón e incluso me había hecho replantearme la idea de hablar con ella y solucionarlo.
Pero no, debía ser fuerte.
Como ahora... estamos en el almuerzo, haciendo cola para comprar ricos pasteles de calabaza y nueces hechos por lo estudiante de primero, como una especie de recogida benéfica. Era una de las pocas veces que salía de mi habitación, y Lisa no perdía oportunidad para intentar solucionar las cosas. Yo me mantenía estoica, haciendo de tripas corazón para no caer en sus lamentos y en sus seudónimos románticos.
No podía dejarme vencer por sus "peque", "amor", "corazón" o "mi vida". Aunque ganas no me faltan.
Di un paso más, rezando porque las apenas cuatro personas que mantenían su sitio por delante de mí, avanzasen con mayor rapidez. Esperanza que perdí cuando Margarett Sailor, una joven de pelo abundante rizado y brackets preguntaba al pupilo de primero por la procedencia de cada maldito ingrediente del endemoniado bizcocho. Casi que prefería haberme tomado el pudding de naranja que había de postre en el menú de hoy.
-Dios Jennie, no me ignores por favor -Volví a sentir la necesidad en el tono de Lisa, levanté mis hombres exhalando un profundo suspiró y mordiendo mis labios para no caer ante su necesidad.
-No podemos seguir así -Uno, Dos, Tres, Cuatro... opté por la opción de contar números -Te juro que te contaré absolutamente todo y más.
Me tragué el "maldita mentirosa" que hacía presión por salir de mi laringe.
-Sé que estás sufriendo, hablé con Jeon y me ha contado que Nayeon le ha dicho que apenas puedes estar cinco minutos sin llorar. Vamos mi amor, es insano estar así cuando las dos nos queremos de sobra -Cinco, Seis, Siete... Maldita coneja bocazas.
Dos personas avanzaron delante de mí, tan sólo dos mas.
-Sé que me merezco este castigo porque no he sido una buena novia, pero estar una semana sin ti ha sido un martirio -Ocho... solo una persona más y podré marcharme con el dichoso bizcocho.
-Y también echo de menos otras cosas -Se acercó un poco mas a mí susurrando en mi oído. -Tus caricias, tus besos en mi cuello, cuando me arañas las espaldas y tiras de los pelos de mi nuca... o tus gemidos -Nueve, Diez... Virgen Santa, ¿de qué coño estará hablando el imbécil de delante que tanto tiene que tardar?
-Siguiente -La voz del estudiante de primero se hizo presente y dando un codazo en las costillas derechas de Lisa avancé, obtuve un "auch" como respuesta. -¿Qué quieres?
-Un gemido -El chaval abrió los ojos como respuesta. -Bizcocho... un bizcocho de calabaza, por favor -Rectifiqué sonrojada al cien y con la cabeza gacha, sin dejar desapercibida la pequeña risilla que escuché a mis espaldas. Me giré y la miré mal, caso error, que guapa es por favor.
Recibí el postre y pagué rápido para salir de ese comedor de una maldita vez.
Lisa me siguió detrás, sin ni siquiera pedir algo.
No me dio tiempo a dar un paso fuera de la habitación, que la rubia me agarró de los hombro y me estampó suavemente en una de las paredes.
-Dejémonos de juegos, Jennie -Me habló seriamente. -Todas las parejas discuten y hablan sobre lo que ha pasado, ¿por qué no podemos hacer nosotras los mismo?
-Porque tú y yo ya no somos nada -Contesté al fin, fríamente.
-No te creo, sé que me amas de la misma forma en que lo hago yo -Bajé mi mirada. -¿Por qué nos hacemos esto?¿Por qué no nos permitimos hablar las cosas y ser felices?
Levantó mi mentón para conectar nuestras mirada, bajó lentamente hacia mi boca con intención de sellarla con un beso y yo cedí cerrando mis ojos lentamente, necesitaba ese beso... la necesitaba a ella.
Cuando sentí su respiración mezclarse con la mía, algo hizo click en mi cabeza. No podía permitirlo y con todo el dolor de mi corazón la empujé por sus hombros, haciéndola trastabillar y casi caerse al suelo.
-No hay nada que hablar, Lisa. Me has estado mintiendo todo este puñetero curso y te ha dado igual -Mis ojos se inundaron de lágrimas. -Sabes que detesto la mentira y el jodido por qué, ¿qué te haría pensar que no me enfadaría?
-Jennie...-Musitó débilmente, pero no se lo permití.
-Ni Jennie ni hostias, si no vas decirme en que has estado metida todo este tiempo... solo hay un destino en nuestra relación y sabes perfectamente cual es -El silenció brilló como respuesta y en este punto mis lágrimas ya caían deliberadamente por mis mejilla, rodando hasta caer al fino mármol -Eso suponía... olvídame, Lalisa Manoban, olvídame.
Y sin querer escucharla ni un segundo más, salí corriendo envuelta en llanto.
No iba a sufrir.
Ya no más.
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¿Otro Potter? |Jenlisa
FanfictionUn nuevo año llegó a Hogwarts, y con eso, la llegada de nuevos alumnos en la famosa escuela de magia. La sorpresa inundaba los pasillos de la institución por la llegada de una nueva estudiante con un apellido conocido. Otra Potter llegó a la escuela...