– ¿Puedo entrar? –Lucas había llamado a la puerta–.
– Está abierto –grité desde la cama–.
– Creemos que ya es el momento de hablar –terminó de abrir la puerta, mirándome– tal y como pediste anoche.
– Por fin –me levanté sonriendo, dejando a mis amigas aún más confusas– cuando sea seguro, pensaré si podéis saber algo.
No iba a mentirles, si no podía contarles algo simplemente no lo haría, pero al menos sabrían lo que estaba haciendo.
Seguí a Lucas hasta donde discutieron con Alan en el salón. Aquella zona era preciosa, estaba rodeada de cuadros y demás antigüedades que demostraban la edad de la casa.
– Seguro que estás muy contenta de conseguir lo que querías –se quejó Alan, que estaba sentado de brazos cruzados–.
– Yo ya tenía lo que quería, no te equivoques –me senté frente a él– solo os he dado el voto de confianza antes de nada, siempre es mejor tener la información de primera mano.
– Bueno, pues ya hemos empezado –Dylan intervino, intentando relajar el ambiente–.
– Siempre he tenido esta propiedad, aunque llevaba sin volver desde hacía más de cincuenta años –explicó Lucas– pero necesitábamos un sitio donde estar seguros y poder relajarnos un poco, así que volví junto a ellos hace casi dos años.
– No sabíamos que Damián dominaba la ciudad, y mucho menos que había desarrollado aquella droga mediante radiación, ni que traficaba con humanos –ahora era el turno de Dylan–. Claro que cuando nos enteramos fue demasiado tarde, ella ya estaba de su lado, trabajando para él –pareció dudar en seguir con la historia, pero Alan siguió con ella antes de que dijera nada–.
– Por mucho que lo intentamos, decidió alejarse de nosotros, irse para servir a Damián –tenía la vista perdida–. Cuando nos enfrentamos a él, encontró razones por las que hacernos trabajar para su compañía, aunque fuera a base de manipulaciones en contra de nuestra voluntad. Así pasamos un año entero –carraspeó– hasta que uno de mis viejos amigos llamó diciendo que la habían visto con Carlos –sentía que los tres me estaban mirando, y la sorpresa se reflejaba en mi cara–.
– Nunca llegamos a conocerlo –explicó Dylan– pero sí queríamos encontrarles, de cualquier forma. Al fin y al cabo, todos le habíamos cogido cariño a la chica –sonrió–. Así que seguimos la única pista que teníamos, donde nos dijeron que les habíamos visto.
– El problema era Damián, seguíamos esclavizados –suspiró el rubio– en una de las misiones a las que nos mandó, conseguimos escapar, éramos mínimamente libres. Casi nos agobiábamos menos cuando estábamos bajo su control que esperando a que apareciera. Buscamos más sobre Carlos, y encontramos la academia. Fue casi perfecto averiguar que entrarías este año.
– Y estar en el apartamento de al lado sería perfecto para que confiase en vosotros y abriera mi corazón sobre la historia de mi hermano, revelando dónde está –expliqué, y al parecer tenía algo de razón–.
– Que nos tocase al lado solo fue cuestión de suerte –el castaño se atrevió a hablar– además, sabíamos que tenía una hermana, pero no quién era. Iba a ser complicado encontrarla entre toda la academia, imagina nuestra sorpresa al escuchar tu nombre en medio de una simple noche conociendo a nuestras vecinas.
– Es verdad que teniendo en cuenta lo que sabías estábamos preocupados, pero no pensamos que pudieras ser la hermana de Carlos. Simplemente lo dijiste antes de que pudiéramos formar una teoría sólida –intervino Lucas–.
Suspiré. No quería ser yo quién diera la mala noticia, habían estado sufriendo mucho tiempo y no podrían averiguar nada conmigo.
– Mirad, ahora mismo odio a Damián con toda mi alma y solo quiero ayudaros a encontrar a Carla –Alan frunció el ceño, no esperaba que dijera el nombre– era obvio, déjame seguir. Pero nunca le he escuchado hablar de nadie con ese nombre, y compartíamos hasta el grupo de amigos. Además, lleva desaparecido incluso más tiempo que ella, la única razón por la que estaba en la academia es para buscarlo –suspiré–. Lo siento mucho, pero más que ayudaros a vosotros me estáis ayudando a intentar encontrarle.
ESTÁS LEYENDO
Sunset Academy
Science FictionJudith había llegado a la academia con la esperanza de encontrar pistas sobre la desaparición de su hermano. Mientras estudiaría la carrera de sus sueños, a lo mejor haría un par de amigas. Lo que no esperaba, fue conocer a seres tan especiales como...