3:: Secretaría

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La noche acabó por hacerse más larga de lo que habíamos pensado, con todos tumbados en el suelo del parque viendo algunas de las constelaciones que Lucas nos estaba enseñando. Al menos hasta que vibró el móvil de Raquel y empezó a reírse.

- Acaba de llegarme una notificación super graciosa -todos empezamos a preguntarles qué era, aunque ella solo seguía riéndose- dicen que se acaban de encontrar un vampiro real a unas horas de aquí, ¿os lo podéis creer?

- Claro que sí, y mañana encontrarán un hada -Nadia se unió a sus carcajadas, y poco después todos las seguimos-.

- Yo a estas alturas ya me lo creo todo -me encogí de hombros. ¿Por qué no iban a poder existir los vampiros?-.

- ¿En serio? -Dylan se giró para ver mi respuesta, pero yo estaba muy concentrada en un satélite que pasaba sobre nosotros-.

- ¿Por qué no? -me encogí de hombros- obviamente no sería como en los cuentos infantiles, pero el mito tiene que salir de algún lado.

- Listo, ya es suficiente -Alan se levantó- nosotros nos vamos, ha sido una noche encantadora pero ya tenemos que despedirnos.

- Es tarde, y no me quiero quedar dormido en las jornadas de presentación de mañana -Dylan se levantó a toda prisa para poder seguir a su amigo- mañana hablamos.

- Gracias por la invitación, no habíamos disfrutado tanto en bastante tiempo -y con esa despedida, Lucas fue el último en volver a la academia-.

- Los has asustado, Judith -Raquel me dio un pequeño golpe-.

- Tú no te quejes, que has conseguido lo que querías -solo iba a sonreír, pero viendo la cara que se le había quedado, no pude reprimir la risa-. No es mi culpa que no aguanten hablar de vampiros.

- Lo que tú digas, pero no me quejaría si Lucas se quedase más tiempo -se cruzó de brazos, pero estaba riéndose-.

- Al menos vosotras no tenéis que invitar a nadie a cenar -Nadia también estaba riéndose- pienso darle la hamburguesa de euro.

- Pero si estabas encantada con Dylan -me crucé de brazos-. Las dos no podéis poner ni una queja por esta noche.

- Pobrecita -Nadia alargó la a-, que no ha podido ligar con Alan esta noche -también alargó la e-.

- ¿Qué dices? -Raquel realmente estaba sorprendida- ¿te ha gustado el lobo solitario?

- Creo que habremos interactuado como tres veces -y la mitad por no interrumpir a alguna de las parejas-. Literalmente no le conozco suficiente ni para decir que no es mi tipo, por saber ni sé como se apellida.

- Vale Judith, tampoco es para que te pongas así -Raquel se quejó- solo queremos que tú también seas feliz.

- Puedo ser feliz yo sola, pero gracias -suspiré- ahora mismo tampoco es que esté buscando pareja.

- Tiempo al tiempo -Nadia finalizó la conversación-.

Poco después de eso, volvimos a la academia, y todas nos dormimos prácticamente al tocar la cama. Habían sido unos días largos, y solo nos quedaban cinco horas para dormir.

ooo

»Estoy en la parte de secretaría y administración, probablemente intentando buscar información sobre mi hermano. Estoy mirando el registro de apartamentos, aunque el de mis vecinos no sale. De hecho, ni siquiera veo sus nombres en el listado de alumnos, aún sin saber el apellido.

Estaba volviendo a mi apartamento, pero me he dado cuenta de que donde debería estar la puerta de los chicos, solo hay una pared. De hecho, entre el apartamento al otro lado y el nuestro, falta un número, que debería ser el suyo.

Esto no tiene ningún sentido, ¿no encuentro información sobre Carlos pero de repente su habitación no existe? Y lo peor, sus nombres no están registrados en ningún lugar«.

En ese momento, me desperté de un salto. Teniendo en cuenta lo que acababa de soñar, solo podía quedarme sentada intentando que mi corazón volviese a latir con normalidad. Necesito ir a secretaría.

Me levanté de la cama intentando no hacer ruido, no quería despertar a mis amigas. Aún así, tenía que ir ahora mismo, ya sea por intuición, porque no creo que haya nadie a las seis de la mañana, o por las dos.

Salir de mi habitación, llegar hasta allí y conseguir abrir la puerta fue la parte fácil. El problema llegó cuando entré allí, por primera vez en mi vida, y era exactamente igual que en mi sueño. De hecho, los registros que miré en mi sueño estaban en el mismo sitio en la vida real. ¿Qué está pasando? ¿Cómo sabía esto?

Decidí concentrarme en ese momento y asustarme más tarde. Efectivamente, en la hoja sobre el apartamento vecino solo ponía que estaba ocupado. Cosa que no tenía ningún sentido teniendo en cuenta que en mi propio apartamento y en el del resto venía la identificación de los residentes e incluso sus clases.

Solo por asegurarme, miré el registro del alumnado y no había rastro de ninguno de los tres. De hecho, el único lugar donde podría ver alguno de los nombres, son las listas del profesorado, pero esas son completamente privadas y solo las tiene el profesor de cada asignatura. Con suerte, pude saber que el nombre de Alan estaba en una lista de medicina, que habían tirado por alguna razón. Espero que no se den cuenta de que la he cogido, necesito investigarla mejor.

Agradecí que las cámaras de aquella zona solo funcionaran en horario laboral y volví a mi habitación. La única diferencia con el sueño es que aquí sí podía ver la puerta del apartamento vecino.

Iba a buscar información sobre Carlos, de verdad quería hacerlo, pero el lugar ya me daba suficiente miedo, y algo me decía que no era el momento.

Necesito soltar todo lo que acaba de pasar, pero Nadia está dormida y es a la única persona de por aquí a la que le contaría algo de lo sucedido. No puedo ir a despertarla, necesita estar descansada para mañana.

Puede ser que llorar por culpa de la ansiedad hasta que me quedase dormida no fuera la mejor forma de descargarme después de lo que acababa de pasar. Pero estaba cansada, desesperada y tampoco es como si pudiera haber hecho mucho más. Al menos descansé.

· Narra Alan.

Llevaba una hora fingiendo estar dormido solo porque no quería afrontar lo que me esperaba fuera. Por razones como esta casi elegía una habitación para mí solo, pero supongo que los amigos están para estas cosas.

Cuando por fin me decidí, me vestí de acuerdo con lo que haríamos hoy, las presentaciones y reuniones de la academia. El olor a vinagre en el baño terminó de despertarme, aunque al menos las manchas de vino habían desaparecido al completo.

- Mira por donde, se ha dignado a aparecer el señor -Dylan dejó todo lo que estaba haciendo en el segundo en el que entré a la cocina- ¿acaso piensas que lo de anoche fue adecuado?

- Técnicamente, era verdad que debíamos irnos cuanto antes -suspiré, cogiendo mi desayuno de la nevera- y teníamos que ponernos a cubierto, no sabemos lo que saben.

- Pues por eso mismo tenemos que hacer que la tapadera dure lo máximo posible y recaudar información -ahora también estaba Lucas-. No se te puede olvidar por qué estamos aquí, y mucho menos cuando fuiste tú el que ideó todo esto y nos arrastró para venir.

- Lo sé, fue un descuido, pero lo culparé en el vino y nadie va a sospechar nada -bebí lo más rápido posible para recoger, no quería estar más en ese lugar- y así podremos terminar de confirmar si estamos en peligro o si podemos seguir con el plan. Os veo durante el día.

Cogí mis cosas y salí a prisa. En realidad, la programación de la academia no comenzaba hasta la hora siguiente, pero necesitaba salir de ahí y meditar mis siguientes movimientos. No puedo volver a descuidarme de forma tan descarada como anoche.

Sunset AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora