10:: Personal

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Decir buenos días era mucho pedir al día. Nada más levantarme estaba muerta de calor y una de mis amigas acurrucada en mi espalda. Añadido a un dolor de cabeza que solo aumentaba al escuchar una conversación que parecía solo estar conformada por gritos o susurros, ningún volumen intermedio.

Me levanté como pude intentando no despertar a nadie, y nada más pisar el suelo, me di cuenta de que sería mejor tumbarme en este. Era un lugar mucho más frío, y no tan incómodo como parecía. Claro que solo pude dormir unos diez minutos debido a la conversación.

Volví a levantarme, agradeciendo que el suelo seguía frío bajo mis pies, y seguí silenciosamente las voces hasta llegar a su origen. Había dos figuras tras la puerta semitransparente de lo que supongo que sería el salón.

- Pero es que todavía no entiendo cómo se te ocurre, solo tenías que hablar con Damián -¿quién se supone que es ese?- y no solo no lo hiciste, sino que fuiste con la chica esa y te pusiste hasta arriba.

- ¡Y ni te diste cuenta de que Judith no era una alucinación! -Ahora era el turno de Lucas para gritar, supongo que se estaban turnando para regañar a Alan, aunque su figura no se veía. No iba a arriesgar acercarme más- ¿a tí que coño te pasa para estar así de mal? Porque a nosotros no nos has contado nada.

- Todos en el Vern estaban preparados para que llegases y nunca lo hiciste, ¿sabes lo peligroso que es eso? -Suspiró Dylan, era bastante obvio que estaba cansado- podrías responder.

- ¿Habéis terminado? -Esa era la voz de Alan- me duele la cabeza.

- ¿Eso es todo lo que piensas decir? -Dylan estaba más enfadado que agotado en ese momento-.

- No es mi culpa que nos hayan seguido -el ojiazul hablaba despacio, supongo que las consecuencias de la noche anterior-.

- Teniendo en cuenta que desaparecimos sin decir nada después de la escenita que hiciste por lo de Carlos -necesito más información-, deberíamos haberlo esperado, era bastante obvio que nos iban a intentar seguir.

- Claro que sí, pero no esperaba que nos encontraran -hubo un silencio, aunque no pude escuchar por qué-. Sigue sin ser culpa mía ni nuestra que tomaran esa decisión.

- Lo que tú digas, eso lo hablaremos cuando se despierten -alguien se movió-. Sigue sin justificar lo que hiciste anoche, ¿tú sabes el peligro en el que nos has puesto? A todos.

- Que sí, que soy muy malo -Alan se levantó, ahora también veía su sombra- le pediré perdón a Damián, me joderé con el castigo que me ponga y seguiremos con nuestras vidas, no es para tanto.

- No sabes si va a salir bien, ni si vas a salir vivo -qué-.

- Si la cagué anoche es mi problema, así que lo soluciono yo -el tono de su voz cada vez subía más- y si me muero, salís corriendo y os jodéis por haberos acercado a un subnormal con tendencias suicidas.

Se hizo un silencio bastante pesado, mientras que yo pensaba en volver a la habitación y hacer como si no me hubiese enterado de nada. Una de las tres sombras acercándose a la puerta me hizo decidirme, por lo que empecé a subir las escaleras.

- Alan -ese tono en la voz de Dylan suena a conversación personal que no debería estar escuchando-. No lo decimos mucho porque nunca lo hemos intentado, pero te queremos mucho -debería irme-. Y siempre vamos a estar para tí, por mucho que la cagues siempre vamos a estar para ayudarte.

- Sea lo que sea esto -suspiró Lucas- es lo más cercano que tengo a una familia desde hace años. Puedes hablar con nosotros.

Pero qué bonito. Volví a la habitación en la que debería haber estado, quién diría que los vampiritos serían tan sentimentales. Algunos humanos podrían aprender de ellos, solo lo dejo caer.

Sunset AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora