Sentía que volaba.
Describir las emociones que en este momento me hacía sentir mi alma gemela con palabras sería muy vago en mi explicación. Mientras que nos besábamos toda una lluvia explosiones de fuegos artificiales crecía en mi interior.
Primero empezó con un toque suave, nuestros labios empezaron a conocerse. Luego, sentí poco a poco como Harry subía uno de sus brazos y lo colocaba sobre mi nuca, sujetándome fuertemente haciendo movimientos en mi cabello. Yo en cambio, deslicé sutilmente mis brazos y rodeé su cuello.
El beso empezó a intensificarse, movíamos nuestros labios a un compás lento, pero firme, generando que mi pecho se oprimiera de la emoción. El cuerpo de mi prometido se acercaba más y más al punto que estaríamos completamente piel con piel si no fuera por nuestra ropa.
Tímidamente intenté no parecer inexperto y mordí vergonzosamente su labio inferior. En consecuencia a este acto, él paró por un segundo. Creyendo que lo había hecho mal y que no le gustó, ya estaba empezando a abrir la boca para disculparme, pero en ese momento, con mis labios entre abiertos, Harry aplastó sus labios con los míos de una manera más salvaje. Cuando tocó mis labios con su lengua en una especie de permiso yo acepté, y el beso se hizo, como si fuera posible, aún mejor.
No estaba seguro en que momento nuestras manos empezaron a deslizarse y vagar por el cuerpo del otro, pero en cuanto me di cuenta Harry me sujetaba con ambas manos mi trasero e inició un suave vaivén entre el beso y sus caricias.
-Me encantas. Todo en ti me encanta, me encanta volver a escucharte cantar. Te adoro tanto mi amor. Hvis noen tar deg bort fra livet mitt, ville denne personen være død.-Susurraba Harry magullando deliciosamente aún mi trasero uniendo nuestras pollas de manera intensa, mientras que yo, con mis manos rodeando aún su cuello, tiraba de manera dura su cabello viendo que a este no le importaba, al contrario, parecía que mis caricias le encantaban.
-Sabes que no entiendo Noruego, ¿Que me dijiste?- Dije muy bajo, no podía levantar más mi voz, pensaba que este momento desaparecería si lo hiciera.
-Que te adoro y amo que seas mi alma gemela, Drage.
Seguíamos basándonos y tomándonos, y en un segundo que no supe como procesar, con sus manos aún en mi trasero, me levantó y por inercia tuve que rodearlo con mis piernas alrededor de su cintura. Observe que nos llevaba hacia el piano que acaba de ser utilizado y me recostaba cómodamente en la parte superior de éste, quedando su cuerpo entre mis piernas, para que nuestras partes se sintieran con más vehemencia. Creando un momento de mucha excitación entre los dos.
Cuando sentía como su mano desabrochaba mi pantalón, escuché a mis padres llamarme.
Toda mi excitación desapareció, dejando paso al horror.
-Oh Dios mío. Mis padres. Como pude olvidar la presencia de mis padres, me matarán, me exiliarán y luego te mataran a ti. No quiero que te mueras Harry, eres muy apuesto y perfecto para estar muerto. Yo viviré en un puente o peor aun, viviré con Blaise.- No podía parar de hablar. Mis balbuceos se hacían cada vez más frenéticos y empecé a temblar.
-Escuchame Draco.- Dijo Harry con voz autoritaria. Me centré en él y su voz. -No ha pasado nada, porque no saben nada. Puse un Muffliato combinado con un hechizo propio, así que ellos creen que solo han pasado unos 5 minutos.
-Ha pasado como 1 hora Harry.- Dije miserablemente.
-No te preocupes Draco. No pasa nada, yo estoy aquí.- Decía Harry mientras se volvía a acercar a mi y me rodeaba en un abrazo cálido y protector. Ayudando a desaparecer mi intento de pánico.
Respiré suavemente su aroma cuando mi nariz descansó en su cuello sintiéndome mejor.
Fue justo ahí que me golpeó como una Bludger una información muy importante, pero decidí dejarla de lado por ahora. No iba a arruinar este momento tan hermoso con mis preocupaciones. Más tarde me encargaría de eso.
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La vida de Harry Potter no tiene un día de aburrida
FantasyCuando el mundo mágico peligra, deben buscar la ayuda de Harry Potter. Él podría encargarse de los problemas que este mundo está por sufrir y volver a darles tranquilidad. Sin embargo, lo que él mundo mágico no sabe es que es el propio niño que vivi...