La vida de Harry Potter no tiene un día de aburrida

El verdadero Harry Potter

Nota: escuché Passenger-Let Her Go durante TODO el capítulo y fue perfecto. Por si quieren escucharla también mientras leen.
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Sentía como millones de agujas se clavaban en mi cuerpo. No sabía que existiera un maleficio de esta magnitud, salvo los 3 imperdonables.

Grité tan fuerte que sentí que mis oídos iban a explotar con mi propia voz. Todo el cuerpo lo tenía paralizado. Dejándome por unos segundos indefenso e inestable.

Sin embargo, sólo duró eso: unos segundos.

Porque cuando mi vista empezó a esclarecer otra vez, pude visualizar claramente cómo Harry tenía a mi tía sujeta por el cuello; la varita de Bellatrix rota en pedazos y la varita de Harry cerca de su corazón.

Quería decirle a Harry que no valía la pena, quería decirle que una mujer inestable no valía la pena obtener un pase gratis a Azkaban. Quería decirle tantas cosas a mi precioso hombre para que no cometiera una locura, pero así como mi vista regresó por un momento, también volvió a irse y yo me fui a la inconsciencia junto a ella.

A pesar del sufrimiento que sentía, antes de caer en mi oscuridad, y darle paso a un sueño profundo por el dolor, yo sabía que algo horrible iba a suceder en esta habitación. Solo esperaba que nuestra relación sobreviviera a lo que se avecinaba...una vez Harry asesinara a Bellatrix.

Porque, aunque Voldermot ya no esté en este mundo, su círculo íntimo si lo estaba y ellos verían con muy malos ojos que mi alma gemela hubiese lastimado a su miembro más preciado.

Con ese último sentimiento todo el mundo se volvió frío y oscuro ante mí.

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Todo se volvió rojo.

Esa maldita perra lanzó un hechizo hacía Draco. Mi Draco.

Sangre, sangre, dolor, mucha sangre, dolor. Lo lastimó, debe sufrir. Sangre...

Mi conciencia me gritaba que reaccionara y le devolviera lo que hizo Bellatrix a mi Dragón de una manera mil veces más intensa y dolorosa. Todo lo que pasaría a continuación sería por la causa de esa mujer y vaya que me iba a divertir con su sufrimiento.

Bellatrix intentaba zafarse de mi agarre, pero la sostenía tan fuerte que mis manos rodearon su cuello, marcando la silueta de mis plamas. La tomé más fuerte del cuello y la acerqué a mi, levantándola del por los aires, nuestras narices casi se tocaban y cuando ella, en un momento de ira, quiso hablar; yo interrumpí su acción y solté una carcajada.

En un momento de lucidez, Bellatrix escuchó una risa tan terrorífica, que no podía describirla. Sonaba rasposa, como un llanto que te hacía querer tapar los oídos. Cuando quiso liberarse  nuevamente de las manos del bastardo de Potter, éste volvió a presionar su cuello y la tomó tan fríamente que se le nubló la vista por unos segundos debido al poco aire que recibían sus pulmones.

Cuando Potter la miró, ella podía jurar que esa mirada se igualaba a la de su señor y quiso volver a escapar de ese chico y correr lo más rápido que sus piernas le permitieran, ya que no podía desaparecer, debido a su varita rota

-Vas a sufrir tanto Bellatrix Black, que el mismo Voldermort escuchará tus gritos y se asustará.

Harry seguía perdido, no reaccionaba ante nada y aún riéndose de manera  espantosa y tenebrosa, empezó a levantar su varita en dirección a su víctima y, de la punta de ésta, salía un brillo rojo como la sangre. Un brillo que no se había visto en el enfrentamiento de hace un momento, causándole a Bellatrix, por primera vez en casi 40 años, un miedo indescriptible.