La vida de Harry Potter no tiene un día de aburrida

Una propuesta irreparable

Todo estaba tan jodido.

¿Cómo todo se había ido a la mierda en menos de dos semanas?

-Draco Malfoy, por un demonio, ¿Qué mierda te está pasando?

Solo miré a Harry sin emoción y con la mirada seria.

-¿Qué quieres que te explique? Por Merlín, ¿No fui lo suficientemente claro?- Dije aburrido de la situación.

La cara de Harry irradiaba confusión. No podía creer mis palabras.

-Bueno, para empezar ¿Por qué me has ignorado la última semana? Y ¿Por qué no contestas mis cartas? Mi lechuza lleva dos días enteros durmiendo en la puerta de tu habitación solo porque no quieres recibirla con mis mensajes. Pero lo más importante de toda esta mierda que nos está pasando ¿Por qué diablos le diste a tu padre el pañuelo blanco?

Mi mente estaba nublada. Solo podía verlo sin emoción o una pizca de empatía, quería que se fuera.

-No creo que tu cerebro sea tan estupido y no entienda algo tan simple, Potter. Pero, por si olvidaste las costumbres del mundo mágico, no te preocupes, trataré de explicartelo como si tuvieras 4 años de edad.- Dije con una mueca de desagrado. -Si le di el pañuelo blanco a mi padre, significa que ya no quiero continuar con nuestro cortejo. Eso quiere decir, mi Lord, que ya no me voy a casar contigo.

Harry no podía creer lo que estaba escuchando, y Draco, por dentro, solo se quería morir, quería que Harry se fuera lo más rápido posible y acabar con toda esta pesadilla.

Flasback

~Hace dos semanas atrás~

Definitivamente algún miserable estaba lanzando maleficios a mi familia. Porque no me explicaba cómo los problemas no terminaban.

Actualmente, todo se estaba yendo al carajo para la familia Malfoy.

Las malas noticias iniciaron tiempo atrás, cuando estaba en mi cita con Harry.

Habíamos terminando de comer una cena muy agradable que Harry había preparado. Y cuando nos disponíamos a marcharnos, le quería decir sobre ir a un lugar más privado, pero mis planes ni siquiera salieron de mi boca, porque vi el Patronus de mi padre rodearme frenéticamente.

El Patronus corpóreo de Lucius era una serpiente de dos cabezas. Formada con un cuerpo imponente y elegante, como lo era su dueño. Ante mis ojos, la serpiente plateada giraba sobre su propio eje frente a mí, dándome la información que debía trasmitir.

"Draco, disculpa mi falta de educación contigo y con Harry, pero es imperativo que regreses a la mansión, tu madre está muy mal, no sé que le pasa, no quiere ir a San Mungo. Tal vez, tu la hagas entrar en razón. Te espero. No demores, por favor"

Sus palabras resonaron en mi mente de manera lenta y dura. Cuando mi cerebro despertó de la alegría de mi cita, Harry y yo nos pusimos en marcha velozmente. Tomamos el traslador y llegamos a la Mansión Malfoy.

Cuando nos adentramos en las habitaciones principales del lugar, pude observar como mi padre tomaba de la mano a mi madre y éste se encontraba parado frente a ella, agitando su varita mientras realizaba un diagnóstico general.

Mi madre a este punto no reaccionaba, solo permanecía dormida.

-Padre, ¿Qué sucedió? Hace unas horas mi madre estaba cansada, pero creí que era por la visita de Rabastan. ¿Qué hace en la cama? Se ve muy pálida, ¿Ya llamaron al médimago familiar? ¿Por qué su respiración es más pausada de lo normal? ¿Qué está pasando? ¿Qué te dicen los exámenes que le hiciste? Yo podría...