Decisiones

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No podía respirar.

Sentía como mi cuerpo se convertía en una piedra por la falta de aire que empecé a sentir. Pero, al mismo tiempo, la calma y la paz fluía en todo mi ser. Fue como si no necesitara el aire, solo con tener la presencia de la máxima divinidad del mundo mágico, podía durar toda la vida con este dolor.

No había agonía.

No habían problemas.

Solo era calma y una sensación de plenitud.

Sin embargo, la tranquilidad duró muy poco, ya que los recuerdos de los últimos acontecimientos hicieron eco en mi cabeza, regresando al presente. Ante el duro golpe de realidad, volví a centrarme.

Miré a la Lady y quedé sin palabras. Congelado ante su magnificencia.

-Es tan hermosa.- Dije sin pensar. En el segundo en que mis palabras salieron de mi boca, mi cara era de vergüenza y terror puro. ¿Draco Malfoy, en serio le acabas de decir a la gran soberana mágica que era hermosa?

Gracias a Salazar que la diosa me sonrió gentilmente.

-Gracias, heredero Malfoy, hace muchos siglos no escuchaba un halago directo.- La sonrisa cambió a una más suave y sus ojos me miraron un poco críticos. -Pero imagino que no cruzaste el infierno solo para decirme eso.

Le di una mirada extraña.

-No hice gran cosa, mi Lady. No lo considero el infierno.- Estaba muy orgulloso de que mis palabras tuvieran sentido y no estar hablando entrecortado por su precensia.

-Estuviste bajo el escrutinio de Walburga, créeme, estuviste en el infierno.

Ante sus palabras, no pude evitar reírme. Reírme muy fuerte. Era la primera vez en días que me reía verdaderamente luego de tantas cosas malas.

La risa no paró.

Creo que estaba teniendo un ataque de pánico. Mi respiración se volvió difícil y justo cuando siento que mi vista se nublaba, una caricia llega a mi hombro. Lady Magic se había acercado a mí y me estaba tranquilizando.

Me sentí tan mal de hacer esta escena frente a ella.

-Descuida, Draco. No estás haciendo ninguna escena.- Ante mi mirada de incredulidad, ella volvió a regalarme una sonrisa. -Walburga, en su forma fantasmal, te leyó la mente ¿cierto?- Asentí. -¿Quién crees que le enseñó?

-Ustedes dos...

-Mi relación con tu tía es tormentosa y hermosa a partes iguales, no te preocupes por eso. Volvamos a la razón de tu presencia en mi santuario.

Bajé la mirada y con más calma volví a intentar esclarecer mis ideas.

-Mi señora, yo...yo...no sé por donde empezar.

-Sé lo que quieres, Draco. No necesitas decírmelo. Sin embargo, quiero escuchar lo que tu corazón está intentando gritar a los cuatro vientos.

-Harry.- Dije rápidamente sin titubear. -Mi alma gemela necesita ayuda. Yo quisiera saber si tú podías ayudarnos. Si ya sabes lo que está pasando, supongo que también sabes que hay un Lord oscuro que lo está controlando.

-Lord Voldermort ya posee al único ser vivo que es el amo de las reliquias de la muerte, Draco. Yo no puedo interferir con ese poder.

La miré afligido.

-¿Cómo me dices eso? Eres la máxima representante del mundo mágico, tú puedes...tú podrías...

-Draco.- Me interrumpió de manera gentil, pero seria. -La muerte es un suceso que yo no puedo revertir y sucede que este espectro es el servidor de Harry Potter y en este momento Harry es controlado por Tom Riddler, así que quien controla a Harry...

La vida de Harry Potter no tiene un día de aburridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora