Con la luz de la aurora que se filtraba suavemente a través de las ventanas del salón del consejo, Hyunjin recorría con paso sereno la amplia mesa de madera, con sus dedos acariciando la superficie, mientras Felix lo observaba desde uno de los asientos, con las piernas cruzadas y una sonrisa sutil. En ese instante, el salón se hallaba vacío, aguardando la llegada de los demás consejeros convocados por Helios.
—¿Qué te preocupa? —indagó Felix, atrayendo la atención del mayor, quien se detuvo junto a una de las ventanas.
—No diría que es una preocupación —respondió Hyunjin con una sonrisa juguetona—. Sino más bien una curiosidad acerca de la razón de esta temprana reunión, especialmente después de la visita de esos asquerosos dioses egipcios.
—No pedirán mi mano de nuevo —bromeó Felix, con una sonrisa traviesa.
—Por supuesto que no —masculló Hyunjin, apoyándose en la pared antes de dirigir su mirada al exterior del palacio.
—Ni la de Elián —agregó el rubio, lo que provocó que Hyunjin lo mirara con interés—. Sé que eso te ha estado preocupando.
—No puedo quitarme de la cabeza la mirada insolente del maldito de Seth —murmuró Hyunjin, acercándose a la mesa y apoyando sus manos en la madera, mientras su mirada se cruzaba con la del menor—. Mucho menos la forma en que se dirigió a nuestro hijo.
Felix soltó un suspiro y asintió, compartiendo el desprecio hacia ese dios.
—Sin embargo —continuó el rubio con calma—, dudo que tengan la audacia de pedir la mano de Elián.
Hyunjin separó las manos de la mesa y se cruzó de brazos.
—¿Y por qué estás tan seguro? —preguntó, arqueando una ceja.
Felix sonrió, encogiéndose de hombros.
—Pedirán la mano de Ava —afirmó—, estoy seguro de ello.
—Ava... —resopló Hyunjin— Horus mostró interés en ella, pero no deberíamos subestimar a Seth.
—Seth no se atreverá a pedir la mano de Elián porque sabe que no dudaré en matarlo —increpó Felix con una mirada oscura, lo que hizo sonreír a Hyunjin. Amaba escucharlo hablar de esa forma.
—Que pidan la mano de Ava tampoco me parece una buena idea. —murmuró.
—No lo es —suspiró Felix—, pero puedo apostar a que eso está en sus planes.
—¿Apostarías? —el mayor repitió riendo— Debes estar muy seguro de lo que dices para llevarlo a las apuestas.
Felix rió suavemente, sacudiendo la cabeza.
—Apostemos, esposo. —dijo con una sonrisa juguetona.
Hyunjin entrecerró los ojos, sumiéndose en un breve silencio mientras consideraba la sugerencia. La mirada segura de Felix lo intrigaba y, al mismo tiempo, lo inquietaba.
—¿Y qué estarías dispuesto a apostar? —preguntó finalmente, mientras la sonrisa del menor se ensanchaba.
—Si llegan a pedir la mano de Ava —respondió Felix con una voz apenas audible, un susurro que sonaba seductor para los oídos de Hyunjin—, mi flecha entrará en el blanco de tu perfecta diana.
En ese preciso instante, Hyunjin palideció y, boquiabierto, luchó por comprender las palabras que acababa de escuchar. Pero al fijar su mirada en la expresión de Felix, no hubo margen para malentendidos. Los ojos del rubio brillaban como los de una bestia acechando a su presa indefensa.
—¿Mi... Mi perfecta diana? —carraspeó, frunciendo el ceño, pero solo encontró una sonrisa maliciosa en el rostro de Felix— ¿En el blanco de mi perfecta diana? ¿Cuál diana? —Tosió con nerviosismo— ¿Y de cuál flecha me estás hablando?
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Luz del Olimpo - Ícor y Sangre | Hyunlix | 2do Libro de LDI
FantasyEn los dominios del Olimpo, donde los hilos del destino entrelazan a dioses y mortales, Hyunjin y Felix, una pareja que alguna vez floreció en la gloria, ahora enfrentan una tormenta que amenaza con desgarrar el mismo tejido del reino celestial. F A...