Capítulo 1

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Arrugando el papel en su mano, los ojos desolados de Hyunjin se desviaron del rostro de Felix al bebé que éste mantenía cuidadosamente en su pecho, a quien protegía con un apretón firme, como si intentara resguardarlo de algún peligro. Y, por supuesto, esa era su intención, ya que la molestia del mayor era palpable.

—¿Esto es algún tipo de broma? —preguntó Hyunjin, fijando sus ojos nuevamente en el rostro del rubio.

—No lo es. —respondió Felix, sin titubeos.

Buscando señales de ironía en su mirada, el pelinegro mantuvo silencio, encontrándose con la cruda honestidad que los ojos del menor reflejaban.

—¿De verdad planeas quedarte con este niño? —volvió a preguntar, con un tono cargado de escepticismo.

Frunciendo el ceño, Felix apretó al bebé con más firmeza, como si quisiera resguardarlo de esa pregunta.

—¿Quedarme con este niño? —repitió, vacilante— ¿Acaso ya te has apartado de nosotros por completo?

—¿"Nosotros"? —masculló Hyunjin— ¿A qué te refieres con "nosotros"? ¿Nuestro matrimonio o esta absurda idea de ser padres?

Retrocediendo un paso, Felix trató de contener el nudo en su garganta. La conversación estaba tomando un giro desfavorable y su estómago comenzaba a contraerse.

—No imaginé que esto ocurriría —murmuró el rubio, con voz temblorosa— No estaba en mis planes convertirme en padre tan pronto.

—¡Pues yo nunca planeé ni planeo ser padre! —interrumpió el mayor con un tono áspero, arrojando la carta lejos de él.

—¿Qué estás insinuando? —preguntó Felix, observando cómo la mirada del contrario se posaba con desprecio en el bebé que dormía en sus brazos.

—Que debemos devolver a este niño a su familia

—No tiene familia, Hyunjin. —replicó el menor.

—Entonces busquemos a otra pareja que quiera hacerse cargo de él.

—¡Yo quiero hacerme cargo de él! —exclamó Felix, viendo cómo los labios del mayor se abrían con sorpresa.

El silencio se interpuso entre ambos, actuando como tregua en ese momento intenso. El duelo de miradas que sostenían carecía de armas físicas, pero el dolor era punzante y abrumador.

—Dime algo. —siseó Hyunjin, elevando su mirada al rubio que lo desafiaba con una expresión sombría— ¿Has decidido quedarte con ese niño?

Con la barbilla en alto, Felix inhaló una frágil bocanada de aire y asintió con un movimiento ligero de cabeza.

—Sí... —susurró— He tomado la decisión de quedármelo. Es lo que deseo.

Nuevamente, el cambio en la expresión de Hyunjin fue evidente, pasando de una furia controlada a una profunda decepción. Bajando la mirada, el pelinegro esbozó una media sonrisa que transmitía incredulidad y tristeza.

—Entonces, está decidido —dijo con voz ronca.

Recuperando el brillo en sus ojos, Felix sonrió y dio un paso hacia él, pero Hyunjin retrocedió rápidamente, frenando al rubio en seco.

—No puedo... —musitó el mayor, alzando la vista hacia el contrario que lo observaba con ojos vidriosos— No puedo hacerlo.

Eso bastó para que Felix comprendiera la profundidad de esas palabras y la carga que conllevaban.

Luz del Olimpo - Ícor y Sangre | Hyunlix | 2do Libro de LDIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora