La Canción De Cuna

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Era una tarde cálida de verano.   

Todo en aquella casa yacía en completo silencio y oscuridad, a excepción de la habitación principal.

En aquella acogedora habitación de muros rosados resplandecía la lámpara con forma de luna, irradiando una luz de ligera tonalidad anaranjada, misma que contrastaba idealmente con la suave melodía que emanaba de una caja musical ubicada sobre una de las cajas al lado de la cuna, misma que había instalado hace apenas tres días atrás, una semana después de que Lobo finalmente la trajera, con la excusa de que su demora fue por “querer darle solo lo mejor”.

En aquella cuna de madera pálida y colchón blanco, teniendo peluches de conejitos color beige al igual que una manta verdosa con diseños de palmas azules a lo largo y ancho, se encontraba el cachorro de zorro, sentado frente a los barrotes de su cuna, viendo de forma suplicante a la mayor, con sus orejitas inclinadas hacia atrás, con sus ojos resplandeciendo ante las lágrimas acumuladas en estos, viéndose tanto triste como adorable.

Diane se encontraba acostada de medio lado, viéndolo fijamente también, con un par de grandes ojeras colgando por debajo de sus ojos, muestra indudable de su esfuerzo en aquellas últimas... ¿semanas? ¿mes? cuidando de aquel infante.

Debía admitir que se sentía extraña con tener a Nick “tan lejos” a la hora de dormir. Sí, estaba ahí, podía verlo y bien sabía que no corría ningún tipo de riesgo estando a la par de la ventana, pero aún así algo dentro de ella le rogaba tenerlo más cerca, siendo un sentimiento completamente opuesto a lo que pudo sentir con anterioridad, antes... mucho antes.

— No me mires así... —susurró, viéndolo con su pijama enterizo de azul con estrellas blancas, sintiéndose apenada pero con la intención de poner límites fijos para evitar seguirse encariñando.

El pequeño cachorro infló sus mejillas y poco a poco empezó a liberar balbuceos ahogados entre sollozos, hasta finalmente romper en llanto y gritar, removiéndose en su cuna.

Foxington frunció el entrecejo y velozmente le dió la espalda, girandose hacia el otro lado de la cama, abrazándose a sí misma, con sus orejas agachadas, sintiendo como sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas también ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué parecía que lo que lo pusiera triste a él también lo ponía triste a ella? Ésto no tenía sentido, ella no era así antes.

Se giró a verlo por encima del hombro, viéndolo intentando empujar las barras de madera de su cuna, fallando en cada intento por su nula fuerza, resbalando por momentos, sin dejar de llorar.

Limpió rápidamente sus lágrimas, sentándose de golpe para acto seguido levantarse y caminar rápidamente hacia la cuna, tomando al pequeño entre sus brazos, meciendolo en estos hasta lograr hacerlo callar.

— Ya, ya... No llores, ya estoy aquí —susurró suavemente, con una extraña energía maternal. El infante alzó sus ojos a ellas, deteniendo su llanto poco a poco, aferrándose a su pecho en todo momento—, no te soltaré ¿Bien? Estás seguro aquí... —añadió, sentándose lentamente encima de su cama.

El pequeño infante la escuchaba atentamente, viendo sus palabras como una promesa de refugio para sus miedos y tristezas pese a no estar seguro de realmente estarla entendiendo.

Nick se acurrucó con ella una vez que los dos quedaron acostados sobre la cama, encontrando un lugar seguro, cómodo y de dulce aroma en la parte cercana a su cuello, justo frente a su corazón. Se aferró con fuerza a aquel lugar, haciéndose bolita hasta cerrar sus ojos y lentamente caer completamente dormido. La mayor instintivamente lo rodeó con sus brazos, acobijandolo con su cuerpo, cubriéndolo, manteniéndolo calientito con su sola presencia, sintiendo algo agradable en el alma, como si finalmente hubiera encontrado la llave hacia su paz.

Quizás no estaba tan mal encariñarse con aquel dulce y tierno zorrito, quizás podría aceptar ser su imagen materna... Quizás lo conservaría por un tiempo más.

La caja musical fue cesando su melodía, realentizando sus notas hasta finalmente detenerse, sin incomodar a la dupla que ya había caído completamente dormida minutos antes bajo la cálida luz de la lámpara, en aquella silenciosa y perfecta noche.

The Path With You ft. Diane&NickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora