El Inicio Del Fin

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— ¡Damas y caballeros, niños y niñas de todas las edades! Me complace anunciarles a la nueva, la única y la mejor Presidenta de los Estados Unidos de América, ¡Diane Foxington! —felicitó con tono burlón el lobezno de traje azabache con corbata plateada, cargando con un ramo de rosas rojas recién cortadas y envueltas en seda.  

Era una locura ¿No?
La forma en la que el tiempo pasaba tan rápido sin dar tregua o un mínimo descanso era algo abrumador y sorprendente, esperanzador y aterrador a la vez.

Un mes después de su partida todo el país estalló en debates y entrevistas hacia los candidatos a gobernar el país. No había un solo día en el que no pudiera salir a la calle o usar su teléfono, incluso ver la televisión sin tener de por medio las encuentas y la publicidad para cada partido que se posicionaba en fin de una sola meta: ganar.

El día en que todos salieron a votar y la velada después de eso fue una locura. No solo tuvieron que contar los votos tres veces si no que también la diferencia del ganador y el perdedor había sido apenas de dos dígitos, dos dígitos que habían marcado la diferencia entre dejar el país en las manos correctas o sumirlo en una distopia que sería difícil reparar.

Afortunadamente estuvo ahí para ver los resultados en vivo, para ver a su mejor amiga erguirse como la ganadora por mayoría, recibiendo todos los honores y aplausos, haciendo el juramento en presencia del presidente anterior, siendo ahora reconocida como la nueva presidente, la máxima autoridad en toda la nación, un ejemplo a seguir, solo la mejor entre los mejores.
Y vale decir que ese título no le quedaba nada mal.

— Ay, Lobo —rió la más joven, cerrando la puerta detrás de sí misma, dejando sus maletas a un lado para así abrazarlo por la emoción que seguía recorriendo su ser después de haber logrado lo que creía imposible—. En verdad gracias.

Debía ser sincera. Ésta alegría apenas podía competir con la del día en el que Nick le dijo "mamá" por primera vez.
Aunque claro, como todo en esta vida no hay alegrías sin algo de amargura y es que ¿Como había sido posible que no la vinieran a buscar al aeropuerto? Sí, tenía su auto en el estacionamiento del aeropuerto, claro, pero aún así habría apreciado ver a su familia recibirla después de su éxito.

No todo era perfecto ¿O sí?

— Sé que no fue sencillo, pero lo lograste —comenta el de ojos ámbar, entregándole el ramo de rosas con una suave sonrisa, felíz de notarla de un mejor humor a comparación de cuando se fue.

— Que detallista. ¿Acaso es para encubrir que Nick se rompió un hueso o destruyó algo? —pregunta tras olfatear cautelosamente el perfume de las flores, viéndolo de forma ladina con una sonrisa juguetona.

— ¿Qué? Noo. De ser así te habría dado un auto nuevo, o un departamento en Miami —Diane ríe tiernamente y Lobo le devuelve la sonrisa—, aunque no lo necesitas ¿Verdad? El sueldo presidencial sin duda es algo de otro nivel, jej... En verdad te viste asombrosa.

— ¿Qué dices? Basta.

— No en serio. Nick fue el primero en notarlo, aunque bueno, ya sabes. Los niños siempre ven a sus madres como las mujeres más hermosas del mundo —sentencia, recostandose del pilar cercano a la puerta, viéndola con el mismo brillo con el que alguna vez la vió hace tantos años atrás.

— Si tú lo dices —musita, creando en su imaginación una imagen dulce y encantadora de su hijo viéndola en televisión durante su juramento, sumamente maravillado por ella.

— ¿Ahora que? —cuestiona, notablemente ilusionado por la idea de que todo volviera a la normalidad ahora que había vuelto y habían superado las diferencias— ¿Hacemos las maletas para irnos contigo o qué?

The Path With You ft. Diane&NickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora