Luego de dos días, Jimin se encontraría con Jungkook en una cafetería. No había hablado con el chico ni siquiera por mensaje.
Le había dicho a Hoseok que lo esperara en la cafetería de la plaza cerca de su edificio. Mencionándole que se encontrarían allí para hablar. Jimin prefería hacer las cosas cara a cara, para que no hubiera confusiones.
El rubio había llegado puntual a la hora que había dicho. Al abrir la puerta una campanilla en ella, la cual anuncio su llegada. Pero la campanilla no hubiera sido necesaria.
Jimin portaba un elegante traje de color caqui que se amoldaba a su figura, sobre todo en su redondo trasero al caminar. Haciendo juego a unos lentes oscuros.
Sin duda cada persona en la cafetería había alzado la vista para deleitarse con la belleza del rubio.
Caminando entre las mesas vio a un chico pelinegro al fondo. Como le había dicho a Hoseok, Jungkook se encontraba en una de las mesas al final de la cafetería como Jimin lo había pedido.
Hoseok ya le había mostrado una foto de él, pero la cámara no le hacía justicia a su atractivo rostro. Sin duda, lo que los ojos de Jimin veían era más que de su agrado.
Jungkook era realmente guapo y sexy. No parecía ser un chico tranquilo o solitario como Taehyung le había comentado. Tenía toda la pinta de un chico malo que se liga a cualquiera que quisiera.
El pelinegro llevaba unas botas negras, junto a un pantalón negro y un suéter liso del mismo color, con una chaqueta de cuero. Sin dejar de lado su cabello recogido en una coleta y la parte baja rapada.
Jimin camino con su natural elegancia hacia el pelinegro, que desde que había pasado la puerta no había dejado de observarlo. Sentándose frente a él, sus miradas se cruzaron.
—Bueno, Jeon Jungkook, yo soy...
—Sé quién eres, solo alguien que vive bajo una piedra no lo sabría —dijo el pelinegro, notando que al rubio no le había agradado del todo que lo interrumpiera, bajando la mirada habló bajo. —Lo siento.
—Ya que sabes quién soy, diré porque estamos aquí. Yo diré todo, me dejaras terminar... —dijo con un tono de advertencia. —Y tú me dirás si aceptas o no.
Jungkook asintió, viendo como la chica quien ya lo había atendido anteriormente se acercaba.
—Bienvenido, ¿desea ordenar algo?
—Quiero un café con leche deslactosada y sin azúcar, por favor.
La joven asintió, apuntando en una pequeña libreta el pedido. —Enseguida se lo traigo.
Jimin asintió hacia la chica y luego fijó su mirada en Jungkook, quien bebía de su batido de fresa distraídamente. El rubio se tomó el momento para observarlo más a detalle.
Jungkook era realmente atractivo, su piel blanca con algunos lunares, labios pequeños pero carnosos y sus ojos que parecían dos pequeñas esferas brillantes.
—Aquí tiene, que lo disfrute —dijo la chica, llegando con la bebida, dándole una sonrisa antes de irse.
—Gracias.
Jungkook dejó de tomar la dulce bebida, relamiendo sus labios se aclaró la garganta.
—Creo que ya puedes decirme. —Jimin asintió, bajando su taza.
—Bien, Hobi me dijo que te había dicho por qué quería verte. —Jungkook asintió —. No deseo una relación, solo sexo casual sin ataduras. Pero hay ciertas condiciones y reglas.
Levantando su mano, comenzó a enumerarlas.
—No puedes tener pareja, ni estar con alguien más mientras estes conmigo —dijo comenzando —deberás vivir en mi departamento y no debes pagar nada, estarás ahí siempre para mi disposición, pero tendrás tu propia habitación. —Señalo el segundo punto. —Se hace lo que yo quiero, si lo haces bien entonces yo puedo hacer algo que a ti te guste —dicho esto, saco su lengua, relamiendo un poco sus labios —Por último, e importante. Nada de sentimientos, si comienzas a desarrollar algo por mí además de atracción física debes decírmelo.
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Mi Juguetito [Kookmin]
RomancePark Jimin es el CEO más joven y rico de Corea del Sur. Con gusto en dos cosas, su trabajo y el sexo. Aunque esto último no va como desearía. Desesperado por tener a alguien que lo complazca. Encuentra a Jungkook, un universitario tranquilo y bastan...