🐇Especial 1🐇

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Jimin se estiro entre las sábanas, podía oír como las gotas de agua caían sobre la ventana. Realmente deseaba que no fuera día de semana y tuviera que ir a trabajar.

Con gran esfuerzo camino hasta el baño, solo tenía puesto un abrigo negro de Jungkook, las prendas del menor se habían convertidos en sus pijamas preferidas.

Cepillaba sus dientes con los ojos cerrados, trataba de mantenerlos abiertos, pero le era imposible, se sentía cansada, al ver su cuello recordó la razón. Sonrió para sí mismo, se sintió feliz.

—¿En qué piensas?

Jungkook lo miraba desde el marco de la puerta, solo traía ropa interior.

—Nada en especial, solo cosas bonitas.

El menor beso su frente, pasando de largo hasta la ducha. Jimin comenzó su rutina de belleza como cada mañana, la calidez en su pecho no se iba.

—Sabes algo...

—¿Qué, amor? —preguntó desde la ducha.

—Parecemos una pareja de casados. —Soltó una pequeña risa —. Mientras tú te bañas y yo estoy aquí —dijo mirando su propia sonrisa en el espejo.

—Cariño, nos casamos el año pasado.

La sonrisa de Jimin se hizo aún más grande, tanto que no pudo verse al espejo por lo apretados que estaban sus ojos. —¡Lo sé! —chilló, dando un pequeño salto en su lugar —. Solo me encanta recordarlo.

Jungkook abrió la puerta corrediza, asomándose con su cabello mojado. —Ven aquí, bebe —. Viendo como Jimin quitaba la sudadera y entraba con él, quien no tardo en colgarse de sus hombros mientras el agua caía sobre ellos.

—Amo estar casado contigo y saber que eres mío legalmente.

—Que posesivo me salió este joven empresario.

Jimin, quien nuevamente era rubio hizo un falso puchero. —Obvio, mírate —diciendo esto sus manos descendieron por sus brazos, tocando todo su pecho desnudo —. Eres muy ardiente, mi amor —. Conectando sus ojos a los de su esposo siguió bajando la mano, tomando su miembro semi erecto —. Además, jamás dejaría que alguien más probara esta delicia.

—Yo jamás dejaría que alguien te tocara de esta forma. —El más alto paso sus manos por la pequeña cintura, acariciando toda la espalda hasta acortar el espacio entre ellos.

El mayor se agarraba de sus hombros, las manos de Jungkook bajaron hasta su voluminoso trasero, amasándolo a su gusto y disfrutando de los exquisitos besos.

Luego de dos años de noviazgo, donde ambos conocieron a sus familias, donde Jimin asistió a la graduación de Jungkook, mismo día en que el menor se arrodillo frente a todos para pedir su mano.

Teniendo su luna de miel por un mes en Japón e Italia, esta vez disfrutando cada lugar, cada comida y cada beso en donde ambos se habían dado cuenta de que se amaban.

Solo un un año desde que se miraron a los ojos y juraron su amor hasta después de la muerte. Y aunque ahora fueran más románticos y cariñosos eso no les quitaba el calor que sentía con solo estar cerca del otro.

—Vamos cariño, tu esposo está esperando a que te lo folles aquí mismo. —Jungkook sonrió, jamás se cansaría de esto, ni de él.

Tomándolo de sus suaves muslos lo recargó en los azulejos de la ducha, abriendo sus piernas y dejando que las enrollaran en su cintura.

Sus bocas se unieron con desesperación, Jimin tomaba con firmeza su rostro, moviendo sus labios sobre los de Jungkook, quien mordía sus labios al entrar lentamente en él, sintiendo la estrechez de su dulce amor.

—Mghm...tan delicioso como el primer día. —Pasando su nariz por el cuello del mayor, sintiendo ese aroma tan natural y rico en su piel, su lengua trazó su piel, mordisqueando y dejando algunas marcas sobre las que había hecho la noche anterior.

Jimin se movía de arriba hacia abajo, su culo estaba siendo follado con rapidez, Jungkook lo sostenía con facilidad, manteniendo sus piernas abiertas e impulsando su pelvis hacia arriba para entrar con fuerza en él.

El rubio enterraba sus uñas en la gran espalda trabajada, gimiendo alado de su oído para que escuchara todo lo que provocaba en su cuerpo.

La lluvia afuera solo parecía intensificarse, pero el sonido de las gotas de agua no era tan fuerte como sus gemidos.

—Más...Kookie

Jungkook jadeo al ver el rostro de su dulce esposo, excitándose más de lo que ya estaba, sintiendo como su miembro vibraba dentro de su hermoso chico.

—Jeon Jimin —dijo con orgulloso —¿Acaso quieres que te haga gritar más fuerte?

El rubio gimió, dejando caer su cabeza hacia atrás y cerrando sus ojos. —Si...mi dulce esposo, compláceme —. Se sabía cuánto le gustaba que le dijera así.

Jungkook lo bajó, dándole la vuelta, dejando su pecho pegado a la mojada pared de azulejos y alzando su trasero, abriendo ambas mejillas para enterrarse en él y hacerlo gritar como tanto deseaba.

Tomaba sus caderas para mantener el ritmo, viendo como salía y entraba hasta el fondo. Jimin era un mar de gemidos, ya imaginaba lo rojas que estarían sus posaderas por el choque tan, con Jungkook tocaba su punto dulce una y otra vez, sintiendo que llegaba al jodido cielo.

El final siempre era lo mejor. Sentir como su amado esposo lo sostenía y besaba contra la pared.

—El clima está perfecto como para no ir a trabajar.

—No...la semana pasada faltamos. —Jimin trato de replicar a las palabras del menor, pero el sueño le estaba ganado.

—¿Eso qué? Estas cansado y yo quiero quedarme abrazándote, es una buena excusa.

—¡Te van a despedir!

—Soy mi propio jefe, cielo —terminando de hablar, Jungkook los enjuago, llevando a Jimin junto con él a la cama, volviendo a enrollarse entre el calor de sus cuerpos para no salir unas horas más tarde. 


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💜TAM💜

Mi Juguetito [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora