—¡Mierda! Kookie, espera... —Hizo una pausa, tratando de poder hablar. —Alguien nos puede ver.
Jungkook lo sostenía sin problema de sus piernas, sonriendo al ver como los ojos de Jimin se ponían en blanco por sus penetraciones.
Luego de irse de Florencia e ir a Roma, ambos chicos no habían dejado de comer, visitar los hermosos lugares y de hacer el amor en su nueva habitación la cual no tardaron en estrenar.
La noche de ese día ambos habían salido a una discoteca cerca de la plaza, disfrutando de algunas bebidas y la música. Claro que no permanecieron mucho tiempo en el lugar por querer estar más a solas.
No es que a los demás extranjeros o italianos les importara que ellos se comieran la boca en pleno bar o en la calle, pero los planes de Jungkook no eran precisamente solo comerse su boca.
Caminando tomados de la mano, muertos de risa por quien sabe que, con el buen alcohol del lugar haciendo efecto en ellos. El menor había visto que por la hora la plaza cada vez estaba más vacía, siendo de noche la mayoría se mantenía cerca de los pocos restaurantes abiertos o discotecas.
El de cabello azulado estaba caliente, apenas tomaba la mano de Jimin y eso ya había sido suficiente para estar demasiado duro, tanto que no se resistió al momento de ver la alegría y hermosa sonrisa que el mayor le regalaba.
Para poder embriagar a Jimin se necesitaba todo un tanque del mejor alcohol. Aunque esa noche no necesito de mucho para estar feliz y caminando de manera boba tomado de la mano con Jungkook.
Aunque no era el alcohol lo que tenía a Jimin tan pendejo.
Viendo que el hotel aún estaba algo lejos, jalo al mayor en una zona algo oculta pero igualmente alumbrada, una calle concurrida en el día, pero apagada por la noche.
Jungkook lo aprisiono contra la pared, tomando sus labios con desesperación, siendo correspondido de inmediato. Jimin no se negaría, lo deseaba tanto en esos momentos que no analizaba en donde estaban.
Sus manos actuaron rápido, desabrochando el pantalón de tela negro que llevaba Jimin, terminando quitar sus pantalones lo alzó de sus muslos. Sosteniéndolo con un solo brazo, usando el otro para sacar su miembro lo más rápido que podía, comenzando a frotarse en Jimin, quien sin resistirse gemía.
—Por favor...hazlo ya.
La peli azul prácticamente había rasgado su ropa interior, teniendo las suaves mejillas de Jimin expuestas para recibirlo. Tomando cada una en sus manos se abrió paso dentro de él en una sola, penetrándolo hasta el fondo, haciendo que Jimin saltara por el repentino placer, dejando caer su cabeza sobre su hombro cuando volvió a bajar.
Deseando sentirlo nuevamente se impulsó hacia arriba, comenzando a saltar sobre él, enterrando sus dedos en la chaqueta de cuero que llevaba el menor.
Jungkook lo penetraba de igual forma, sin control y con rapidez salía del hermoso Jimin contra la pared, quien comenzaba a gemir en alto por cómo estaba siendo llenado hasta tocar su punto más sensible, sintiendo como estaba a nada de terminar.
—¿Cómo es que gritas más fuerte cuando estamos en público?
Jimin miró a su alrededor, percatándose en donde estaban. No le había importado cuando lo hacían en el teatro de la universidad o en la oficina, pero estaba en una plaza.
—¡Mierda! Kookie, espera... —Hizo una pausa, tratando de poder hablar – alguien nos puede ver.
—¿Por qué? Si te vez tan lindo cariño. —Jungkook dejó un dulce y suave beso sobre la frente sudada de Jimin.
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Mi Juguetito [Kookmin]
RomancePark Jimin es el CEO más joven y rico de Corea del Sur. Con gusto en dos cosas, su trabajo y el sexo. Aunque esto último no va como desearía. Desesperado por tener a alguien que lo complazca. Encuentra a Jungkook, un universitario tranquilo y bastan...