Ambos chicos siempre tenían buenos encuentros, fuera dentro o fuera del departamento. Ya que Jimin había tomado la costumbre de ir por Jungkook a la universidad si salía más temprano, aprovechando que estuvieran solos para tener un pequeño momento caliente en el escritorio o él contra la puerta del salón.
El mejor sexo que hubieran tenido en sus vidas. No había alguna vez que pudieran decir que quedaron insatisfechos. Aunque la calentura no se les bajara y no tardaran en tener sus cuerpos nuevamente unidos.
Jimin agradecía que no fuera una de esas historias que había leído alguna vez, en donde los hombres podían embarazarse. Porque si no, él ya tendría toda una manada.
El rubio siempre tenía alguna idea nueva, fuera alguna posición que deseara experimentar o en algún lugar. De cualquier forma, lo único que no cambiaba era en como Jungkook lo penetraba.
Rápido, duro y salvaje.
Lo disfrutaban mucho. Pero Jungkook poco de haber comenzado a estar con él había querido intentar algo. Jimin le había dicho que siempre podría dar sugerencias.
Era viernes, lo que significaba que Jungkook habría salido temprano y Jimin llegaría solo un poco antes de las cinco. Tratando de dejar la oficina lista para tener todo su fin de semana libre.
Así que cuando el rubio entro al departamento fue directo a la cocina, desde donde Jungkook le había gritado que estaba.
—¡Hola! —Esa sonrisa, esa jodida sonrisa que cada vez entraba más en él.
—Hola Kookie. —Quitando su saco y deshaciéndose de la corbata se sentó en una de las sillas. —¿Qué cocinas? Huele bien.
—Espero sepa bien, no me he movido de aquí con miedo a que se queme —dijo el menor, haciendo reír a Jimin.
Jimin se puso de pie, entrando a la cocina y parándose a un lado de Jungkook para ver lo que hacía. —¿Quieres ayuda?
—Oh no. —Jungkook tomo sus hombros, dándole vuelta para sacarlo de la cocina. —Yo no me meto cuando estas cocinando.
—Por miedo a quemar la cocina. —Se burló. ya, ya. Déjame quedarme —el rubio se volteó, abultando sus labios hacia él.
¿Un puchero?, pensó Jungkook. Otra cosa nueva que veía, no sabía que decir. Así que solo opto por soltarlo y dejarlo estar.
Últimamente Jimin estaba actuando de dos maneras. Muy descarado cuando lo deseaba o muy lindo y adorable cuando quería ser consentido. Jungkook no sabría decir que faceta le gustaba más.
Mientras comían sobre la isla de la cocina con Jimin devorando el plato. El menor se sintió bien al saber que le había gustado, aprovechando el momento para hacer su propuesta.
—Jiminie. —Recibió un pequeño sonido del mencionado, quien tenía su boca llena. —Había pensado en hacer algo diferente.
El mayor lo miró, sabia de que hablaba. Tragando, habló —¿Cuál es tu idea?
—Siempre lo hacemos rápido y aunque sea muy bueno...podríamos probar con hacerlo lento. —Miró a Jimin, quien le sonrió.
—¡Claro! Si eso quieres intentar, por mi está bien.
No es que le hubiera mentido, había distintas formas de decir el cómo deseaba hacerlo. Pero sabía que "hacer el amor" no era algo que Jimin querría escuchar.
Luego de la comida Jungkook se acercó a él, tomando sus labios en un suave beso. Jimin seguía sentado, por lo que solo cerro sus ojos y envolvió sus brazos en su cuello.
—Sabes a pollo asado con verduras.
Jimin soltó una pequeña risa sobre sus labios. —Lo siento, es que no me diste tiempo de ir al baño.
Jungkook negó. —No, así está perfecto. Unió nuevamente sus bocas, levantándolo del asiento, haciendo que Jimin enrollara las piernas en su cintura.
Sin soltarse del beso, el pelinegro lo cargó escaleras arriba, hacia la habitación del mayor.
Dejándolo con delicadeza sobre la cama soltó sus labios, Jimin llevaba una camisa blanca con puntos azules, su cabello estaba algo desordenado cayendo sobre su frente, pero sin ocultar sus ojos.
—¿Qué? —Preguntó con gracia al ver como Jungkook lo había estado mirando.
—Eres hermoso, demasiado.
Se acercó nuevamente para besar su boca de manera lenta, saboreando sus carnosos labios con pasión. Descendiendo sus manos a sus botones inferiores, desabrochando lentamente la tela mientras con su propia boca apreciaba la del mayor.
Con su pecho descubierto abandonó sus labios, ahora descendiendo en línea recta por su desnudo torso. La espalda de Jimin se arqueaba un poco, dejando salir algunos jadeos.
Jungkook besaba su cuerpo con amor y calma. Tomándose el tiempo de apreciar cada parte de él. Separándose para quitar su playera con la vista de Jimin fija en él. Pantalón y ropa interior también fue desecho, quedando descubierto ante el otro.
Acostándose sobre él, beso sus labios al momento de levantar una de sus piernas, alineado, listo para entrar.
El gemido de Jimin fue casi en cámara lenta para él, así como su penetración. Entrando lento y hasta el fondo.
Jimin sentía su piel erizarse, no solo se sentía lleno, si no completo. Ni siquiera le dijo a Jungkook que se moviera, le estaba gustando el ritmo que había tomado, disfrutando cada paso.
Sus manos se pasearon por las facciones de ese guapo y dulce chico. Quien llego ahí para ser su juguete, pero Jimin ya no lo consideraba así, hace mucho que lo había dejado de hacer.
Sus ojos brillantes, mirando al otro.
—¡Agh...Kookie! —Su espalda se arqueo, sus ojos se cerraron y luego de su gemido sus labios fueron atrapados en un dulce beso.
Mientras Jungkook lo tomaba de sus muslos, entrando y saliendo de el a un ritmo lento, pero llegando hasta lo más profundo, Jimin tomaba con ambas manos sus mejillas, besándolo con calma, llegando a morder sus labios cuando sintiera su punto dulce ser tocado.
Era lento, no estaban siendo rápidos y fugaces como siempre. Se estaban tomando el tiempo de disfrutar cada sensación.
Cuando la espalda de Jimin se arqueo, dejando su cabeza recostada hacia atrás, sus manos tomando las sábanas entre sus puños al sentir como movimientos lo llegaban hacer delirar, sintiéndose extasiado. Expulsando toda su esencia en un alto gemido al sentir como Jungkook lo llenaba con la propia.
Jungkook beso su cuello, subiendo hasta sus mejillas para luego tomar sus labios y morderlos levemente entre una sonrisa.
—¿Te gustó?
—Me encanto.
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💜TAM💜
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Mi Juguetito [Kookmin]
RomancePark Jimin es el CEO más joven y rico de Corea del Sur. Con gusto en dos cosas, su trabajo y el sexo. Aunque esto último no va como desearía. Desesperado por tener a alguien que lo complazca. Encuentra a Jungkook, un universitario tranquilo y bastan...