Al regresar de la playa luego de esa fuerte tormenta, ambos chicos llegaron hambrientos al departamento. Solo tomándose un par de minutos para ducharse y comenzar a cocinar.
Pareciera que todo un grupo de personas llegaría a comer, pero solo eran ellos dos.
Mientras Jungkook se encargaba de hacer el arroz y vigilar la carne en la sartén, Jimin preparaba unas galletas para comer luego de la cena.
El rubio trató de alejar a Jungkook de su área de trabajo, quien trataba de comer la mescla.
—¡Kookie, no! —Jimin se voltio quitándole la mezcla de sus dedos. —Te dolerá el estómago.
—¡Pero Minnie! Tengo hambre —chillo el pelinegro de pie frente al mayor.
Jimin gruño, dejando las galletas en el horno fue hacia la nevera sacando la mitad de una sandía. —Quédate donde estas. —Sentencio con seriedad al menor que lo miraba como cachorro.
Terminando de picar la fruta la sirvió en un pequeño plato, dándoselo a Jungkook para que dejara de chillar.
—Esta deliciosa, gracias. —Dejando el plato a un lado él más alto paso sus brazos a los lados de Jimin, acercándose para dejar un suave beso en sus labios.
Al regresar ambos habían estado de buen humor, demasiado felices, a decir verdad, además de un poco melosos, besándose en casi todo momento, sin dejar de lado los apodos lindos.
Jimin lo miró con una sonrisa, estando por acercarse nuevamente a Jungkook para besarlo fue detenido, viendo como este se hacía a un lado y estornudaba. Volviendo hacerlo dos veces más.
—¿Te sientes bien? —pregunto el rubio —tal vez fue la lluvia. —Jungkook negó, sintiendo comezón en su nariz.
—No es nada —diciendo esto salió de la cocina en dirección al baño.
A la mañana siguiente Jimin se despertó a las once de la mañana, la noche del sábado se habían quedado hasta tarde comiendo galletas en la sala mientras veían películas.
Sin dejar de lado que luego fue cargado por Jungkook hasta la habitación, siendo tirado en la suave cama y no precisamente para dormir.
Estirándose coloco una bata de satín gris en su cuerpo para cubrir su desnudez. Al mirar a su lado Jungkook se encontraba profundamente dormido.
Tres y media cuando Jimin subió por segunda vez a la habitación. Cuando habían sido las una de la tarde el rubio pensó que Jungkook habría estado muy cansado por todo lo que habían hecho el día anterior, dejándolo dormir.
Pero casi siendo las cuatro de la tarde creía que al menos podía despertarlo un momento para que comiera y que luego siguiera durmiendo.
—Oye bebe, ¿no tienes hambre? —Jungkook hizo un pequeño sonido, su cabello caía sobre la mitad de su cara, solo dejando a ver sus labios.
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Mi Juguetito [Kookmin]
RomancePark Jimin es el CEO más joven y rico de Corea del Sur. Con gusto en dos cosas, su trabajo y el sexo. Aunque esto último no va como desearía. Desesperado por tener a alguien que lo complazca. Encuentra a Jungkook, un universitario tranquilo y bastan...