Eran apenas las nueve de la noche. Ambos chicos en ese gran departamento terminaban de comer tranquilamente.
Hace menos de una hora habían tenido su primer encuentro en la habitación del mayor. Aunque no hablaran de ello en la cena, no importaba. Las miradas que le daba Jimin al menor lo decían todo.
Si no fuera porque de verdad estaba hambriento de comida, ya se hubiera lanzado sobre Jungkook. Aunque el sería el postre.
Por otro lado, a los ojos de Jimin, Jungkook se veía aun tímido y callado. Sonrojándose cada que alzaba la mirada y se encontraba con los penetrantes ojos coquetos del mayor. Que si no lo encontraba mordiendo sus labios mientras lo miraba, le regalaba un guiño.
¿El rubio era así de coqueto siempre o solo era así con él?
Al terminar la comida su momento había sido interrumpido por el teléfono del mayor. Contestando con algo de fastidio en su voz.
Jungkook se levantó para llevar los platos a la cocina. Jimin le había dicho que seguirían luego de comer, eso significaba que, ¿lo harían de una vez o reposarían?
El pelinegro ya había visto lo ordenado y preciso que podía ser Jimin. Teniendo todo controlado y bajo control. Claro que muchas veces podía ser impulsivo al hacer las cosas.
Como ahora.
Inmerso en sus pensamientos mientras secaba sus manos, no se percató de cuando la llamada de Jimin había terminado.
El rubio se había acercado por detrás, posando sus manos sobre el marcado pecho de Jungkook, haciendo a un lado su coleta besó su cuello.
Jungkook se dejó hacer en sus brazos, sintiendo como las pequeñas y suaves manos del mayor se adentraban a su suéter, tocando cada parte de su piel.
Hecho su cabeza hacia atrás cuando la mano de Jimin descendió hasta el interior de sus pantalones. El calor comenzaba a incrementar por todo su cuerpo.
Jimin tomo su miembro, dando leves masajes en la punta para terminar de despertarlo.
Los ojos de Jungkook se mantenían cerrados, su cabeza hacia atrás le daba el acceso perfecto a Jimin de chupetear todo su cuello y el lóbulo de su oreja. Descubriendo un punto sensible en el menor.
Jungkook comenzó a jadear al sentir la lengua de Jimin jugar con su oreja.
—¿Te gusta? —la voz de Jimin era baja y profunda, no suave y tranquila como siempre.
—Si, m-me gusta.
—Bueno Jungkook, otra regla. Me gusta mucho oír que digas que algo te gusta. ¿Bien? —El menor asintió aun con sus ojos cerrados – muy bien, así que siempre quiero oírte decir que tanto te gusta que te toque o que tanto te gusta estar dentro de mí, ¿estamos? —. Otro asentimiento. —Habla.
—S-si...si Jimin.
El mayor sonrió, dándole la vuelta a Jungkook lo pegó al borde del mármol de la cocina. Tomando sus labios en un demandante y fuerte beso, el menor trato de seguirle el paso.
Bajando un poco sus pantalones para tener más espacio al mover su mano, comenzó a masturbar al pelinegro, acallando sus gemidos en su boca.
Las manos de Jungkook se apretaban en los bordes del mármol gris, dejándose hacer por completo ante las manos de Jimin. Quien con una lo masturbaba de manera rápida, mojándolo cada tanto con su propio líquido, mientras la otra lo tomaba del cuello para besarlo.
Su mente aun no procesaba todas las sensaciones hasta que sintió algo caliente envolver su pene.
Jimin se había separado del beso, poniéndose de rodillas frente al grueso miembro de Jungkook, lo tomo en sus manos para meterlo a su boca hasta el fondo. Tragándolo por completo hasta tocar la campañilla de su garganta.
Su boca estaba más que llena, acababa de comer, pero este era el postre más delicioso que nunca hubiera comido.
Moviendo su cabeza de adelante hacia atrás, su mano jugaba con sus testículos, masajeándolos y exprimiéndolos.
Sus ojos se conectaron con los de Jungkook, quienes en sus comisuras había algunas lágrimas.
—Hyung...Ji-Jimin! —el rubio solo hizo un pequeño sonido, su boca estaba algo llena.
Jungkook paso sus manos sobre su cabello, no lo tomo con fuerza para que fuera más rápido o follo su boca. No, casi parecía que estuviera dándole un suave masaje en la cabeza.
¿Cómo podía este chico ser tan suave y tierno? Se preguntaba Jimin.
Otro hubiera tomado su cabeza, usando su boca para follarla hasta que sus lágrimas salieran. Pero no, Jungkook lo trataba con delicadeza. Dejándolo hacer lo suyo a su manera.
Es que le encantaba, ese sexy pelinegro lo volvería loco, siendo tan obediente y dejándose hacer por él.
Jungkook lo alejo, su pene salto al expulsarle a un lado de Jimin, sobre el suelo.
Poniéndose de pie, se acercó al jadeante y sudado pelinegro.
—En la próxima no me alejes, yo te quiero probar.
El menor seguía tratando de nivelar su respiración hasta que Jimin lo tomo del suéter, jalándolo hasta su cuerpo. El mayor se sentó sobre la isla de la cocina, quitando la playera de Jungkook y la suya, unió sus bocas con desesperación.
Necesitaba sentir nuevamente a Jungkook en su interior.
El pelinegro entendió lo que deseaba, bajó de un tirón los pantalones de Jimin. Provocando que este jadeara.
—Hazlo ya —pidió.
—Pero no te he preparado y...
— Olvida eso, te quiero a dentro. Ahora.
Jungkook abrió sus piernas, teniendo una vista perfecta de la entrada del mayor. Relamió sus labios, llevando su goteante punta vio como Jimin miraba como estaba próximo a penetrarlo, tan desesperado.
Entro en él rápido, provocando que Jimin gritara al sentir como sus paredes fueron abiertas brutalmente.
Tomo sus piernas, amasando sus suaves muslos. La espalda de Jimin estaba arqueada hacia atrás, el rubio podía sentir como su interior era llenado hasta el fondo. Podía sentir su cuerpo temblar por tan gran intromisión.
Una, dos, tres y más rápidas penetraciones se veían en la cocina del lujoso departamento.
Jungkook daba en el mismo punto, viendo la obra de arte frente a sus ojos. Jimin se mantenía con su espalda sobre el frio mármol, sus piernas en el aire mientras sus uñas se enterraban en los hombros del pelinegro que entraba y salía de él. Sus ojos se apretaban cada tanto tiempo y su lengua salía para tomar un poco el aire.
Viniéndose sobre su pecho, apretando a Jungkook en el proceso, provocando que este se expulsara en su interior.
El menor tomo algo de papel y limpio su cuerpo, recostándose sobre él aun sin salir.
Jimin no solía ser algo meloso luego del sexo, pero al parecer Jungkook sí. Quien luego de unos minutos seguía aun abrazado a Jimin y recostado sobre su pecho, escuchando sus latidos.
El rubio lo dejo ser, sintiéndose extrañamente cómodo.
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💜TAM💜
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Mi Juguetito [Kookmin]
RomancePark Jimin es el CEO más joven y rico de Corea del Sur. Con gusto en dos cosas, su trabajo y el sexo. Aunque esto último no va como desearía. Desesperado por tener a alguien que lo complazca. Encuentra a Jungkook, un universitario tranquilo y bastan...