El color para ambos chicos esa noche era el negro, con la diferencia de que las prendas de Jimin estarían satinada y las de Jungkook en mate.
Camisa negra manga larga, con encajes en el cuello los bordes de las mangas, un pantalón del mismo color que se amoldaba a sus curvas y sobre todo a su redondo trasero. Jimin miraba su celular a la espera de que Jungkook saliera del baño con las prendas que él le había elegido.
—Te lo diré desde ya, viéndote así no demoraré en irme de ese estúpido brindis para comerte —dijo al a Jungkook salir del baño.
—No soy tan amante a la ropa pegada, pero debo aceptar que me gusta. —Volvió a mirarse por el espejo, viendo en este como Jimin lo estudiaba de arriba hacia abajo mientras mordía sus labios.
Un cuello de tortuga negro con mangas largas que se amoldaba a todo su torso, dejando a ver sus músculos marcados. Con un pantalón de tela negra que se sostenía en su bien marcada cintura con un elástico que mostraba la marca de LV. Solo para darle más brillo del que tenía, una cadena sobre su cuello.
Entrando al salón privado del mismo hotel donde se estaban hospedando, Jungkook tomaba su cintura y Jimin caminaba con la cabeza en alto, como siempre.
Se veían más que bien y no solo cada uno por sus formales atuendos, si no ellos juntos.
Muchos pensaron que de donde Jimin había sacado a ese adolescente, porque alguno de los ancestros que estaban interesados en Jimin pensaban que Jungkook era muy joven.
Otros pensaban dos cosas, de que tierra era ese chico tan guapo y sexy que iba tomando la cintura de Jimin con tranquilidad y sin perder la mano.
Lo otro era que, como Jimin lo había tenido tan bien escondido y es que al ser el empresario más joven, guapo y rico estaba constantemente en el ojo de las revistas empresariales o de chismes.
Claro que estas últimas llegaban aburrirse por no tener nada interesante o sucio que decir del peli plata, Jimin era reservado y cuidadoso con su vida y desde que había anunciado abiertamente que era gay, no solo sus acosadores o pretendientes habían estado sobre él, si no los periodistas, esperando a verlo salir de un hotel con alguno de sus amantes.
La suerte era que no supieran en cuál de todos sus edificios el residía. Además, luego de poner varias denuncias y demostrar que no tenía a nadie, el acoso había disminuido y para la suerte de ambos. Habían podido tener un año tranquilo.
Pasando hasta la mesa del centro vacía se sentaron, pidiendo algunas copas al mesero.
—¿No saludaras a nadie?
—Veras que no es necesario. —Jungkook estaba por decir algo, pero vio como el primer hombre de tal vez unos cuarenta se acerca a ellos.
—Señor Park, me alegra mucho que pudiera venir. —Tratando de tomar su mano para darle un beso recibió un azote por parte del platinado, casi haciendo que Jungkook riera.
—Obvio que vine. —Tomando su copa miró al hombre con seriedad. —Este es mi brindis.
El primero se fue, pero no tardaron otro dos en acercarse, viéndose un poco más jóvenes. Todos miraban a Jungkook, envidiando el que pudiera estar tan cerca de Jimin.
Todos podían ver como ambos chicos secreteaban por lo bajo para no ser escuchados, acercando sus rostros y riéndose todo el tiempo.
—Iré al baño, ¿me traerías otra copa?
Separándose, uno hacia los baños del fondo y el otro hacia la barra. Casi parecía que todos en la sala habían esperado a que Jungkook se quedara solo, desde el principio habían notado como Jimin no permitía que se acercaran a él o preguntaran de más por ambos.
—Que suertudo eres chico, tener a Park así debe ser el mismo cielo.
—¿Cómo hiciste para poder acercarte y no morir en el intento?
—¿Qué tipo de relación tienes con él?
Esas y más preguntas llegaron a los oídos del peli azul, prestando más atención a la última.
—Lo que Jimin y yo tengamos no es asunto de nadie. —Muchos comenzaron a murmurar y mirarlo.
Jungkook solo deseaba salir de ese círculo de gente, comenzaba a sofocarse.
—Por favor...cuéntanos, estamos demasiados curiosos – un chico de cabello corto y oscuro se paró frente a él, parecía ser hasta más joven que él. —Debes ser muy especial para que ese creído se dejara tocar la jodida cintura.
Este se acercó a Jungkook, quien trataba de salir entre todos los presentes sin irse a los golpes por lo estresado que comenzaba a sentirse.
—Que no es su problema, ahora. Apártate.
Este rio, cruzándose de brazos. —¿Sera tu carácter? No creo, debe ser por lo bueno que estas. —Chasqueando los dedos lo señalo, haciendo que Jungkook lo mirara sin entender. No serás de esos acompañantes, claro de los especiales que hacen...
Todos habían notado la nueva presencia excepto ese chico, Jimin había regresado al salón viendo la gente acumulada, logrando ver a su chico. Al acercarse la gente comenzó a dispersarse y regresar a sus mesas o pedir sus tragos. Permitiendo que Jimin escuchara lo que estaba diciendo.
—En tu asquerosa vida vuelve a decir algo de él. —Jimin tomo con fuerza el cabello corto del chico, sin permitir que terminara de hablar. —No le busques a tu padre más problemas de los que ya tienes.
—¡Jimin, suéltame!
—Para ti, soy Park —diciendo esto en su oído lo soltó, acercándose a Jungkook. —No se cómo tu padre te sigue dando oportunidades si sigues haciendo escenas con quien no debes.
Jungkook seguía con las copas en sus manos viendo todo, el platinado se tomó ambas, pidiendo otras. Luego de que el ambiente se calmara Jimin había jalado al menor hacia el centro de la pista. La música era prácticamente de salón, por lo que estaban pegados y moviéndose en el mismo cuadro.
Jimin solo recostó su cabeza con orgullo sobre el caliente y cómodo pecho de Jungkook. Moviéndose de manera lenta mientras miraba a todos como si fueran sus presas, un mal movimiento y hasta ahí llegarían.
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💜TAM💜
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Mi Juguetito [Kookmin]
RomancePark Jimin es el CEO más joven y rico de Corea del Sur. Con gusto en dos cosas, su trabajo y el sexo. Aunque esto último no va como desearía. Desesperado por tener a alguien que lo complazca. Encuentra a Jungkook, un universitario tranquilo y bastan...