🐇18. Comics🐇

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El chico de cabello negro caminaba en círculos en su habitación, los ojos de su conejito lo seguían. Sin entender porque su dueño se movía tanto.

No entendía porque le costaba tanto, solo debía ir y decirle lo que quería. Tan simple como eso. Armándose de valor abrió la puerta de su cuarto, caminando hacia la de Jimin.

Asomándose escucho la regadera de la ducha, entrando al baño vio la silueta de Jimin entre el vapor. Sentándose en la taza, pensando en cómo iniciar.

—¿Qué haces ahí sentado? —pregunto el rubio, sobresaltando al menor.

—Ah...es que yo —carraspeo, Jimin había abierto la puerta para mirarlo. —Tú sabes que me gustan los comics.

Jimin asintió. —¿Quieres que te compre comics?

—¡Si! Pero o sea...es que hay. El lugar...bueno el comic. —suspiró tapando su rostro, era increíble que se pusiera así.

El rubio sonrió con ternura, le parecía gracioso y lindo el que Jungkook aun fuera tímido para pedirle cosas, sabiendo que no se lo negaría.

—Hagamos algo —dijo llamando la atención del pelinegro. —Terminare de bañarme y ya acostados me dices, ¿te parece? —Jungkook acepto casi dándole las gracias con la mirada.

Cuando Jimin estuvo listo, se acostó en la cama, a un lado espero a que Jungkook hiciera lo mismo. El menor se había tirado alado de él, metiéndose entre sus brazos y colocando las manos del rubio sobre su cabeza para que lo acariciara.

Jimin comenzó hacerlo sin problema. —Ahora, dime que es.

—Bueno... —Jungkook comenzó a jugar con los botones de la camisa del mayor.

—Mírame. —Los ojos del pelinegro volvieron a unirse con los de Jimin

—Mañana saldrán a la venta tres comics, el problema es que la tienda donde los venden esta fuera de la ciudad. O sea que...es un viaje de tres horas.

—¿A qué hora abre la tienda?

—Once de la mañana. —No era necesario, pero Jungkook había comenzado a hacerle ojitos para que no se negara.

—Habría que salir a eso de las ocho —dijo Jimin viendo como el pelinegro asentía. —Entonces, me despiertas para salir a tiempo.

—¿Si iremos? —Preguntó con emoción.

—Claro.

El pelinegro se levantó de golpe, saltando en la cama como un niño feliz. Jimin reía al ver como sus piernas se movían y la coleta de su cabello caía, ocultando todo su rostro, pero dejando a la vida la gran sonrisa.

—Hyung

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—Hyung...

Los llamados en la mañana de Jungkook eran casi como susurros, eso jamás despertaría a un Jimin que se levantó temprano toda esa semana. El menor había tenido que alzar la voz y sacudirlo para despertar a la roca viviente.

Mi Juguetito [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora