🐇11. Relax, babe🐇

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La semana había sido algo pesada para Jimin. Estresado por el retraso de un proyecto. Taehyung le había dicho que no era tan buena idea trabajar con esa empresa extranjera, pero no había escuchado.

Ni siquiera por el dinero, Taehyung podía ser un perezoso, pero cuando debía hacer su trabajo lo hacía y Jimin podía confiar en que no lo estafarían. Pero estaban demorando en enviar esos pisos de madera. Cosa que lo tenía más que estresado.

Todo el sábado se la había pasado en la habitación haciendo llamadas y si llegaba a bajar para comer algo no tardaba en estar con la computadora.

Jungkook le había dado su espacio, entendiendo que su trabajo era importante. Aunque si extrañara un poco su atención.

El pelinegro paso casi todo el sábado y domingo en su habitación jugando o viendo películas. No faltaba mucho para que llegaran sus vacaciones por lo que sus asignaciones disminuían para que pudiera concentrarse en estudiar para los exámenes.

Aunque para el menor eso significaba días libres, ya estudiaría unos días antes de su examen.

Para el domingo, un poco después de la cena improvisada que hizo para que Jimin comiera algo. Volvió a subir, al entrar a la habitación vio a Jimin sentado en la cama hablando por teléfono.

El rubio había dicho que el domingo si podría tomarse un descanso, aunque fue una total mentira.

Jungkook se había resignado a no aceptar que si extrañaba su atención. Aunque solo hubiera sido un día ya Jimin lo tenía solo un poco consentido.

Se acostó en la gran cama, las piernas de Jimin eran cubiertas por una manta color gris. Alzándola desde abajo fue metiéndose entre las piernas del rubio. Saliendo del otro lado frente a Jimin, sonriéndole.

Jimin le sonrió de vuelta, con su mano libre acaricio su mejilla. Jungkook se recostó en su mano, mirándolo con ojos brillantes.

—¡No! Esos pisos debieron haber llegado hace más de una semana. —Su sonrisa se borró, regresando a la conversación soltó la mejilla de Jungkook.

El pelinegro abulto sus labios, pensando en lo estresado que había estado Jimin toda esa semana.

Se recostó sobre sus muslos por un momento, Jimin solo llevaba unos pequeños shorts negros. La tela se subía, solo tapando su entrepierna.

Jungkook comenzó a repartir besos en la suave piel, subiendo un poco más empezó a besar sobre la tela el miembro dormido del mayor.

Jimin lo miró casi con un signo de interrogación en la frente, sin entender. Concentrándose en la llamada, aunque su cuerpo igualmente estaba respondiendo a las caricias de Jungkook.

Cuando el pelinegro noto el bulto bajo la tela la bajo con rapidez, tomando en su mano el duro miembro para meterlo a su boca.

—¡Agh! —Jimin gimió al sentir la cálida boca de Jungkook chupar su pene. —Lo siento, no es nada. —Tratando de seguir escuchando la voz en la otra línea.

Jungkook lo miraba desde abajo, dándole una pequeña sonrisa traviesa lo saco de su boca, su lengua trazaba las venas del miembro erecto y goteante.

Viendo la punta roja, chupo haciendo un pequeño sonido obsceno que estaba enloqueciendo a Jimin. Los pies de este se retorcían, su boca hacia todo lo posible para no soltar gemidos, pero le estaba costando.

Llego a su límite cuando Jungkook abrió más sus piernas, comenzando a bajar sus lamidas hacia su entrada.

—Sabes que, mejor hablemos de eso mañana. —Cortando la llamada lanzó el teléfono a alguna parte de la cama.

El pelinegro lo acostó en la cama con sus piernas abierta para el acceso total a su entrada.

—Maldición Jungkook, como haces eso en plena llamada.

Soltando una risa miró al jadeante rubio. —Es para que te relajes, ¿está funcionando?

—Joder, ¡sí! Sigue, por favor.

Jungkook volvió a bajar, Jimin sentía la húmeda lengua entrar a su cavidad.

—Oh Jiminie...como puedes ser tan lindo. —Jungkook se acercó a sus labios, ambos sonreían en medio del beso.

Los dedos de Jungkook bajaron a su pequeño agujero, dos dedos entraron haciendo que Jimin mordiera los labios del menor.

Ambos dígitos expandían su interior, llegando hasta el fondo para volver a salir y penetrar al mayor.

—Mgh...Jungkookie, tus dedos son muy largos.

El pelinegro lo miró, no era la primera persona que lo llamaba así, pero oírlo de ese lindo rubio era diferente, era especial.

Besándolo profundamente siguió con el movimiento de ahora tres dedos en su interior.

—¡Más! Jungkookie...

—Te oyes tan lindo —diciendo esto vio como Jimin apretó sus ojos. ¿Te vas a correr? —Este asintió. —Entonces quiero ver tus hermosos ojos cuando lo hagas.

Jimin trato de mantener sus ojos en Jungkook, tomó su mejilla con delicadeza, muy diferente a como sus dedos entraban en él. El cuerpo del rubio tembló, apresando los dedos del menor cuando se corrió sobre su abdomen.

—Jungkookie... —un bostezo, los ojos de Jimin se cerraban con facilidad. Tratando de mantenerse despierto. Realmente estaba cansado.

—Está bien, duerme. Yo te limpiare.

El mayor sonrió, su mano se levando acariciando el rostro de Jungkook antes de cerrar sus ojos. —Gracias Kookie —fue casi un susurro, pero él lo había llegado a escuchar.


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💜TAM💜

Mi Juguetito [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora