🐇06. Foto perfecta🐇

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Nadie podía estar más sorprendido que el propio Jimin. Habían pasado más de dos meses desde que Jungkook había estado viviendo en su departamento.

Teniendo sexo fuera antes de dormir, luego de comer o antes de irse a sus respectivos lugares de trabajo o estudio. Sin contar las veces en que habían convivido en el departamento ya que ninguno quería salir, pasando el rato en la cómoda casa.

Fuera de los coqueteos de Jimin cada que deseaba a Jungkook, este solía reírse y tratar de disimular su sonrojo. Ya había pasado un tiempo, pero el rubio seguía provocando esa pizca de timidez cada vez que se le insinuaba.

Para el mayor era realmente gracioso el cómo Jungkook aún se ponía algo pequeño en cuanto a su presencia, pero no podía negar que había algo que lo enloquecía. Y era su cambio al momento de estar juntos.

Jimin había analizado al menor desde la primera semana, el pelinegro era básicamente un chico tranquilo que le gustaba jugar con su conejito, comer mucho, jugar con su celular y dormir, además de ser tímido y reservado. Colorándose cuando en especial él le tiraba una de sus coquetas miradas.

Pero todo cambiaba al momento en que sus juegos de miradas y risas pasaban a besos calientes y manos bajo la ropa.

Era la primera vez que Jimin comenzaba a dejar que alguien más tomara el mando en la relación y es que el rubio sabia como quería las cosas, deseándolas como le gustaran.

Con Jungkook siempre había algo diferente, alguna sorpresa, fuera mínima, Jimin siempre lograba saber cuál era.

Le enloquecía ver la mirada de Jungkook cargada de lujuria, jadeando por estar tocando su cuerpo. Viendo sus expresiones al momento de tomarlo con fuerza. Porque ese guapo pelinegro podía ser una masita de persona, pero amasaba tan bien a Jimin que podría vivir en sus manos por mucho tiempo.

Jungkook era en el sexo todo lo que ha Jimin le gustaba. El menor había aprendido rápidamente los gustos del rubio. Siempre complaciendo y sobrepasando sus expectativas.

Pero había algo que Jimin no sabía y es que, aunque a Jungkook le gustara ser rudo también moría por tomarse su tiempo para estar con él.

El menor tenía varias fantasías, pero apreciar poco a poco a Jimin era una de ellas.

Sus encuentros siempre eran rápidos y fugaces, sin dejar de ser buenos. Comenzando al poco tiempo la segunda y así sucesivamente.

Jimin creía que esas cosas solo eran de parejas, de esas que "hacían el amor". Dejando en claro que ellos solo eran amantes. Que Jungkook solo era su lindo juguete el cual lo satisfacía como nadie.

Hasta el momento el pelinegro no había tenido problemas con ello. Tampoco le molestaba el hecho de saber que se refería a él de esa manera, enterándose un día al escuchar una conversación que tenía el rubio al parecer con Taehyung.

Por ahora no le importaba.

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Mi Juguetito [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora