Capítulo 10:

118 17 8
                                    

«No es suficiente»

DARIEN:

—¿Cómo? —preguntó mi amigo, sintiéndose un tanto perplejo. —A ver si escuché bien. ¿Dijiste que la obligaron a fingir su muerte?

—Así como lo escuchas —silbó entre dientes, antes de dar un trago a su bebida.

—Bueno, la verdad yo no he tenido un caso similar, pero si recuerdo que un colega lidió con uno.

—¿Y? ¿Ganó el caso? —hizo una mueca.

—La verdad no. Pero estamos hablando de que su cliente era un hombre que a propósito se hizo pasar por muerto para poder librarse de deudas.

—No, este caso no es igual.

—A ver, pues necesitas explicarme y darme más detalles para poder enterderlo bien —suspiré y accedí a contarle algunas cosas. Solo las que estaban implicadas con nuestro dilema, no todos los momentos traumáticos que la pobre mujer ha tenido que pasar. A fin de cuentas, él era de mi entera confianza. Sabía que él siempre me ayudaría y tendría discreción con las cosas que le decía. Así que, una vez que terminé, esperé a que él saliera de su asombro para que me respondiera. —Okey. Sí. Es un caso muy diferente.

—Te lo dije. Por eso quiero saber qué se puede hacer en estos casos. ¿Ella tendrá problemas con la justicia?

—Desde luego.

—Pero ¿Por qué? Si como te dije a ella la obligaron.

—Sí, pero, a final de cuentas en el juzgado tomarán esto como que estuvo de acuerdo, porque lo hizo para proteger a alguien. Ahora, se podría testificar que fue obligada y amenazada, pero para hacer eso obviamente necesitamos pruebas —resoplé.

—Pruebas que desafortunadamente no tenemos.

—Nada raro —murmuró con ironía.

—Oye, pero.... ¿La condenarán por eso?

—Tanto como condenarla no creo, pero posiblemente sí se llevará alguna sanción.

—¿Crees que puedas investigarme un poco más sobre esto? —asintió.

—Sabes que sí. Sin problema. Aunque como te digo, lo más probable es que le den un castigo mínimo a ella, mientras al otro obviamente le darán más.

—Entiendo. Ahora, debo decirte algo más.

—Habla.

—Se complica todavía más si existe un hijo de por medio, ¿Cierto? —murmuré con un tanto de temor, a lo que él, como pensé, silbó en respuesta.

—¿Tiene un hijo? —asentí. —Y supongo que es menor de edad, ¿Cierto?

—Bueno no lo he averiguado todavía, pero es lo más probable. Y parece ser que se fingió su muerte también —suspiró.

—Bueno, por supuesto se complica más. Ya sabes, por la seguridad y protección de los derechos del menor —acongojado con cada cosa pesimista que me decía, enredé los dedos en mi cabello.

—¡Todo esto es tan malditamente injusto! Es el colmo que después de todo lo que ella ha tenido que sufrir con ese imbécil, la quieran reprender por algo que tuvo que hacer porque no tenía más opciones —murmuré entre dientes, antes de terminar mi bebida de un solo trago.

—Mira, sé que el caso de esa mujer es algo muy serio, Darien. Demasiado complicado. ¿Pero y qué? ¿Por qué te importa tanto? —resoplé.

—Sabes bien cómo soy. Odio las injusticias.

ENSÉÑAME A VIVIR SIN MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora