Capítulo 34:

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«Prometí cuidarla»

DARIEN:

««—¡No puede ser! ¡¿Por qué no me lo habías dicho?! —pregunto en un susurro, observando fijamente hacia la puerta para ver que no venga ni mi nana ni Seiya.

—No quería preocuparte, enano —resoplé.

—¡Pues sí, lo entiendo, pero tampoco debiste quedarte callado! Ahora es cuando más necesitamos estar comunicados.

—¡Lo, sé, lo sé! Lo siento. Pero no había tenido cabeza para decírtelo porque fue muy impactante ese momento —intento comprenderlo y calmarme.

—¿Al menos están bien? ¿No les pasó nada grave?

—No, tranquilo. Estamos bien, enano. Por suerte mis hombres y yo llegamos a tiempo. Pero tuve que trasladar a mi chica a la casa para no dejarla expuesta ante ese maniático —suspiré. —Así que disculpa si no te avisé pronto, pero estuve ocupado moviendo hilos y descubriendo en dónde diablos está.

—¿Y has averiguado algo? —exhaló.

—Sí. Por desgracia el muy maldito atravesó el continente —sisea entre dientes, haciendo que yo comience a sentir un hueco profundo en el estómago.

—Eso quiere decir....

—No sé cómo carajos lo hizo, pero sí. Probablemente esté cerca de ustedes, más no lo he confirmado todavía —comencé a sudar frío. —Así que por eso mismo ya voy en camino.

—¡¿Qué?! ¿De verdad?

—¡Por supuesto! No pienso dejarlos solos en este lío. Por lo pronto, como ya comenzó a actuar, reforzaré la seguridad de todos ustedes. Por favor no quieran hacerse los héroes ni hagan nada estúpido. Dejen que mis hombres y yo nos encarguemos de ese idiota.»»

—Seiya, de verdad tengo que salir —la alerta que me dio Mal esta mañana, ronda mi mente mientras continúo discutiendo con Seiya. Quien se empeña en cuidarme, pero que por desgracia no entiende que tengo cosas importantes qué hacer.

—No lo vas a hacer. Entiéndelo.

—¡Carajo! ¡Ya me siento mejor, Seiya! —murmuro irritado, pero él solo se encoge de hombros.

—¡Qué bueno! Me da gusto. Pero ni siquiera por eso voy a dejar que salgas —resoplé. —Además, ¿A dónde quieres ir a esta hora?

—Solo quiero ir a casa de Taiki.

—¿A qué?

—Seiya....

—Mira, dime a qué quieres ir, y chance hasta yo me ofrezca a llevarte —exhalé. Amaba a mi hermano, y como dije, es entendible que quiera cuidarme, sobre todo, porque sabe que yo soy un cabeza dura en cuanto respecta a mi propia salud, pero algo grave podría estar sucediendo en este momento mientras yo estoy aquí sin hacer nada. Por supuesto que él no tiene ni idea porque he tratado de mantenerlo fuera del dilema de mi hermano gemelo, pero ahora mismo me está haciendo perder el tiempo. Necesito salir con urgencia y reunirme con Taiki y con Samuel para charlar sobre las cosas que han estado sucediendo. Necesito asegurarme que nuestro hermano malvado no logre sus objetivos. Pero mientras Seiya me esté restringiendo salir no podré hacerlo. Y no pienso preocuparlo innecesariamente contándole cosas que no necesita saber tan solo para lograr mis objetivos.

—Taiki me avisó que se siente mal —miento, más él no se traga el cuento.

—¿Ah sí? —responde con ironía.

—¡Sí! Así que necesito ver qué tiene y ayudarlo.

—¿Tú?

—¡Sí!

ENSÉÑAME A VIVIR SIN MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora