Capítulo 22:

74 16 1
                                    

«Embelesado»

DARIEN:

Han pasado tantas cosas bastante favorables durante estas últimas semanas, que me es muy difícil no mostrar la alegría que siento de que todo esté avanzando bien. El cambio que ha tenido Serena ha sido sorprendente. Poco a poco hemos estado eliminando esos profundos miedos, remplazándolos por gramos de valor. Y gracias a esto, su autoestima y su confianza han mejorado mucho. Incluso ahora posee más fuerza de voluntad que antes, para enfrentarse día con día a ese enorme reto que consiste en mirarme fijamente sin temblar de miedo; Claro que es inevitable que no me vea con desconfianza al principio, pero, lo bueno de esto, es que ha ido aprendiendo a diferenciarme. Y que se dé el tiempo de conocerme, para notar esas diferencias, me hace sentir feliz. Me hace saber que estoy haciendo un buen trabajo. Por eso he ido animándola con pequeños desafíos. Convivir aún más de lo que ya lo hacía, con alguien que recién conoció, fue uno de ellos. Por suerte, salió tan bien, que no solo recibió con calma un inesperado y afectuoso abrazo, sino que también se dio la oportunidad de conocer y convivir con el bebé de Saori. Aunque, si soy sincero, tuve mis dudas de que eso fuera una buena idea. Pues no quería que la presencia de ese bebé removiera recuerdos dolorosos de su hijo. Y estuve muy nervioso, pues temía que todo acabara en desastre. Pero ella me sorprendió de nuevo al adaptarse a las circunstancias con la misma valentía, y en vez de sufrir por la presencia de ese bebé, lo disfrutó con cariño y melancolía. Claro que a veces sufre de ligeras depresiones al recordar a su propio hijo.  Pero en lugar de sentirse mal por esa situación, toma mucha más valentía para afrontar lo que viene, y seguir luchando. Como dije, ya se encuentra en mejores condiciones que antes, y hay que avanzar con esas cosas que aún tenemos pendientes por hacer. Así que por eso reafirmé mi decisión. ¡Y hoy era el día! Después de algunos meses, he decidido que los hermanos Tsukino por fin tengan ese reencuentro que tanto esperan y necesitan. Incluso fui muy exigente y cuidadoso con cada pequeño detalle, para que este fuera inolvidable.  

—Me gustaría que cerraras los ojos y te relajes como antes lo hacíamos. Mientras lo haces, me tomaré un momento para ir por un poco de agua, ¿Está bien? —miento para poder escabullirme, soltando su mano y poniéndome de pie, observando como ella, tras tomar una profunda inhalación, hace lo que le he pedido. Exhalando despacio, con los ojos ya cerrados, mientras yo me apresuro a salir del consultorio sin levantar sospechas, cerrando la puerta tras de mí, y haciendo un gesto para que sus hermanos continúen guardando silencio, llegando hasta donde ellos están, y notando que ya me esperan ansiosos y desesperados. —¡Hola, chicos! ¡Ella ya está lista ¿Recuerdan el plan? —susurro saludándolos de forma rápida, a lo que ellos asienten. —Sé que están muy emocionados. Y puede resultar difícil para ustedes lo que les voy a pedir, pero continúen así, sin haciendo el menor ruido posible, hasta que yo se los autorice por favor —asienten de nuevo. Así que por último agrego observando fijamente a Mina. —¿Cuento contigo verdad, Mina? —continuó susurrando, al ver que, de los dos, ella es la más nerviosa. Incluso desde hace algunos días la tuve que poner a prueba con varias advertencias, que más que nada le hice después el comportamiento entusiasmado que me había dicho Samuel que había tenido al viajar aquí; La primera de esas advertencias fue que no le dijera nada y mucho menos le demostrara a su madre que algo le pasaba. Samuel y yo creímos que no lo lograría, y que tarde o temprano iba a decir algo, pero nos asombró ver que esto nunca ocurrió. Al contrario. Ella acató al pie de la letra mis indicaciones. La segunda, hasta ahorita la ha cumplido bien. Y esa era que tenía que esperar pacientemente a que yo les diera la indicación de que podían pasar. Ahora, solo faltaba esperar a que cumpliera la última regla. Que era no agobiar a su hermana Serena con preguntas o explicaciones.

—He esperado hasta este momento. Prometo que sabré esperar un poco más —comenta tranquila, pese a que puedo ver que prácticamente tiembla de la emoción. Así que no me quedó más que asentir. Rogando en silencio porque no me esté precipitando, ya que realmente no quiero retroceder todo lo que ya hemos avanzado. Y con un gesto les indico que me sigan. Abro de nuevo la puerta, y tras revisar que Serena continúa con los ojos cerrados, avanzo con ellos detrás de mí. Haciéndoles pronto una señal para que se detengan a una distancia prudente. No pudiendo evitar esa emoción a flor de piel que los recorre al ver a su hermana. Pero mirando con orgullo como hacen todo lo posible para no arruinar este momento.

ENSÉÑAME A VIVIR SIN MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora