Quédate conmigo.
Incluso si no se si esto es amor...
Park Sunghoon en ascenso con el patinaje artístico, con una gran vida sin alguna preocupación alguna.
¿Qué pasará cuando un bebé aparezca en su puerta? Junto a una nota aclarando que es su hijo...
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— No quiero dejarlo ir — seguía repitiendo Jake mirando al padre de Tae.
Era el día en que Tae tenía que entrar a se guardería, ambos adultos en el fin de semana le habían explicado al pequeño a dónde iría y por cuánto tiempo estaría, pero a pesar de aquello el niño tenía miedo.
— Jake, prometimos dejar a Tae aquí, pasaremos por él los dos juntos, ¿si? — con calma tomó la mano del chico.
— Jake — el pequeño lo miró con ojos suplicantes. Aferrándose a su niñero fuertemente.
— Aah, es tan difícil — abrazó con fuerza al pequeño.
— Apa, quielo il contigo.
Sunghoon suspiró, llevaban ya cinco minutos así y faltaban otros cinco para qué cerrarán la guardería, Jake vió aquello y apenas se dió cuenta que tenía sujetada la mano de Sunghoon.
— Va-vamos.
— Bien — el mayor abrió su puerta para ir por la pequeña mochila de su hijo.
Jake abrió su puerta y salió junto a Tae, quien ahora estaba de pie en el suelo sujetando fuertemente a su mayor.
— Vamos cariño — Jake le sonrió para animarlo.
— Vamos — Sunghoon se acercó a ellos y tomó la otra mano de su hijo.
Los tres caminaron hasta llegar a la puerta, pocos niños eran los que ya entraban. El padre se encargó de colocarle su mochila mientras que Jake le arreglaba un poco su uniforme.
— Te portas bien Tae, come toda tu comida — acarició el rostro del menor, aún seguía en cuclillas.
— Sipi.
— Vendremos por ti a tiempo, ni un minuto más ni un minuto menos — Sunghoon imitó la acción de Jake. Debía de admitir que le dolía dejar a su pequeño.
— Los quielo — se abalanzó hacía ambos y los abrazó.
Los adultos lo abrazaron con más fuerza.
— La puerta está por cerrar — carraspeó un poco el Director, viendo encariñado la escena delante de el.
— Lo sentimos — fue Sunghoon el primero en separarse.
— Ve Tae — Jake soltó al pequeño y le dió un pequeño golpe en su espalda para que entrará.
— Los quielo mucho, mucho — el pequeño agitaba su manita.
— Estará muy bien cuidado — aseguró el directo al ver aun preocupación por parte del pelirrubio.
El pequeño siguió agitando sus manitas hasta que las puertas fueron cerradas, Jake seguía viendo hacía esa dirección.
— Jake — lo llamó Sunghoon tomándolo del hombro — , tienes que ir a la escuela. Puedo llevarte y después ir a mi trabajo.
