Quédate conmigo.
Incluso si no se si esto es amor...
Park Sunghoon en ascenso con el patinaje artístico, con una gran vida sin alguna preocupación alguna.
¿Qué pasará cuando un bebé aparezca en su puerta? Junto a una nota aclarando que es su hijo...
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— Lo sentimos Tae — comenzaron a avanzar con Tae sujetando las manos de ambos.
— Prometemos no volver a discutir — Sunghoon explicó a su bebé.
Pasaron así unos breves segundos avanzando lentamente hasta que Jake decidió hablar.
— Pero sabemos que Sunghoon empezó — Jake como pudo cargó al pequeño en brazos.
— ¿Yo? No tengo la culpa de ser uno de los mejores patinadores del país — sonrió.
— Presumido — soltó Jake con incredulidad.
— Solo presta atención — comenzó a patinar al centro de la pista sin dejar de mirar a Jake y a su pequeño.
Una vez posicionado el niñero comenzó a prestar atención, el mayor inició patinando de espaldas y con una pierna recta, con impulso de la serreta del otro patín se impulsó mientras la pierna libre inicia el giro. Ejecutado el giro siguió patinando de escalada.
Las personas que estaban en la pista comenzaron a aplaudir, Tae hizo lo mismo mirando con toda la emoción del mundo a su papá, el niñero solo trataba de no parecer asombrado.
— ¿Decías?
— Se necesita más que un par de truquitos para sorprendernos, ¿cierto Tae?
— ¡Otlo! ¡Otlo! — pedía Tae emocionado.
Sunghoon solo asintió y se preparó para dar el salto hacia atrás sobre el filo externo trasero del patín y la pierna libre extendida al frente. Después, con un movimiento pendular de la pierna libre hacia atrás y una flexión media, se apoyó con el freno del patín en el piso, para darse el impulso para saltar y hacer un par de vueltas en el aire para finalmente aterrizar
Se escucharon nuevamente algunos aplausos y noto como más gente se acercaba a la pista. Patinó en dirección a Jake donde Tae igual aplaudía emocionado.
— Okey, sí... — Jake rodó los ojos, debía admitir que sus habilidades eran impresionantes — no lo haces mal.
— ¿Gracias? Pensé que sería más difícil hacerte cambiar de opinión — soltó una risa al ver al rubio con el ceño fruncido.
— Apa, arriba, arriba — alzó los brazos para que Sunghoon lo cargara.
Jake extendió los brazos para que Sunghoon lo cargara ahora, así lo hizo. La pista de hielo estaba llena de gente, pero Sunghoon se movía con gracia y facilidad, como si fuera el único que patinaba. Llevaba a su hijo Tae en sus hombros, haciéndolo reír con sus piruetas y saltos. Jake los observaba desde la orilla. Él no sabía patinar, y se sentía torpe y fuera de lugar.
— Vamos, Jake — dijo Tae, animándolo — . Patina con apa. Anda ¿sí?
— ¿Qué tal, Jake? ¿Te animas a patinar? — le preguntó Sunghoon, acercándose a él.
