Quédate conmigo.
Incluso si no se si esto es amor...
Park Sunghoon en ascenso con el patinaje artístico, con una gran vida sin alguna preocupación alguna.
¿Qué pasará cuando un bebé aparezca en su puerta? Junto a una nota aclarando que es su hijo...
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— Bien, esta es tu segunda niñera despedida en la semana, la doceava del mes. ¿Qué voy a hacer contigo Sunghoon? — Jeongyeon soltó un suspiro.
— No es mi culpa, es que ellas resultan ser algo ¿raras? — recordó que algunas tenían otras intenciones con él — . Aparte a Tae no le agradan mucho que digamos — miró al bebé que jugaba con unos bloques.
— Bien, buscaré otras, pero hoy no tienes niñera por el resto de la tarde — levantó al niño en brazos y se lo dio a Sunghoon — . Así que, sé un buen padre y lleva a tu hijo a pasear ¿quieres? Ignora el hecho que te pasas horas ignorándolo.
Antes de que Sunghoon pudiera negar o quejarse a Jeongyeon la llamaron y salió a contestar. No tuvo más opción que hacer caso.
Sunghoon fue junto a Tae al lugar más cercano, lo dejó jugar en los columpios y él se limitaba a mirarlo desde una banca, muy incómoda por cierto. Sacó su celular y comenzó a tomarse varias fotos, claro, en donde salía Tae a la distancia, planeaba publicarlas en redes para que la gente supiera que era un buen padre.
— Esta foto es buena — decía deslizando las imágenes y revisandolas una por una — al menos el niño es fotogénico. Lo sacó de mi — siguió viéndolas hasta que en un momento dejaba de aparecer Tae en las fotos.
Sunghoon se levantó y no vio a Tae en donde lo había dejado, fue a revisar los columpios y todos los juegos, hasta que logró verlo, suspiró aliviado.
Se apresuró a ir hasta donde estaba él, pues al parecer estaba demasiado cerca de un perro, temía que lo mordiera o algo parecido.
Corrió hacia él y tomó al niño en brazos, alejando al perro con una mano, siendo sinceros el perro no era de gran tamaño pero aún así a Sunghoon le daba miedo, así que seguía retrocediendo.
— ¡Shu! Fuera — decía mientras que el perro le ladraba — . Alejate de mi hijo — Tae solo estiraba sus manos, quería acariciarlo.
— ¡Oye! Layla, ven para acá — se escuchó una tercera voz, un joven se acercaba y se agachaba para estar a la altura del perro, quien le lamía la cara y solo reía.
Sunghoon solamente veía la escena aún abrazando fuertemente a Tae.
— Siento mucho si Layla los asustó, ella es muy juguetona y... — alzó el rostro y las miradas de ambos adultos se conectaron — . ¿¡Tú?!
— ¿Tú de nuevo? — se relajó un poco — . Como sea, mantén a tu perro lejos de Tae ¿quieres?
— En primera, no es "perro", es Layla. En segundo lugar, Layla es inofensiva y se lleva bien con los niños — se levantó y se cruzó de brazos viendo a Sunghoon.
— ¡Guau guau! — dijo Tae queriendo acercarse a Jake. Jake solamente río un poco.
— No, no — se acercó a Tae — . Es Layla, no "Guau Guau" ¿ok, Tae? — el niño asintió.
