Quédate conmigo.
Incluso si no se si esto es amor...
Park Sunghoon en ascenso con el patinaje artístico, con una gran vida sin alguna preocupación alguna.
¿Qué pasará cuando un bebé aparezca en su puerta? Junto a una nota aclarando que es su hijo...
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La poca luz comenzaba a iluminar la habitación donde estaban ambos adultos. El mayor, había sido el primero en despertar, otra vez, solo que esta vez Jake comenzó a despertarse a los segundos de él.
Gracias a la luz del sol, Sunghoon logró ver la piel qué no estaba cubierta, ahí, se podían notar marcas de mordidas y algunos chupetones qué le había dado. Aquellas marcas demostraban por aquel breve momento qué Jake ya era suyo, y con la noche que pasaron, indicaba perfectamente que él también le pertenecía al menor. No había nada más satisfactorio.
— Debemos de ir a ver a los niños — apenas si Jake miró a el pelinegro decidió hablar — . Tae debe de estar buscándonos, no durmió con nosotros y no se si logró conciliar el sueño tan fácilmente.
— Él está bien, Jake, solo fueron unas horas y puedo asegurarte qué si está con Beomgyu se olvida de nosotros dos, lo quiere mucho — le respondió, dándole un beso de buenos días — . Ahora quiero saber si estas bien, ¿no te duele nada?
— Me duele muy poco, es un dolor soportable. No pasa nada, con una pastilla será más que suficiente — entre los espacios de la cama busco las pastillas qué le había encargado a Sunoo.
— Eres un chico muy precavido, supongo que fue Sunoo quién te ayudó.
— Así es... — se removió un poco para sentarse — ahora de lo único que muero es de hambre — su estómago gruñía un poco — . Vayamos a desayunar — le pidió sonriéndole.
— ¿No prefieres desayunar aquí? Ya sabes, solo los dos — con prisa y agilidad logró tomar al chico y dejarlo encima de su cuerpo, con prisa comenzaron los dos a besarse.
Jake tenía sus dos manos encima de cada pecho de Sunghoon, quien cas vez comenzaba a subir más y más el volumen del beso, su lengua no había podido evitar entrar al juego, mucho menos si se trataba de la boca del menor.
— ¡Más les vale que dejen de hacer lo que están haciendo y salgan a desayunar! — Sunoo les abrió la puerta, riéndose al ver lo rápido que Sunghoon había tapado el cuerpo de Jake — . No les basta con una noche, quieren seguir con el día — les dijo con burla en un tono de picardía.
— Ya vamos Sunoo, gracias — le respondió el menor.
— Bien — les cerró la puerta.
Tan pronto como lo hizo, Jake le dio un golpe en el hombro a Sunghoon.
— Hay que cambiarnos — se llevó una de las sábanas para ir por su ropa y comenzar a ponérsela.
Cuando se colocó sus bóxer, decidió mirarse al espejo, noto que Sunghoon si le había dejado marcas qué tardarían en desaparecer.
— Dios...¿acaso eres un vampiro? — miró su cuello — . Parece que querías chuparme la sangre.
Logró colocarse toda su ropa, y afortunadamente no se lograron ver las marcas de su cuello.
