Capítulo Veinticuatro

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Dam y Daishinkan se miraban amenazante mente, ninguno cedía antes sus intensiones. Sus miradas se contrarrestaban como relámpagos impactando en un solo lugar, el cielo comenzaba a llenarse de nubes tornándose plomo y algunos truenos se hicieron presentes (El clima en ese mundo transcurría de maneras diferente).

Shin aun estaba consternado, no podía creer que tenía a su hijo en sus brazos. Lo abrazo con la intensión de no querer separarse y Shinoju también parecía tener la misma intensión, Bills sostenía el cuerpo de whis en sus brazos. Tampoco entendía lo que estaba pasando pero, este hecho tal ves se consideraba como el juego final donde se decidirá el destino la cual aún parecía incierto, a pesar de los hechos que habían surgido sin mencionar. Las posibilidades que se puedan presentar, coloco a Whis a lado de una roca y cuándo recogió el báculo que permanecía en el suelo. Su sorpresa fue, que una luz dio un brillo y frente a el se encontraba a una persona que creía que había eliminado hace tiempo y no fue así.

—Valla, es bueno  volver a verlo, señor Bills–Expresó con una ladina sonrisa, Bills se quedo callado unos minutos. Tiempo que el individuo aprovechó para reírse–Parece que mi presencia lo dejo sin palabras, señor Bills–Agregó.

Shin por otro lado, junto a Shinoju dejaron de abrazarse cuando un ronco quejido los hizo mirar a una dirección. Merak se retorcía en el suelo de dolor, varias grietas llenaban su cuerpo al punto de hacerlo sangrar y luego desprender pequeñas cúpulas amarillas.

—¡No ahora! ¡No ahora!, No! ahora que esta tan cerca de acabar con esto!.

Un fuerte grito salió de la boca de Merak, Daishinkan tanto como Dam vieron el estado en que ahora se encontraban. Ambos asintieron y descendieron al suelo, Daishinkan camino a paso lento hacia Merak que se encontraba junto a shin y Shinoju sin saber que hacer.

—No te le acerques–Le advirtió Shin  poniéndose adelante de Merak, Daishinkan dejo escapar un suspiro largo.

—Madre, deje que Daishinkan haga lo que tiene en mente, le aseguró que no pretende nada malo–Le dijo Shinoju cuando colocó una mano en el hombro a Shin.

—No tengo malas intenciones, si piensa eso–Señaló Daishinkan llevándose la mano a la barbilla y toser un poco.

—No puedo creerte Daishinkan, todo lo que fuiste capas de hacer...Me lo hace difícil, no puedo. Y tampoco quiero creerte.

—No puedo entender el dolor que te cause, tampoco puedo entender por que te hice ese daño...si yo te-

—No lo digues, no te atrevas a decirlo–Le interrumpió Shin–Tu no me amas, tu nunca me amaste. Mezclaste lo que era aprecio con amor, eso fue, tu simplemente sentías aprecio por mi... No amor, amor nunca hubo entre nosotros.

—Nuevamente tienes razón–Se detuvo, Shin lo miró con la mirada flébil–pero yo te amaba, tal vez lo hice y no me di cuenta cuando ese amor se convirtió en un mal. Que me cegó el juicio y, que además haya cometido esos acto atroz pero... Esta vez no es por mi, es por Merak.

—Solo lo hago por el, Por que Merak me importa–Le dijo Shin.

—Es bueno que aun me tienes aprecio Shin, si supieras que Merak es al amor que yo sentía por ti–Pensó Daishinkan con una sonrisa–Y yo respeto eso...–respondió después de unos minutos del comentario de Shin, se acerco a Merak y coloco la palma de su mano.

—Tu no puedes estar con vida, yo te elimine de la fas de la existencia–Decía estólido Bills, Zamas se sonrió.

—Entonces debería estar muerto, señor Bills, pero no es hací. Yo estoy vivo, de carne y hueso me tiene frente a usted–Hablaba tranquilamente Zamas, como si lo que dijera fuera lo mas normal (Bueno era normal para el). Opacando lo que fue dicho anteriormente por Bills, después de todo no era nada relevante que le importe. Vio a Whis que permanecía a lado de una roca y estiró su mano con la intención de apartar un pequeño insecto de la mejilla de Whis.

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