Despierto al lado de Jeremy, con él acurrucado en mi pecho y con su cuerpo lleno de marcas por todos lados. El simple hecho de tenerlo tan cerca hace que desee retomar las acciones de la noche.
El problema es que cuando llevo a cabo la labor de tocarle, sus manos me detienen y abre sus ojos dejándome saber que está despierto.
—No me puedo mover, déjame descansar por hoy —me responde mientras se restriega los ojos.
—Tienes trabajo —le contesto.
Hoy, si mal no recuerdo, es su turno de limpiar la carpa principal. Él da vueltas en la cama dándome la espalda y le contengo por la cintura para morder su cuello.
—Ya voy, hoy no tengo ni un segundo para descansar. Debes cuidar de Lucía —me responde inclinando su cabeza hacia detrás para besarnos un segundo.
—No puedo ocuparme de ella hoy —le contesto eso, simplemente eso.
Él me observa y se sienta en la cama ahora buscando mis ojos, molesto.
—Es tu hija, pasarás el día con ella a no ser que tengas que hacer algo ilegal en la tarde. —Me hace saber con un aire de seriedad.
—No haré nada ilegal en la tarde —le respondo sin hacer más excusas.
Realmente... Iba a dedicar el día a buscar sobre qué era eso que nos atacó anoche. Colmillos, piel pálida y poderes sobrenaturales junto a una fuerza descomunal.
¿Puedo dejar que Jeremy sepa esto? No, no debo dejar que lo conozca.
—Perfecto, entonces le diré que pasará el día con su tío Látigo —me contesta con una sonrisa aflojando las cuerdas de tensión en su mirada.
No le respondo, solo le observo, mientras pienso en esas palabras, "el tío Látigo".
—¿Le dirás? —Me cuestiona.
—Nunca —le respondo.
—Lo merece, merece saber algún día —me responde con una voz suave.
—No es tu decisión —le contesto levantándome de la cama para vestirme.
Jeremy me mira, se levanta también para tomar sus ropas y ponerlas de forma apresurada para salir de la carpa. Si tuviese puerta, creo que la hubiese tirado. Se debe haber molestado por mi respuesta.
════ ⋆★⋆ ════
Camino por el campamento recuperando una de mis serpientes, la cual se sube por mi pierna, quedándose agarrada a esta.
—¡Látigo, niño, muchacho! —Grita el señor de la cabra llegando hasta mí—: So, cariño.
Sus últimas palabras van dirigidas a su esposa que le hace de transporte.
Le observo levantando una ceja y dándole permiso a hablar.
—Me dijeron que Pluma tuvo una hija sin ti, el chisme vuela por el campamento. Mi más sentido pésame —me dice el anciano.
ESTÁS LEYENDO
♠️Morir por el Circo (Parte 2)
RomanceSegunda parte de "Amor de Circo". Luego de los acontecimientos tan sanguinarios de la última parte y el romance... ¿o tal vez no tan así? El circo "Los Ángeles Rojos" llega a Ciudad Dorada con su nuevo miembro VIP... "Pluma". ¿Podrá la relación de n...