Introducción

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Fue como una pizca de vida ver a ese pequeño cordero llegar el primer día al salón de prácticas

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Fue como una pizca de vida ver a ese pequeño cordero llegar el primer día al salón de prácticas. "Pluma", le llamaron a ese enclenque con mirada llena de inocencia. Sin embargo, la determinación también estaba presente.

Recuerdo como Daga me dijo que mantuviese cuidado respecto él. Mi hermano tiene buen ojo para los posibles traidores o nuevos miembros...

Lo que no pensé, fue que acabaríamos los tres juntos en la misma cama. Adoro el sabor de sus besos, el tacto de su piel, su inocencia. Quiero devorarla y a la vez cuidarla.

¿Me odiará si sabe que maté a su amiga, esa tal Dalia? Que importa, nunca lo sabrá. De todas maneras solo eliminé una rata molesta. Él también mató a Nube por el bien de la familia.

—Látigo... Aquí nos pueden escuchar... —Me llega su voz con dificultad mientras lo tengo sentado sobre mí, siendo penetrado.

Estamos en una carreta camino a la nueva ciudad. Nuestro compañero cayó en las manos de Morfeo, así que el sitio está libre.

Fue un pecado distraerme con esos pensamientos del pasado, más cuando su rostro está estallando en colores rosas y su cuerpo me desea tanto.

—Si haces ruido te escucharán, pero es algo que te gusta... Pluma —susurro a su oído dejando una ligera mordida en el lóbulo.

Retomo sus labios y con mis manos en su trasero aumento la intensidad de las embestidas...

Eres mío, Pluma. No te irás del circo, no vas a dejar los espectáculos nocturnos... ¿Pero qué hacer? Quiero tanto tu inocencia como corromperte...

♠️Morir por el Circo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora