Cap20: Pregunta y te diré

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Jeremy carga a Lucía y se levanta de la cama

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Jeremy carga a Lucía y se levanta de la cama. Ella parece que recién se despertaba y ahora hablaba con él sobre el sueño.

—¿Para mentir de nuevo? —dice él.

—¿Tío Látigo es un mentiroso? —comenta Lucía limpiándose los ojos.

—Casi siempre, tío lo es —comenta él haciendo énfasis en la palabra con la que me nombra.

—No habrán mentiras... Ven —comento cambiando la sentencia antes de hacerla algo ordenado—: por favor.

No puedo creer que esté teniendo que pedirle permiso para esto. Jeremy parece pensarlo unos segundos hasta que acepta. Lucía no tarda en acomodarse en la cama que era de él, ahora la suya está en el suelo, parece que le dejó esta a ella.

Nos alejamos de la carpa sin pronunciar palabra durante varios minutos hasta que Jeremy se atreve a romperlo.

—¿A donde vamos?

—Primero quiero enseñarte algo —le comento, de no ser en este orden, es poco probable que crea mis palabras.

—Látigo —dice él tras un suspiro y tomando mi mano, deteniendo mis pasos—: no es solamente por la mentira de las bestias mágicas, lo cual no entiendo por qué crear una pantomima como esa. Son muchas cosas que tenemos que hablar y no se va a solucionar solo con eso.

—Dilo —respondo.

—¿Qué? —cuestiona él.

—Lo que te preocupe, lo que quieres, porque yo no estoy acostumbrado a tener que pensar en que incomoda o quiere otra persona. Más tú, Jeremy, que no eres alguien nacido de donde yo, ni criado aquí —le argumento.

—Tu hija, que no confías en mí, todas tus responsabilidades me las dejas, solo hablas con Daga de lo que te importa y no puede ser así —responde él.

El lugar es un completo silencio a excepción de nuestras voces. Las carpas se encuentran apagadas y con los demás dormidos. Los que hacen las rondas no andan cerca y de estarlo, no se atrevería a cuestionarme. Tomo su mano para llevarle hasta uno de los baúles llenos de vino que dejaron tras el comedor para poder continuar la conversación, tras yo tratar de entender lo que desea.

—No me molesta realmente la idea de que Lucía suba una cuerda, que dome un animal, que haga mis labores. Lo único que no deseo es que muera y tendrán menos perspectivas sobre ella si piensan que es tuya —respondo lo que creo que logré organizar en mi cabeza.

—Sé sincero al menos con ella, acaba de perder a su madre y siendo sinceros, eres el único familiar que le queda —me dice Jeremy buscando mi mirada.

—Los niños lo dicen todo —comento.

—Es tu hija, merece saberlo —me responde.

—Y el dueño del circo su abuelo, no creas que la noticia no va a correr a penas alguien se entere. Incluso que Daga lo sepa, es un problema —le digo renuente a aceptar su pedido.

—Látigo, Lucía por las noches llora nombrando a su madre y me abraza diciendo "papá, nunca me dejes sola, por favor". Eso me parte el alma y más porque sé que no es mía, la quiero mucho porque la voy a cuidar como un padre, pero le estás mintiendo y te necesita —me dice Jeremy.

Dejo escapar un largo suspiro levantando la cabeza para mirar el cielo buscando luego la atención de la mirada de Jeremy. ¿Lucía me necesita? Lo que necesita no es exactamente lo que puedo dar, la sangre es algo estúpido, él podría darle una vida más larga.

—¡Látigo! —dice Jeremy como si supiese que pasa por mi cabeza—: lo primero con lo que tuve que lidiar contigo fue tu silencio, habla.

—Voy a pasar más tiempo con ella, sin decirle que lo soy, pero no la dejaré tanto a tu cuidado. Las personas saben que eres mi pareja, así que dormirán ambos en mi carpa —le respondo cediendo lo más que puedo.

—No va a morir, tú y yo la cuidaremos. Estoy seguro que también Daga dentro de su extraña forma, lo haría —dice Jeremy relajando sus facciones. Parece tener algo de satisfacción en el pequeño resultado.

Antes de seguir hablando, tomo el cuerpo de Jeremy por la cintura para colocar la cabeza en su cuello sintiendo su aroma. La presión aumenta y aunque él intenta apartarme dentro de la idea de que podría intentar llegar más allá, no lo hago, a pesar de verme tentado. Simplemente quiero quedarme así unos segundos. ¿Qué demonios me pasa con él?

—Todo se está volviendo demasiado extraño desde que llegaste —es lo que atino a decir.

—¿Se supone que es algo bueno? —dice Jeremy subiendo las manos a mi espalda.

—No lo sé, no lo había vivido antes —susurro en su oído para dejar la marca de mis dientes en su cuello a pesar del pequeño suspiro que deja escapar ante esto. Deseo marcarlo, es mi propiedad, es mío, mi Jeremy.

—No hagas eso, la última vez que fui al baño colectivo no tenía como ocultar todo lo que me hiciste, fue una vergüenza —me dice para luego rechistar.

—Jeremy, no quiero que otro toque tu cuerpo si yo no estoy —le comento ante su idea.

—¿Por qué? Para tí eso es una tontería —dice y bajo a su pecho para sentir su corazón latir más rápido.

—No lo sé, simplemente no lo hagas, no tengo problemas en deshacerme de esa persona —le respondo sin entender mi accionar en su totalidad.

—¿Y si es Daga? —responde él.

—Cierto, quieres saber todo lo que él sabe de mí —susurro para tomar su mano de nuevo mientras él pide que me detenga a responderle—: he evitado avanzar con Lian aunque es una costumbre en nosotros, simplemente lo mantengo delante de ti cuando accedes. No haré algo más allá que no desees, he tratado de cumplir tu pedido.

Jeremy hace un sonido como si fuese a hablar, pero se calla, no sé que habrá pasado por su cabeza y espero que no sea algo demasiado complicado.

—Lo tendré en cuenta —dice justo cuando entramos a la carpa donde mantengo a mis bestias—: ¿Qué hacemos aquí?

Le ordeno a los cuidadores de hoy que salgan un momento, los cuales no demoran en acatar mi mandato. Me acerco a la jaula con el manto rojo para destaparlo, dejando ver a un pequeño cachorro de lobo totalmente dormido por las drogas que le di en la comida.

—Espero que con esto puedas creerlo.

♠️Morir por el Circo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora