Prometió presentarse en el juicio de Liam para ayudarle. Todo a cambio de que caze esas criaturas que ella desea eliminar. Lo haría, lo aceptaría una y mil veces solo por salvarlo, por salvar a mi familia.
La sombra de Lucía desapareció, parece que no era ella realmente, solo una ilusión causada por la sombra que sigue a la mujer.
Decirle, debo decirle algún día, aunque no soy creyente de que todas las verdades salgan a la luz, quizás deba contarle.
Sigo mi camino, continuó caminando hacia el circo toda la noche y con cada paso, más me convenzo de que quiero que Lucía sea como Jeremy y no como yo. Él es muy especial...
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Esta noche me cuelo en la carpa donde ordenaron dormir a Daga. No lo tienen amarrado, solo vigilado por el respeto que se ha ganado. Tampoco tengo que sobornar al custodio de la entrada para que me deje pasar donde el enano. Faltan pocos minutos para la salida del Sol y el inicio de su juicio.
—Sigo despierto —comenta él, de espaldas a mí sobre la cama.
No le contesto, tomo su oreja con tanta fuerza que lo fuerzo a levantarse entre quejidos. Llevándole a que me mire a los ojos con esa esmeralda sana.
—Látigo, déjame en paz, sabes, tú más que nadie sabes por que hago esto —contesta Liam, con toda la quemadura al descubierto.
Tras un largo suspiro, lo abrazo fuertemente contra mi pecho. A pesar de que intenta alejarse, no le dejo y solo aumento la fuerza.
—No te puedo perder, Daga —le respondo sin seder—. Haré lo que sea para protegerte, lo que sea.
—Lo viste, como besé a Jeremy, algo tuyo, ¿por qué me perdonas? Perdí lo que era mío... Sabes que la asesiné, sea la bestia que sea, habiéndose vuelto lo que se volvió —me dice Daga, con una voz seria y apagada. Sus manos no corresponden mi acto.
Llevo las manos a su cuello, forzando su rostro a verme directamente y beso sus labios, introduciendo mi lengua y jugando en ello hasta que cede y lo corresponde. Coloca su mano sobre la mía y aumenta la presión, haciendo la suficiente como para que le queden las marcas.
Muerod su labio con fuerza, logrando sacar sangre de este y sintiendo como busca más dolor en el proceso. Quiero seguir... Quiero continuar y follarnos aquí mismo.
Lo empujo sobre la cama, cayendo encima de él y subiendo mi pierna por entre las suyas.
—Látigo, no me voy a negar a ti si me das este último placer antes de morir —susurra Daga, relamiendose los labios y adentrando una mano en mi pantalón, conociendo el estado de mi cuerpo—. No me negaría a nada de esto... pero... Si lo hago, te podría arruinar lo que tienes con Pluma. Él no superaría esto, y yo realmente no tendré un futuro.
Sus palabras concluyen con un pequeño rechistar, y dejando caer su cabeza en el colchón. Sus labios se ven rojos, llenos de su propia sangre y con una ligera sonrisa. Aun así, no retira su mano de dentro de mi pantalón.
Ignoro sus palabras por un segundo y muerdo su cuello, dejando la marca de mis dientes en este. Ante ello, Daga reclina su cabeza dejándome acceso, disfrutandolo. Ama el dolor, y quiero marcarlo.
—Estemos juntos los tres —le comento tras la mordida, susurrando en su oído—. Esto... Estas cosas... Quiero verte haciéndolas también con Jeremy... Tú eres mío igual, Liam...
Daga se ríe ampliamente, comenzando a dejar salir carcajadas. Coloca sus manos en el cuello de mi camisa y me mira a los ojos.
—¡Por fin, por fin me lo dices! Un poco más y pensé que iba a morir en el juicio —dice Daga, dejándose caer en la cama—. Me había aguantado, lo hice, mira que lo hice, pero no me la ponen fácil ninguno de los dos...
Me molesto con él, con ese actuar y me levanto de la cama. No sé explicar exactamente qué pasa por mi cabeza, en algún punto lo entenderé.
—¡Látigo! ¡Tú no ibas a poder renunciar a mí, siempre hemos sido uno, desde niños, lo primero del otro! —dice Daga sin levantarse de la cama—. Quizás si estaba cerca a morir, lo entenderías.
—¿Cómo vas a salir de esto? —le contesto, apretando con mi mano el material de la entrada de la carpa, con toda la fuerza que tengo—. ¿¡No te das cuenta de que vas a morir!?
—Sabes que no me importa, pero, confío en ti y en Jeremy —dice levantándose y caminando hacia mí—. No soy el único loco, Látigo. Da igual, deberías irte, o vas a cometer una locura, tú rara vez pierdes la calma.
—Es vuestra culpa —respondo, soltando de a poco la molestia que me consumió—. Tuya y de Jeremy, también de Lucía...
El Sol se comienza a asomar, anunciando el momento que se aproxima. Daga no tiene un plan, a pesar de que siempre lo tendría. Parece que esta vez solo quiere dejar todo en mis manos, esperando que haga algo por él.
—Es un gusto culposo, quererlos a ustedes dos, justo cuando mi esposa murió en mis propias manos —dice Daga—. Látigo, sabes que sí merezco que me juzguen mal, lo sabes, mejor que nadie.
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Todos se reúnen en la carpa principal, todos esperando el juicio de Daga. Desgraciadamente, en su lugar, todo el espacio se llena de gritos de terror.
Jeremy a mi lado cubre los ojos de Lucía y yo, lo cubro a él para que no vea nada.
En el mástil central, yace el cuerpo sin vida del dueño del circo. El regordete del hombre que me dio a luz, se incendia como una antorcha humana cuando los rayos del sol se cuelan por los agujeros de la carpa. Dejando caer los trozos como cenizas.
—¿Papá...? —Susurra Lucía, poniéndose nerviosa por el asombro de los demás.
¿Esta es la forma en que ella dijo que iba a ayudar?
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♠️Morir por el Circo (Parte 2)
Storie d'amoreSegunda parte de "Amor de Circo". Luego de los acontecimientos tan sanguinarios de la última parte y el romance... ¿o tal vez no tan así? El circo "Los Ángeles Rojos" llega a Ciudad Dorada con su nuevo miembro VIP... "Pluma". ¿Podrá la relación de n...